Manuel Valls se ha dejado tentar por las sirenas populistas.
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Tres meses antes de fotografiarse sonriente con Elena Valenciano, Valls se fotografiaba con el mismo entusiasmo amistoso con Fernández Díaz:
Ministerio francés del Interior, 20 febrero 2014. Foto JPQ. Ceuta, ETA… Manuel Valls, solidarizándose con España.
Valls es capaz de presumir de “izquierda”, en Barcelona, en un mitín, cuando la izquierda francesa le reprocha su conservadurismo.
“¿Es de izquierda Manuel Valls?”, se pregunta Laurent Joffrin, director del semanario socialdemócrata Nouvel Observateur, poniendo el dedo en la llaga… “Se puede comprender a los diputados socialistas que critican a Valls: deben defender una política que golpea prioritariamente a sus electores más fieles”… On peut comprendre les députés socialistes : ils doivent défendre une politique qui frappe en priorité leurs électeurs les plus fidèles. Le Monde lo dijo de otra manera: Le coup de semonce du PS à Valls et à Hollande.
Esa capacidad cameleónica de abrazar con la misma sonrisa a Fernández Díaz y Elena Valenciano despide un tufillo populista que tiene raíces muy profundas.
A Valls le corresponde la incierta gloria de ser primer ministro de un gobierno cuyas políticas, cambiantes, han acelerado la inquietante ascensión electoral del Frente Nacional (FN), La extrema derecha de Le Pen relega a los socialistas de Hollande al tercer puesto electoral.
LeMonde, 19 / 20 mayo 2014. Intención de voto en las elecciones europeas del próximo día 25. Así se convirtió la extrema derecha de Le Pen en el primer partido obrero de Francia.
- Francia en este Infierno.
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