Pont des Arts, 19 junio 2011. Foto JPQ.
Llevo años trabajando el tema: De la lucha contra el Estado, en el lecho.
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La Alcaldía ha puesto fin a la más romántica, cosmopolita, escandalosa, legendaria y reciente de las tradiciones -los candados de amor del Pont des Arts- con un plumazo / ordenanza burocrática de menos de cincuenta palabras.
“Érase una vez…”, hacia el 2008, una pareja de enamorados que descubrían París y el amor, abrazándose y besándose apasionadamente en el Pont des Arts (Puente de las Artes), entre el Museo del Louvre y la Academia, hacia el anochecer. Encantados, decidieron dejar una huella de aquel instante de gracia, grabando sus iniciales en un candado que ataron para siempre -esperaban- en la barandilla del primer puente metálico de la capital, construido (1801 – 1804) por Jean-Baptiste Launay, durante el Consulado de Napoleón Bonaparte.
Aquel gesto de dos enamorados se inscribía en la estela de una inmortal historia. El Pont des Arts ya tenía un puesto propio en la gran historia de las leyendas parisinas. Georges Brassens, Claude Chabrol, Vercors y un interminable etcétera de poetas, fotógrafos, cineastas, músicos, habían transformado el puente en materia poética, artística, desde mucho tiempo atrás.
Sin embargo, la primera y anónima acción poética de los enamorados del 2008 tuvo una suerte inusitada. A los primeros candados de amor sucedieron otros, decenas, centenas, millares. Y la tradición inmediata de los candados de amor, en el Pont des Arts, se extendió a otros puentes parisinos, como la pasarela Léopold-Sédar-Senghor, el Pont de l’Archevêché y la pasarela Simone-de-Beauvoir.
En apenas cuarenta y ocho meses, millares de acciones poéticas se sucedieron en esos y otros puntos. El Pont des Arts significó, siempre, la matriz original del más íntimo activismo amoroso. Se visitaba el puente para amarse, dejar constancia del amor y guardar un recuerdo inolvidable.
Tan escandaloso rosario de provocaciones fue percibido rápidamente como una amenaza pública. Entre el 10 y el 12 de mayo del 2010, la alcaldía lanzó una primera operación policial, no sin cierta nocturnidad alevosa. Varias brigadas de “especialistas” ya procedieron hace cinco años a cortar varios millares de candados, que los enamorados habían atado a las barandillas del Pont des Arts.
Aquella primera operación marcial / municipal no tuvo ningún éxito. La alcaldía intentó maniobras de muy diversa índole. Se sugirió con mucha campaña publicitaria que los enamorados abandonasen la tradición del candado de amor por el “selfie”, la foto íntima. La cosa no funcionó. La alcaldía intentó una “acción poética”: un artista plástico -Loris Gréaud- fue invitado a “crear” una obra con el “material” de los candados cortados y fundidos. La cosa fue interpretada por numerosos enamorados como una provocación intolerable.
Los enamorados siguieron prefiriendo sus acciones poéticas íntimas -amarse, fotografiarse y dejar la huella de un candado de amor- al arte burocrático de un plástico pagado con dinero público por la alcaldía.
¿Qué hacer? La alcaldía tomó el jueves una decisión “definitiva”. A partir del lunes, todos los candados de amor de los puentes parisinos -comenzando por los del Pont des Arts- serán definitivamente cortados y destruidos. Anne Hidalgo, la alcaldesa, nacida en la provincia de Cádiz, envió a las agencias de prensa este comunicado: “Varias centenas de millares de candados están atados a varios puentes parisinos. Ese fenómeno engendra problemas importantes: una degradación durable del patrimonio y un riesgo para la seguridad de los visitantes, parisinos y turistas”.
Con esas palabras intenta enterrarse la más romántica, turbadora, escandalosa y cosmopolita de las tradiciones amorosas recientes, en una ciudad donde no tienen cabida acciones poéticas y artísticas tan devastadoras.
Él y los candados de los enamorados.
Candados de amor y enamorados vuelven al Pont des Arts.
París. Enamorados ingleses.
j o s e p says
El origen del candado amoroso está en la novela «Ho voglia di te» del romano Federico Moccia, que vendió millones de ejemplares en todo el mundo, y que su film posterior immortalizó la imagen de la pareja de enamorados atando un candado al Ponte Milvio (si los emperadores Constantino y Majencio levantaran la cabeza…)
El resultado ha sido una explosión termonuclear que ha llevado los candados amorosos a todos los rincones del mundo.
JP Quiñonero says
Josep,
El que sabe, sabe. Vienen bien esas informaciones básicas.
Quiero pensar que se trata de una explosión termonuclear entre cursi y simpaticota…
Gracias
Q.-
j o s e p says
Ya ve, tengo un gran conocimiento sobre cosas banales …
JP Quiñonero says
Josep,
Anda, anda… en verdad, quizá no haya conocimientos banales. Con una piedra y / o un palo, un genio podía mover el mundo; pero los políticos pueden matarse con los mismos «instrumentos», a garrotazos,
Q.-