Al día de hoy, los socialistas europeos solo tienen en común Pacto fiscal europeo, negociado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.
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Que unos cumplen, otros no cumplen, y todos dicen aceptar como matriz de la construcción política de Europa…
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MUCHOS SOCIALISTAS, POCO SOCIALISMO
Huérfanos de ideas y proyecto común, François Hollande y siete jefes de gobierno socialdemócratas apoyan al candidato conservador a la presidencia de la Comisión europea, Jean-Claude Juncker.
Francia espera que esa solidaridad con el candidato de Angela Merkel permita conseguir, más tarde, alguna “flexibilidad” en la aplicación del Pacto fiscal europeo, que nadie discute pero el gobierno francés no consigue cumplir.
Hollande recibió este sábado, en el palacio de Marigny, un anexo del Elíseo -donde residen los huéspedes extranjeros y François Mitterrand instaló a su amante y su hija oculta-, a Werner Faymann (Austria), Elio di Rupo (Bélgica), Helle Thorning-Schmidt (Dinamarca), Matteo Renzi (Italia), Victor Viorel Ponta (Rumanía) Robert Fico (República eslovaca) y Bohuslav Sobotka (República checa).
También participaron en la “reunión informal” el vice canciller alemán, Sigmar Gabriel, líder del SPD, que forma parte de un gobierno de coalición liderado por Angela Merkel, y Martin Schulz, presidente del grupo socialista en el Parlamento europeo, candidato fallido a la presidencia de la Comisión.
FRANCIA SIGUE SIN SOCIALISMO NI DISCIPLINA EUROPEA
Oficialmente, se trataba de “preparar” y “coordinar” una posición más o menos común, ante la próxima cumbre europea de los días 26 y 27, cuando debiera decidirse, finalmente, el nombre del futuro presidente de la Comisión europea.
Oficiosamente, Hollande esperaba conseguir aliados para su viejo proyecto de “flexibilidad” en la aplicación del Pacto fiscal europeo, que ya denunció durante la campaña presidencial de la primavera de 2012.
Candidato a la presidencia, Hollande insistió en muchas ocasiones en que, de ser elegido presidente, Francia no ratificaría el Pacto fiscal europeo, el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria, el acuerdo firmado el 2 marzo 2012 por 25 estados miembros de la Union Europea (UE), que no desearon firmar el Reino Unido ni la República Checa.
A los seis meses cortos de su elección, Hollande se vio forzado a pedir a su gobierno y mayoría parlamentaria (socialista, con apoyos ecologista y de otras izquierdas) la ratificación de ese Pacto / Tratado negociado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, entre finales del 2011 y primeros del 2012.
Desde la ratificación francesa del Pacto fiscal europeo, el mes de octubre de 2012, Hollande ha reiterado en muchas ocasiones que Francia “cumplirá” sus compromisos. Año y medio después de la ratificación, todos los indicadores de la Comisión europea sugieren que Francia volverá a incumplir su palabra de Estado en materia presupuestaria, incapaz de respetar la disciplina que el Pacto pretendía imponer a la UE, para salvar la moneda común, el euro, de nuevas tormentas monetarias.
HOLLANDE, SIN ALIADOS NI CREDIBILIDAD
Durante los primeros meses de su presidencia, Hollande intentó que España e Italia se sumaran a su resistencia callada contra la disciplina presupuestaria europea. Aquella campaña tampoco tuvo éxito. En vísperas del próximo consejo europeo, el gobierno francés relanza su ofensiva contra la misma disciplina, intentando escudarse tras la “coordinación” con siete jefes de gobierno europeos, que tienen ellos mismos posiciones de muy distinta naturaleza, sin proyecto político común.
Sigmar Gabriel, vice canciller socialdemócrata alemán, participante en la reunión informal con Hollande, sugirió hace días una posible fórmula para dar “flexibilidad” al Pacto fiscal europeo. Angela Merkel se apresuró a recordar a su aliado gubernamental que “todos” los firmantes del Pacto deben respetar la misma disciplina común.
Werner Faymann, canciller austríaco, es un defensor a ultranza de la candidatura de Jean-Claude Juncker a la presidencia de la Comisión europea. Pero no defiende con el mismo entusiasmo ningún tipo de “flexibilidad” presupuestaria. Bien al contrario, Faymann también gobierna con una coalición que le impide gestos de ligereza presupuestaria como los que desearía conseguir el gobierno francés, que solo cuenta con un eventual aliado a geometría variable, Matteo Renzi, el presidente del Consejo italiano. Hollande y Renzi están en desacuerdo sobre el qué, cómo y cuando es necesario reformar, en Europa y la zona euro.
HOLLANDE Y VALLS, UNIDOS PERO DISTINTOS
Inexistente un proyecto europeo y socialdemócrata común, al que los laboristas ingleses añadirían otro frente de “diversidad” y diferencia, sustancial, la reunión informal del Elíseo prefirió insistir en un punto ecuménico, muy conservador: la inmigración “controlada”, que en su tiempo defendía con mucho énfasis Nicolas Sarkozy y ahora también defiende François Hollande.
En el seno del gobierno francés, el presidente y su primer ministro insisten en puntos de vista paralelos, si no fuesen potencialmente antagónicos.
Optimista, por antonomasia, el presidente Hollande declaró al final de la reunión informal: “Las prioridades que hemos retenido son el crecimiento y el empleo, utilizando todos los márgenes de flexibilidad del Pacto de fiscal, para favorecer el empleo joven, lanzando grandes programas de inversiones europeas”.
MÁS DE 50.000 MILLONES DE RECORTES
¿Puede la “flexibilidad” evitar el cumplimiento de la disciplina presupuestaria europea? A esa pregunta, implícita en el equívoco comentario de Hollande, Manuel Valls responde con mayor claridad: “No. No podemos renunciar a la lucha contra el déficit y la deuda. Quizá sea posible diferenciar los déficits estructurales y las inversiones con futuro”.
Cuatro días antes de la reunión socialdemócrata del Elíseo, el Tribunal de Cuentas había recordado al presidente Hollande que el déficit estructural del Estado francés sigue siendo superior al de las previsiones gubernamentales, aconsejándole medidas de austeridad suplementarias, tras el anuncio de los 50.000 millones de recortes presupuestarios que han dividido profundamente a la mayoría parlamentaria socialista.
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ABC,22 junio 2014
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