Cosas de Le Point y Le Monde.
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Le Point, 29 / 30 noviembre 2014, Nicolas Sarkozy victorieux, mais sous surveillance.
Le Monde, 29 noviembre 2014, A droite, 40 ans de duels fratricides.
A mi modo de ver… Nicolas Sarkozy espera convertir la UMP en una maquinaria de guerra política que termine convirtiéndole en el “líder natural” de la derecha. Alain Juppé, el primero de sus rivales, espera salir victorioso de las elecciones primarias, previstas por los estatutos de la UMP.
Sarkozy es el candidato preferido entre los 280.000 militantes de la UMP. Según los sondeos, Juppé es el candidato preferido entre los 15 o 16 millones de electores de centro y derecha.
Se trata de dos legitimidades distintas y enfrentadas.
Su elección a la presidencia de la UMP confirma que Sarkozy es el candidato indiscutible entre los militantes, el núcleo duro del electorado conservador. Aritméticamente, sin embargo, ese núcleo duro es insuficiente para ganar una elección presidencial.
Para ganar una presidencial francesa, es necesario ganar todos los votos del bando propio (derecha o izquierda), más algunos votos del bando adverso. En ese terreno, los sondeos sugieren que Juppé es el candidato que cuenta con una base electoral más amplia, dispuesto a negociar con algunos centristas (François Bayrou) que Sarkozy considera sus adversarios personales.
Alain Juppé y François Fillon esperan que Sarkozy convoque una elección primaria para elegir quién de entre ellos debe ser el candidato de la UMP en la próxima elección presidencial. En principio, Sarkozy ha confirmado la celebración de esa consulta interna, en una fecha todavía imprevista, según modalidades prácticas que también enfrenta a los grandes rivales.
A juicio de Sarkozy en las primarias solo debieran votar los militantes del partido. A juicio de Juppé, las primarias del centro derecha deben estar “abiertas” a todos los electores potenciales…
Se trata de una guerra clásica entre las familias conservadoras francesas, desde hace varias décadas.
El enfrentamiento entre Valery Giscard d’Estaing y Jacques Chirac, entre 1976 y 1981, facilitó la elección de François Mitterrand.
El enfrentamiento entre Chirac y Edouard Balladur, en 1995, abrió un cisma cainita que tardó años en cicatrizar malamente, abriendo nuevas guerras entre partidarios del uno y el otro, cuyas heridas siguen sangrando veinte años después.
Entre 2002 y 2007, Chirac y Dominique de Villepin (su primer ministro y protegido), intentaron destruir políticamente a Sarkozy. Acalorado, Sarkozy declaró que colgaría en un clavo de carnicería la cabeza de quien había destruido su matrimonio (Villepin). Hoy, el mismo Chirac apoya a Alain Juppé (que también fue su primer ministro) contra el mismo Sarkozy.
Si Sarkozy consiguiese evitar o eludir la celebración de unas primarias, Juppé tiene previsto presentar su propia candidatura rival. En 1981 y 1995, la presentación de dos candidatos de centro derecha favoreció la elección y reelección de François Mitterrand.
Jean d’Ormesson, patriarca de la gran literatura francesa de nuestro tiempo, comenta el anunciado duelo entre Sarkozy y Juppé en estos términos: “La batalla de la derecha será dura. Esperemos que sea digna”.
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