A la sombra de Manuel Valls.
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Los dos hombres más poderosos de Francia, François Hollande y Manuel Valls, tendrán una mujer, en la sombra política, para poner orden y orquestar las combinaciones burocráticas, políticas y financieras que ninguno de ellos podría resolver en solitario: Véronique Bédague-Hamilius, jefa de gabinete del nuevo jefe de gobierno, la mujer más influyente de Francia, hoy.
La arquitectura del poder político supremo, en Francia, es piramidal y “vaticanista”. Y el jefe de gabinete del primer ministro ocupa la posición estratégica de un director de orquesta que organiza y da juego a todo el equipo gubernamental.
Por vez primera en la historia, ese puesto estratégico lo ocupa una mujer, Véronique Bédaque-Hamilius (Wavrans-sur-l’As, Pas-de-Calais, 1964), VBH para sus respetuosos subordinados, una mujer con guante de seda y mano de hierro, que lleva años “seduciendo” a los políticos más poderosos con su “glamour” sexy de ama de casa discreta, severa, gestora con tendencia al ahorro, las economías y recortes.
VBH estudió economía en una gran escuela privada y administración de los negocios públicos en la Escuela Nacional de Administración (ENA). Con ese bagaje, tradicional entre las élites políticas francesas, la señora comenzó una brillante carrera, que la llevó al Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de ser “repatriada” a París, como directora del Presupuesto, siendo ministro de Economía y Finanzas Laurent Fabius, otro hombre de poder y gusto por el poder supremo.
A partir de ahí, VBH se convirtió en una estrella en la sombra. Bertrand Delanoë, ex alcalde de París, la nombró directora de finanzas de la alcaldía de la capital, una “fortaleza” financiera donde la gestión económica es indisociable de las maniobras bizantinas y “vaticanistas” del poder político, en los pasillos de la cúspide del Estado.
Tras ese puesto, Hollande pensó en ella para intentar relanzar las exportaciones francesas, nombrándola, hace un mes corto, directora de Ubifrance, la agencia gubernamental que intenta sin éxito promover exportaciones y dar dimensión internacional a las empresas francesas.
Antes que VBH tomase apego a ese cargo, Manuel Valls le ha “robado” a Hollande ese “peón” en los nuevos equilibrios del poder de Estado. Como jefa de gabinete del nuevo primer ministro francés, la señora está llamada a ejercer sus buenos oficios, talento, influencia y poder en todos los terrenos capitales.
Ella hará de “celestina” entre Valls y Hollande, cuando presidente y primer ministro deban negociar, entre ellos, cuestiones esenciales sobre la gobernanza de Francia. A ella de se dirigirá Manuel Valls en busca de consejo, cuando el primer ministro francés deba “arbitrar” en cuestiones económicas sensibles, nacionales, europeas, internacionales. Ella explicará a Valls cómo y donde recortar en los presupuestos del Estado, cuando sea necesario comenzar a realizar los 50.000 millones de economías y recortes anunciados para intentar cumplir unos compromisos de Estado, nacionales y europeos, que Francia lleva veinte años incumpliendo.
El glamour sexy de un ama de casa virtuosa, madre de dos hijos, será indispensable para intentar imponer a sus jefes y valedores, los dos hombres más poderosos de Francia, las viejas recetas de economía doméstica, familiar, olvidadas por una o dos generaciones de hombres de Estado.
ABC,12abril2014.
Irene says
Es agradable leer como glamour sexy la discreción y la eficacia, la competencia en definitiva de VBH…
JP Quiñonero says
Irene,
Qué decir…
… gastar el dinero que no se tiene, llevar una casa (o un pueblo) con dinero ajeno, tirándolo por la ventana, me parece la cosa más fácil y desastrosa del mundo: la identidad de la persona, la familia o el pueblo quedan en manos de quien presta con interés.
Por el contrario, a mi modo de ver, saber llevar una casa, saber administrar el modesto patrimonio de una familia, es la cosa más noble y sexy del mundo: todo comienza por ahí… saber estar de pie, como un hombre o una mujer, mirando de frente, con limpieza, diciendo «aquí estoy».
Perdón por el tostón,
Q.-