Plaza Jacinto Benavante, 17 diciembre 2015. Foto JPQ.
Madrid, una mañana de invierno… Ángel en busca de trabajo.
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Vísperas del 20D… Metamorfosis del corazón de Madrid.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileña de padre peruano.
Vísperas del 20D… recuerdo a Ramón [ .. ] La calle de Carretas y el Café Pombo [ .. ] De cafés y sederías en el número 6 de la calle de Carretas.
Vísperas del 20D… el fantasma de Nuñez de Arce y “el fin de la nación española”.
Madrid, vísperas del 20D… recuerdo a Goya.
Madrid, una mañana de invierno… Estudiante de magisterio.
Madrid se despierta, en vísperas del 20D.
Vendedora de belenes en la Plaza Mayor de Madrid.
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Madrid, una mañana de invierno… Feliz Navidad.
Palacio de Santa Cruz, el día de Navidad.
Madrid, una mañana de invierno… Señora buscando su camino [ .. ] La crisis y el rostro de los seres humanos.
Madrid, una mañana de invierno… Esperando el autobús de Fuencarral [ .. ] Madrid, cuando llega el otoño, 9 … Lo castizo de ayer y de hoy, 2.
Madrid, una mañana de invierno… Duchas públicas, a 50 céntimos[ .. ] A dos pasos del edificio del antiguo Cine Europa, inmortalizado por Carlos García-Alix: Vigo, Buñuel, Carlos García-Alíx, pistoleros, anarquistas y… El honor de las injurias y el Libro que vendrá.
Madrid, una mañana de invierno… Políticos garrapatas [ .. ] La publicidad y la salida de la crisis.
Madrid, una mañana de invierno… Florista castiza.
Madrid, cuando llega el otoño, 18… “De Madrid al cielo” (en moto).
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Madrid, una mañana de invierno… Hombre solo esperando a los Reyes Magos, en la Plaza Mayor.
Madrid, una mañana de invierno… Hombre solo, en la Plaza Mayor.
Madrid, una mañana de invierno… Pareja castiza.
Madrid, una mañana de invierno… “Pisa fuerte, morena, que paga el ayuntamiento”.
Madrid, una mañana de invierno… Las señoras de la Posada del Peine.
Madrid, una mañana de invierno… Dos hombres, con perro, el día de Navidad, a la salida del Palace.
Madrid, una mañana de invierno… Estudiantes de bachillerato, en el Instituto San Isidro.
Madrid, una mañana de invierno… Tras las sombras del Pasaje del Comercio.
Madrid, una mañana de invierno… Chica en su puesto de trabajo, calle de la Montera.
Madrid, una mañana de invierno… Religiosa, en un barrio popular.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileña de padre peruano.
Madrid, una mañana de invierno… Vendedora de lotería, en la Puerta del Sol.
Madrid, una mañana de invierno… Lo castizo de ayer y de hoy.
Madrid, una mañana de invierno… Escaparate de pasteles, con pobre.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileña castiza.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileña de adopción, sevillana.
Madrid, una mañana de invierno… Moda para cualquier edad y condición, en La Latina.
Madrid, una mañana de invierno… Madre con niño, en la Plaza Mayor.
Madrid, una mañana de invierno… Hombre solo, en la Plaza Mayor.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileños de adopción, andaluces.
Madrid, una mañana de invierno… Hombre solo, en la Plaza Mayor.
Madrid, una mañana de invierno… Hombre solo, en Tirso de Molina.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileña de adopción, mallorquina.
Madrid, una mañana de invierno… Moda egipcia, en Lavapiés.
Madrid, una mañana de invierno… Madrileñas de adopción, orientales.
Madrid, una mañana de invierno… La comida halal vuelve a la antigua judería, Lavapiés.
Madrid, una mañana de invierno… “Esta fue su ciudad” [ .. ] París mestizo.
Madrid, una mañana de invierno… Ángel en busca de trabajo.
Javier says
Con el ‘ideal’ desenfocado (ni siquiera es un punto de fuga) y las ideas, por tanto, confusas, todo el elenco dirige su mirada a la izquierda (derecha del espectador), resignado o despreocupado, como a quien poco le importa si se encuentra en Lima o en Bogotá, en Quito o en Navalcarnero, todos huyendo de la luz cegadora que queda a su derecha (izquierda del espectador), un oropel que esconde a distancia lo que de cerca magnifica: el rastro de hollín que dejan los vehículos día tras día al subir y bajar la rampa de un aparcamiento, o sea, las penas de vivir. Si la luz proviniera de un farol, haría pensar que falta un goyesco pelotón de fusilamiento que, en este caso, fuera a dispararles por la espalda, algo también, por desgracia, muy cotidiano, sobre todo si andas despreocupado o resignado, confundido, sin un objetivo. Algo que, naturalmente, un emboscado de ley no se permite.
Feliz Navidad!
JP Quiñonero says
Javier…
Puede responderte con mucho retrato, tras un largo periplo automovilístico.
Dicho eso… qué maravilla de exégesis. Me quito el sombrero de encantado y rendido respeto.
Feliz Navidad…
Q.-
Javier says
Quiño, muy agradecido por tu generosa respuesta, que no tendría ningún derecho a exigir. La tomo con un grano de sal, desde luego.
JP Quiñonero says
Javier,
Hombre… cuando alguien te dirige la palabra o se detiene en la puerta de tu casa, con generosa simpatía -como es tu caso-, la más elemental norma de urbanidad o convivencia o como quieras llamarla quizá sea responder en el mismo tono cordial, agradecido, en mi caso, claro,
Q.-
Javier says
Pues es cierto, Quiño. Tu costumbre de responder siempre, con puntualidad y algo más que cordialidad, no es solo una manifestación de bonhomía, sino de coherencia cuando se cree en la fuerza civilizadora de las artes y las letras, que es lo que me parece que principalmente se celebra en este blog (tu casa, como dices).
Soy consciente de que esto de fuerzas civilizadoras, de artes y letras, ¿de la afirmación del logos y de su fundamento espiritual? (bueno, esto ya son palabras, como tú dices, muy mayores), depende de donde se suelte (especialmente en el pedregal hispánico), puede ser recibido con gestos de incomprensión, si no con ostensibles signos de burla y muy sonoras carcajadas.
No confío en que 2016 vaya a ser más propicio que el año que termina. Me conformo con que tu casa siga abierta, y nada te impida seguir ofreciendo hospitalidad a quienes gustan de curiosear en la biblioteca, hojear los álbumes de fotos, oír lo que se cuenta en las tertulias, sorprenderse con los lienzos y grafitis que decoran tus pasillos y estancias, y a veces se atreven, respetuosamente, a dejar una nota de visita.
JP Quiñonero says
Javier,
Uauuuuuuu…
Me tomo la libertad de copiarte: «… coherencia cuando se cree en la fuerza civilizadora de las artes y las letras [ .. ] fuerzas civilizadoras, de artes y letras, ¿afirmación del logos y de su fundamento espiritual..?»
Pues si, oye. Al margen de nosotros mismos, de eso se trata: una fe… fe en la palabra, en las cosas del espíritu (el conflicto de los Inmortales contra los Titanes, rescatado por los hermanos Junger), fe en la «materialidad» del Logos… tema de una vieja tesis doctoral que contaba la introducción del Logos alejandrino por unas tierras que nosotros llamamos Almería…
A todo esto… Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, Si, para ti y los tuyos,
Q.-