Felipe González quizá lleve razón en un punto:
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“Desgarro” quizá sea una palabra excesivamente amable.
En verdad, nadie está libre de culpa. González y sus amigos, tampoco. El “desgarro” tiene una larga historia, que se confunde con la floración reciente y crecimiento durante el último quinquenio de los mercados del odio:
España / Cataluña y la algarabía del odio.
España / Cataluña, perspectivas muy prometedoras para los mercados de deuda y odio público.
España / Cataluña, el odio vende (mucho).
España, Cataluña, cuánto, cuánto odio.
Cataluña, la siembra y el mercado del Odio.
Floración y crecimiento de los mercados del odio que se inscriben en la estela negra del Ruedo Ibérico y los esperpentos, la matriz goyesca original: El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
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