Hasta ayer era impensable.
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Felipe González la considera posible y deseable, en unas declaraciones a Ana Pastor, en La Sexta, que recogen casi todos los periódicos, con alguna excepciones quizá significativas:
“No vería mal un Gobierno del PP apoyado por el PSOE, o al revés. Para responder a lo que España necesite en cada momento. Como se ha hecho en muchas ocasiones en Alemania, donde las circunstancias llevaron a que los dos grandes partidos se pusieran de acuerdo para sacar al país adelante, creando el hábito de formar grandes coaliciones.”
¿Es realista, posible y deseable tal gran coalición?
Veremos.
De momento, esas ideas de González quizá sean, cuando menos, una discreta advertencia a Rajoy, Rubalcaba, Mas and Co. Y el primer paso (¿con futuro? ¿sin futuro?) de una arquitectura política de nuevo cuño.
A la vista de las intenciones de voto en Cataluña, hoy, la creciente fragmentación social / electoral catalana y el fantasma de una gran coalición, en Madrid, dan una idea bastante gráfica, sospecho, de las metamorfosis que pudieran sufrir los mercados políticos españoles.
Tema de trabajo para mi serie España, una temporada en el Infierno.
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La Vanguardia, 12 mayo 2014. Un paisaje mucho más fragmentado y dividido que el de las elecciones del 25 noviembre 2012.
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