Ahí se gestó la revolución ramoniana.
Instituto Cervantes, París, 12 febrero 2014. Foto JPQ. Juan Manuel Bonet, Ioana Zlotescu.
–Las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna / Les criailleries de Ramón Gómez de la Serna.
–Juan Manuel Bonet, Ruta de Ramón Gómez de la Serna, en París.
“Decíamos ayer…” … Ioana Zlotescu fue la primera en ordenar, al fin, los cimientos editoriales de esa fabulosa arquitectura espiritual, transitando, solitaria, por varias lenguas y continentes, explorando y desenterrando muchos territorios perdidos y olvidados en la oscura selva de las bibliotecas y las hemerotecas.
Al fin, la profecía ramoniana se salva y nos salva, a través del milagro de la palabra. Y buena parte del misterio de esa resurrección permanece, intacto, inmaculado, al alcance de nuestros ojos, a la límpida luz auroral de la relectura de las pesadillas e historias de terror de Poe, traducidas por Baudelaire, razonadas por Mallarmé, y reveladas, para nosotros, por Ramón. Hay muchos otros misterios y son muchas las siniestras pesadillas que se agolpan y golpean con su furia salvaje a las puertas de nuestra amenazada morada de hombres a la intemperie saturnal de la historia. Pero Ramón nos entrega intacto el talismán, la llama y la luz que nos permiten reconocernos como hombres, conjurados en nombre del verbo y la palabra que nos redimen del silencio mineral de las cosas inanimadas, tocando todas las cosas de la creación con la gracia de un nombre propio, ilustrando las maravillas y metamorfosis de la fecundación de todas las cosas y los seres reales e imaginarios, los frutos gozosos del Verbo… El taller de la gracia.
- Personal e Imprescindibles para sobrevivir, en este Infierno.
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