El debut europeo de Pedro Sánchez fue catastrófico.

[ .. ]

Pedro Sánchez y sus eurodiputados llegan a Europa para instalase en una tienda sahariana.
El potaje de Pedro Sánchez huele a podrido en Europa y la España joven.

Su apoyo a la derogación del artículo 135 de la Constitución lo confirma como un oportunista ignorante de la peor especie, instalando al PSOE en la ruta del PSC, aislando a su histórico partido de todas las izquierdas europeas, gubernamentales o de nuevo cuño.

Podemos recibió ayer un “aval” de peso en el terreno sensible de la gestión de la deuda: Financial Times apoya las tesis de Podemos sobre el problema nacional de la Deuda.

El PSOE, por el contrario, toma el rumbo del aislamiento insignificante. La reforma del artículo 153 de la Constitución, apoyada por Pedro Sánchez, entierra en la tumba del oportunismo el primer puntal de la credibilidad española.

Como Hollande, Rajoy no ha cumplido con ese artículo ni cumple con el Pacto fiscal europeo. Pero ese artículo fue redactado y aprobado con urgencia para salir al paso de una situación de bancarrota estatal: “España se encuentra en la peor situación económica central y la peor situación financiera pública desde hace medio siglo”… La crisis de la economía española y las reformas necesarias.

Con la reforma constitucional del verano de 2011, España hacía ante Europa y sus instituciones una promesa de Estado. Promesa finalmente incumplida, hasta hoy. Pedro Sánchez va mucho más lejos: apoya el incumplimiento expreso del Pacto fiscal europeo, instalando a su partido en la periferia del riesgo catastrófico, por insignificante y arcaico.

España, país periférico y subvencionado.

Merkel y el BCE imponen a Zapatero la reforma de la Constitución española.
Zapatero y la liquidación del socialismo.
Buena acogida internacional al proyecto de reforma de la Constitución.
PSOE y PP pactan la derogación constitucional del socialismo.
La reforma de la Constitución confirma un cambio cultural de fondo.

[ .. ]

[ .. ]

Madrid, 25 noviembre. EFECOM. El Congreso va a debatir hoy una propuesta de reforma de la Constitución planteada por Izquierda Plural para garantizar que se dé prioridad absoluta a los servicios públicos sobre el déficit cero y el pago de la deuda, como se instauró con la reforma acordada por el PSOE y el PP en agosto de 2011.

El PSOE va a votar a favor para que se tramite esta iniciativa y corregir lo que su secretario general, Pedro Sánchez, calificó ayer, lunes, de «error» la modificación que el anterior jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llevó a cabo en sus últimos días de mandato para evitar que España se viera abocada al rescate financiero.

La iniciativa de IU pide la reforma del artículo 135 de la Constitución para que el pago de los servicios públicos fundamentales prime frente a cualquier otro gasto presupuestario.

También propone la derogación de todas las disposiciones de igual o inferior rango que se opongan a esa reforma constitucional y, en particular, la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.

Como la proposición de ley no va a prosperar debido a la mayoría absoluta del PP, Sánchez ha anunciado que su partido la volverá a plantear en el Congreso el próximo mes de febrero.

El secretario general socialista ha admitido que la reforma que él mismo apoyó como diputado fue equivocada porque se hizo de manera exprés, impidiendo la consulta a la ciudadanía.

También ha criticado que el cambio pactado entre Zapatero y el entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, fue utilizado por el PP para «justificar y amparar legalmente los recortes en sanidad, educación y pensiones» a su llegada al Gobierno.

Sánchez acepta que se mantenga el principio de estabilidad presupuestaria, siempre que se garantice financiación suficiente para los servicios públicos esenciales.

El portavoz adjunto del PP en el Congreso Rafael Hernando ha tachado de «aurora boreal» que el PSOE pida ahora corregir la reforma de la Carta Magna de Zapatero dirigida a que los socialistas no acabaran «fundiéndose el dinero» de los españoles. EFECOM