Cifras que los periódicos fingen ignorar:
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“¿Cómo calificaría usted la situación política?”.
“Mala / Muy mala”: 68,5 %.
“¿Cómo calificaría usted la situación económica?”
“Mala / Muy mala”: 69,1 %.
“¿Cómo calificaría la gestión del Gobierno del PP?”
“Mala / Muy mala”: 55,9 %.
“¿Si el PSOE hubiese estado al frente del Gobierno lo habría hecho mejor?
“Igual / Peor”: 75,5 %.
“¿Y qué partido le gustaría a Ud. que ganara?”
PP, 18,0 %.
PSOE, 18,9 %.
Ciudadanos, 13,6 %.
Podemos, 13,1 %.
NO sabe a quién votará, 19,1 %.
NO votará, 8,0 %.
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CIS, Preelectoral elecciones generales 2015.
Las elecciones andaluzas del mes de marzo confirmaron el conformismo inmovilista más castizo: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, Andalucía, el inmovilismo está en marcha: nadie podrá detenerlo.
Las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo confirmaron nuevas divisiones y fragmentación, España, puzzle inestable.
Las elecciones catalanas del mes de septiembre confirmaron castizas formas de mutuas incomprensibles patrióticas: España / Cataluña invertebradas.
Ante las elecciones generales del 20 de diciembre, una docena de partidos tienen un peso cierto y significativo en los distintos paisajes políticos españoles; pero ninguno de esos partidos es tan influyente como la suma de indecisos (19,1 %) y abstencionistas (8 %).
Tras la ilusión del “movimiento”, los distintos mercados políticos parecen víctimas de viejos y herrumbrosos conflictos. Los partidos de nuevo cuño confirman la vieja tentación del duopolio cainita.
Así, el legendario duelo ilustrado por Goya de manera canónica, El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas, pudiera ser la expresión suprema del conformismo inmovilista: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Dicho en francés, por el presidente Edgar Faure, “L’immobilisme est en marche et rien ne peut l’arrêter”. “El inmovilismo está en marcha; nadie podrá detenerlo”.
Constitución, financiación del Estado, modelo político: diez años de reformas pendientes.
Expresión suprema del inmovilismo: la ilusión del movimiento que no conduce a ninguna parte: “Sus demonios se llevan a España en volandas”.
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