Place de la République / Boulevard Beaumarchais, 24 junio 2010. Foto JPQ.
Bien o mal gobernados, los franceses tienen un arma estratégica contra la crisis: “hacer” niños.
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Esa estrategia de la lucha contra la crisis en el lecho amoroso puede salvar a Francia del declive y transformarla en primera potencia continental, dentro de unos años.
Las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas Económicas (INEE) confirman a Francia como la potencia continental más dinámica en el terreno demográfico. Mal año, buen año, en Francia nacen cada día más de 2.200 niños. Los 818.565 niños franceses nacidos el año pasado consolidan un liderazgo europeo que tiene “inconvenientes” a corto plazo y es una fuente de salud nacional a medio y largo plazo.
Giselle Bellamy, socióloga, comenta las últimas estadísticas del INEE de este modo: “A corto plazo, el crecimiento demográfico tiene un costo económico alto. Atender a los niños cuesta dinero. Hacen falta guarderías, hay que gastar mucho en hospitales, ayudas sociales y escuelas. A medio plazo, se trata de un capital humano que asegura el futuro de la nación, cuando la gran mayoría de los Estados europeos están amenazados por un inquietante “invierno” demográfico”. Es el caso de España.
La fecundidad media de las mujeres europeas está muy debajo del umbral imprescindible para la renovación de la población, que suele ser de 1,6 niños por madre. Con un 2,01 % (2012) de fecundidad, Francia e Irlanda son los líderes europeos en materia de fecundidad, seguidos del Reino Unido (1,92), cuando la gran mayoría de los vecinos y aliados son víctimas de una fecundidad desastrosa para el futuro de muchos países y de toda Europa, en su conjunto.
Alemania apenas tiene (2012) una fecundidad del 1,38. La fecundidad de las mujeres españolas apenas alcanza un 1,43 (a la baja), muy semejante a la fecundidad de las mujeres italianas. Ese declive demográfico tiene consecuencias sociales, económicas y políticas catastróficas, amenazantes para el futuro colectivo.
Alemania sigue siendo el país más poblado de Europa, con 81.174.000 habitantes (2015), seguido de Francia, que tiene este año 66.352.469 habitantes. Siguen el Reino Unido (64.767.115 habitantes), Italia (60.795.612) y España (46.439.864). Varios estudios subrayan que Francia podrá convertirse en el país más poblado de Europa en apenas quince o veinte años.
El envejecimiento y la despoblación de Alemania, Italia y España afectará inexorablemente al puesto de cada país en la nueva geografía política continental. El “recorte” histórico del capital humano afecta y afectará a las cuentas nacionales y al dinamismo económico, social, cultural.
Hace años que la OCDE subraya el mismo problema de fondo: Europa y España necesitan más refugiados e inmigrantes, si no desean ser víctimas del envejecimiento colectivo. El envejecimiento de la población grava las cuentas del Estado y puede recortar la competitividad. El envejecimiento alemán quizá sea el más grave, a escala continental. Las reacciones políticas de Angela Merkel, pidiendo solidaridad, flexibilidad y comprensión ante la llegada de 800.000 nuevos inmigrantes y refugiados se inscribe en ese horizonte demográfico.
El dinamismo demográfico francés tiene insondables raíces históricas, culturales y antropológicas.Y un soporte estatal de gran alcance. Todos los gobiernos de izquierda y derecha sostienen desde hace décadas unas políticas de apoyo a la familia que François Hollande ha sido el primero en comenzar a recortar, para intentar cumplir los compromisos de un Pacto fiscal europeo que Francia no consigue cumplir.
Amor y natalidad enriquecen Francia.
Francia: de la lucha contra la crisis, en el lecho.
Cristóbal says
El quid de la cuestión: el soporte estatal.
En España, ni está ni se le espera… Ojalá más de un responsable político leyera tu artículo y en especial lo que dice Giselle Bellamy…
Saludos,
C.-
JP Quiñonero says
Cristóbal,
Qué decir. Es lo que hay.
¡Viva Thomas Pynchon!
