Algunas políticas francesas tienen una vida sentimental tan intensa y variada como la de algunos políticos famosos.
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Pero ellas saben preservar su intimidad más inflamable con una eficacia que no siempre tienen los políticos, comenzando por el presidente François Hollande, cuya relación sentimental con la actriz Julie Gayet tiene muchos antecedentes masculinos y femeninos.
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LeBourget, 22 enero 2012. Foto JPQ. Ségolène, sex symbol “socialista”.
Mucho antes que Hollande abandonase el lecho conyugal compartido con Ségolène Royal, ella tuvo un compañero que suscitó muchos comentarios sobre la libertad sentimental de la madre de los cuatro hijos del por entonces primer secretario del PS.
Ségolène puso fin a aquella relación íntima antes que se conociese la relación de Hollande con Valérie Trierweiler. Presidenta de la región Poitou-Charantes, Ségolène había bromeado en varias ocasiones sobre una posible petición de matrimonio del actual presidente de la República, que nunca llegó a consumarse. Pero son muy otras las peticiones de matrimonio desmenuzadas por los biógrafos de Ségolène, que tuvo una vieja historia de amor con un actor fallecido, Patrick Dewaere.
Ségolène rechazo la petición de Dewaere. Y, mucho más tarde, decidió cortar por lo sano la insistencia de un hombre de negocios que también suspiraba por ella. Tras la ruptura de Hollande con Trierweiler, Ségolène sigue esperando que el padre de sus cuatro hijos la haga entrar en un nuevo gobierno. Y tal ambición política, muy viva, sigue siendo incompatible con la siempre temible publicidad sobre su vida amorosa íntima.
Marine Le Pen se casó en primeras nupcias con un dirigente de extrema derecha, padre de sus tres hijos. Divorciada, volvió a contraer matrimonio con otro dirigente de extrema derecha, para volver a divorciarse por segunda vez. Siguió una larga temporada de divorciada alegre, con cierta vida nocturna. Hasta que encontró a un nuevo compañero estable, con el que sostiene una relación que ambos desean discreta, para preservarse el uno y el otro una cierta libertad.
Divorciada, madre de cuatro hijos, Christiane Taubira, ministra de Justicia, es una mujer muy apasionada. A las pocas semanas de ser nombrada ministra, se descubrió que su compañero sentimental ocupaba un alto cargo en el mismo ministerio de Justicia.
Taubira puso el grito en el cielo, saliendo al paso de un posible nombramiento favorecido por su relación íntima. Ministra de tutela de todo el sistema judicial francés, Taubirá lanzó un aviso muy eficaz a quienes se interesaran por su vida íntima : la legislación francesa le permite preservar una intimidad de manera implacable. Sin embargo, no es un secreto que Taubira tuvo una vida sentimental muy viva antes y después de su divorcio.
Rachida Dati, ex ministra de Justicia, es madre soltera de una niña de cinco años, Zora. Y lleva varios años querellándose con el presunto padre de la niña, un adinerado empresario con el que la ex ministra sostuvo una apasionada relación sentimental.
Sin embargo, el presunto padre de Zora se niega a reconocer una paternidad “problemática”, dice él. A su modo de ver, Dati tuvo otras relaciones amorosas, antes y después de su aventura. La ex ministra no ha negado nunca otras relaciones sentimentales, incluso se le presta algún noviazgo con algún actor más o menos famoso. Pero prefiere preservar la intimidad de su vida sentimental de madre soltera, compatible con su situación de alcaldesa conservadora del distrito VII de París.
Aurélie Filippetti, ministra de cultura, presume de ser una mujer libre y moderna. Madre de una adolescente de dieciséis años, Filippetti quizá sea la única política francesa que se ha querellado contra un compañero sentimental, acusándolo de violencia conyugal. Rota con violencia judicial esa relación, la ministra publicó una novela con algunos matices escandalosos, contando por lo menudo unas relaciones carnales, fuera del matrimonio, entre una joven con brillante futuro político y un hombre casado. Algunos críticos vieron un relato con ribetes autobiográficos. La ministra tiene hoy una vida sentimental más estable, con un empresario cuya historia personal está muy alejada del PS, donde Filippetti llegó a estar cortejada por Dominique Strauss-Kahn, hasta que ella lo rechazó de manera muy enérgica.
Christine Lagarde, actual presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), ex ministra de Economía y Finanzas, entre 2007 y 2011, madre de dos hijos, estuvo casada con Wilfred Lagarde. Hasta que él o ella, o ambos, encontraron el amor en un lecho no conyugal. Roto el matrimonio, Lagarde comenzó una relación sentimental intensa con un empresario de Marsella.
Instalada profesionalmente en Washington, con una agenda de trabajo muy intensa, Lagarde, antigua nadadora de élite, no puede viajar a Marsella o París con la frecuencia exigida por una relación amorosa apasionada. El teléfono y la intensa vida de sociedad washingtoniana le permiten otras distracciones.
- Francia en este Infierno.
Laura says
Vaya, vaya, con las francesas…
JP Quiñonero says
Laura,
«De todo hay en la viña del..»
Q.-