Qué de basura desinformativa, sobre estas cuestiones…
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50.000 MILLONES QUIZÁ SEAN INSUFICIENTES
Manuel Valls considera intangibles los 50.000 millones de euros de economías y recortes presupuestarios que su Gobierno proyecta realizar, para intentar sanear un Estado al borde de la bancarrota presupuestaria, tras varias décadas de incumplimiento sistemático de sus compromisos de convergencia europea.
El Tribunal de cuentas, presidido por una personalidad socialista, aconsejó hace meses realizar 65.000 millones de recortes. 15.000 este año, 50.000 los próximos dos años. François Hollande anunció personalmente la cifra simbólica que Valls ha convertido en emblema de su programa de gobierno, a quien la mayoría socialista dio hace días su voto de confianza, ante la Asamblea Nacional.
Tras el anuncio de sus 50.000 millones de recortes, durante los dos próximos años, Valls anunció que estaba dispuesto a “escuchar” a todas las fuerzas políticas parlamentarias que le propusieran ideas prácticas para realizar ese ajuste presupuestario.
TOREO DE SALÓN “SOCIALISTA”
Valls ha recibido a los ecologistas y los radicales de izquierda. La tarde del martes, el primer ministro francés recibió a Bruno Le Roux, presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional, acompañado de once colegas, representando a distintas familias y sensibilidades: hostiles o favorables a Valls.
Tras el encuentro, Le Roux declaró personalmente que Valls les había “confirmado” los 50.000 millones de euros de “economías, imprescindibles para evitar subidas de impuestos”. Según el presidente del grupo parlamentario socialista, el jefe de Gobierno “ha prometido tener en cuenta nuestras observaciones”.
Antes y después de recibir a ecologistas, radicales de izquierda y socialistas, Valls y sus portavoces han insistido siempre en la cuestión esencial: los 50.000 millones de recortes son intangibles e imprescindibles para intentar cumplir los compromisos europeos del Estado; a cambio, el Gobierno promete “escuchar” las proposiciones de todos los grupos parlamentarios que permitan “asociar” la Asamblea Nacional a los trabajos de saneamiento presupuestario del Estado.
LE MONDE: FRANCIA ESTÁ AL BORDE DE LA BANCARROTA
Se trata, por parte del primer ministro, de una nueva forma de gobierno: muy flexible en la retórica, inflexible en el fondo, recurriendo a la comunicación política como arma de ataque.
Detalle excepcional, en materia de comunicación política francesa, Valls presentó su programa de 50.000 millones de recortes directamente en el Elíseo, acompañado de su ministro de Economía, Michel Sapín. Se trataba, con ese gesto, de enviar dos mensajes diáfanos: los recortes han sido decididos por el jefe del Estado; y su realización correrá a cargo de todo el gobierno socialista.
La comunicación política de Valls recibió el apoyo significativo del vespertino Le Monde, que publicó un editorial vitriólico contra los socialistas hostiles a los recortes, escribiendo: “Todo el mundo sabe que Francia vive muy por encima de sus recursos, desde hace cuarenta años: Francia no ha tenido un presupuesto equilibrado desde 1974. Todo el mundo sabe que los déficits anuales han acumulado una deuda muy próxima a los 2.000 millardos de euros; y que los intereses de esa deuda cuentan anualmente 45.000 millones a los contribuyentes. Nadie duda que, ante tal situación, cualquier familia o empresa estaría al borde de la bancarrota y debería cerrar”.
SUICIDIO POLÍTICO, O SAPOS / RECORTES
Ese es el mensaje de Hollande y Valls a los franceses y a la izquierda socialista hostil a los recortes.
Una parte de la izquierda socialista, algunos ecologistas y la extrema izquierda, gesticulan y amenazan con “votar” contra Valls y su gobierno. Amenaza pasablemente fantasmal: si Hollande perdiese su mayoría parlamentaria, estaría obligado a convocar elecciones generales anticipadas. Y, tras la catástrofe de las recientes elecciones municipales, los diputados socialistas correrían el riesgo de sufrir un nuevo y más duro voto de castigo.
Ante tal evidencia, Valls “torea” a “sus” diputados críticos con cierta “mano izquierda”. Los 50.000 millones de recortes presupuestarios son intangibles. Intocables. A cambio, Valls acepta “ideas”, “sugerencias”, “alternativas” que permitan “salvar la cara” a los diputados críticos que pudieran sentir la tentación suicida de votar contra el gobierno Hollande / Valls.
Tras las consultas a todas las fuerzas políticas que deseen “matizaciones” sobre su programa de gobierno, Valls presentará su proyecto casi definitivo ante la Asamblea Nacional, que ya votó su confianza hace días. El nuevo voto será meramente “consultivo”, pero tendrá un alcance significativo. En nombre del grupo parlamentario socialista, Bruno Le Roux ha declarado: “La Asamblea Nacional ya dio hace días su voto de confianza a Manuel Valls. El voto del próximo día 29 será un voto de coherencia. Todos corremos una carrera por etapas. Y unas etapas son más duras que otras. Ante tal carrera, debemos correr en el mismo pelotón, para llegar juntos a la etapa y victoria final”.
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