Q.-
RICARDO LANZA says
¡Cómo han cambiado las cosas en Europa desde, simplemente, un siglo atrás! Francia, tradicionalmente la nación europea de crecimiento demográfico menor durante el siglo XIX y parte del XX (Un cartel proclamaba, evidenciando pánico, que antes de la Gran Guerra, nacían solo dos franceses frente a cinco alemanes), y la Germania unificada como madre ejemplar del viejo continente. Porque Francia fue el país más poblado de Europa en 1815 (30 millones de habitantes), y cayó al puesto tercero en 1914 (40 millones escasos y 65 de alemanes, aunque esa nación incluyera entonces Alsacia y Lorena, Silesia, Prusia Oriental, Posnania y parte de Pomerania y Brandenburgo, hoy pertenecientes a Francia, Polonia y Rusia. Sin embargo, los franceses y los británicos (El Reino Unido lideró el crecimiento demográfico en Europa durante el siglo XIX, y luego se detuvo repentinamente…¡hasta ahora!) son los que mayor diferencia tienen entre nacimientos y defunciones en estos momentos (junto con Irlanda (Un caso aparte. La tragedia nacional de la terrible hambruna y la continua emigración de 1840-1900, han conseguido que sea el único país del mundo que tiene ¡menos población ahora que en 1850: 8 millones toda la isla, frente a los 6,5 actuales). España tuvo un mal siglo XIX demográfico 11 ó 12 en 1800 y 18.5 en 1900, 70% más, y un espléndido siglo XX en que más que duplica sus habitantes. Lo malo está viniendo ahora, al caer la emigración y seguir la tendencia de la natalidad baja. ¿Soluciones?…
JP Quiñonero says
Ricardo,
Madre del Señor… te pones en un plan… El que sabe, sabe, claro. Se agradecen la información, la perspectiva, todo. Encantado, vaya,
Q.-
PS. «¿Soluciones?» De la lucha contra el Estado, en el lecho.
RICARDO LANZA says
Por cierto que aquel cartel presentaba la realidad de los dos franceses frente a los cinco alemanes, vestidos los siete de soldados y apuntando con las bayonetas hacia el otro país, entonces visto como enemigo peligroso e irreconciliable. Era la época del Kaiser, de los «Junker», de las secuelas debidas al afer Dreyfus, de las conquistas africanas a cargo de galos, germanos e ingleses, de la España que se iniciaba en la sangrienta guerra del Rif. Por detrás, unos Estados Unidos que acababan de convertirse en la primera potencia industrial del mundo, una Rusia que ya era imposible de subsistir y donde nadie era feliz porque todo estaba en precario, un Japón que asustaba tras las victorias militares contra chinos y rusos y un Imperio Chino, convertido en penosa marioneta de otros, desgarrada por sus propios señores de la guerra. Allí crecían Sun Yat Sen, Chiang Kai Chek y Mao. Cerca se hallaban de brotar Los Diez Días que estremecieron al Mundo. ¿Tan distinto o tan igual a ahora?
Un saludo, amigo.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Uauuuuuuu… Supongo que llevas razón en todo, claro. WB decía que el progreso es algo así como el eterno retorno de la catástrofe. En materia histórica, no hay nada nuevo. «La historia es una tragedia, y siempre acaba mal», decía RA. Temo que lleve razón,
Q.-
PS. Dicho eso… lo razonable quizá sea (AG dixit) no dejarse arrastrar por el pesimismo de la razón, y ser capaz de asumir el optimismo de la voluntad.
PS. ¡Qué redicho estoy!
RICARDO LANZA says
Ese optimismo es lo que puede liberarnos de los santones tenebrosos y los sacerdotes trágicos que aparecen en todas las épocas de la historia en que se teme, se vaticinan catástrofes, solo se espera lo peor. Muchos de nosotros debemos considerarnos afortunados. Aterran los dolores y las penas que hay por ahí, y afectan a millones. ¡Nunca debemos decir «mientras que no pase a mi, qué me importa», ni mirar hacia otro lado! Porque yo lo he hecho algunas veces, y todavía me queda ese ramalazo de la insolidaridad, algo contra lo que debemos emprender nuestra personal guerra.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Creo que llevas razón en todo. Eso de «santones tenebrosos y sacerdotes trágicos» suena muy bien, si.
Quizá lo esencial sea sencillo, al decir. Y algo más difícil se asumir: comportarse con dignidad, intentando comprender, intentando escuchar, ofreciendo la mano, el mantel y la palabra.
Q.-
RICARDO LANZA says
Decía mi tío, el acratón: «donde comen tres (en ese caso, él, su esposa y su hijo) comen cuatro» porque siempre había un desvalido (o dos) a su mesa y eso que al hombre apenas le llegaba para comprarse una camisa. Solidaridad, estimado, que no siempre la tenemos, y es que con el alarde solo no se completa.
Las más de las veces, me quedo en dar a «Me gusta» o, si acaso, a «Difundir».
JP Quiñonero says
Ricardo,
Bueno… la vida hay que llevarla como se puede, claro. De ahí mi insistencia en la dignidad, la mano abierta y la mesa puesta para el viajero que llega… me ha salido accidentalmente un recuerdo del viejo poema de Trakl comentado por Heidegger. Tu me perdonarás la pedantería, muy mía, por otra parte. «La mesa puesta para el viajero que llega..» Si…
Q.-
RICARDO LANZA says
A veces, ya sabes, estimado: la oración del compartir y entregar, la convierte la parte contraria en aprovechamiento. Pero tampoco importa: haz bien y no mires a quien. Un saludo fiel, amigo.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Amén.
A eso me refería… comportarse como un hombre, o como una mujer, quizá sea eso: estar de pie, como hombres, ante la adversidad. Jünger decía que el hombre se mide en su capacidad de resistencia contra el dolor. JB decía cosas parecidas…
Q.-