Caldetes, 20 agosto 2010. Foto JPQ.
Navidad, ay…
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Quizá sea la ilusión más honda e imprescindible: soñar que mañana amanecerá un día distinto; soñar que las estrellas iluminan el camino del Nacimiento de un mundo nuevo, por construir. Si somos capaces de soñarlo y construirlo…
… “Hay dos tipos de hombres. Los que sueñan, y cuando despiertan creen que han soñado. Y los que sueñan despiertos: estos son los más peligrosos; porque son capaces de hacer realidad sus sueños” (TH Lawrence, Seven Pillars of Wisdom), Melville, Shakespeare, Huston y el arte de morir como hombres.
“Decíamos ayer…”
De vuelta apresurada de Caína capital -abandonando precipitadamente su trabajo, en unas condiciones que amenazaban peligrosamente su futuro-, para recoger a Laura y su hijo, esperándolo angustiados en el Calipso’s, Gabriel ** pensó de inmediato que podría limpiar y volver a pintar toda la casa, comprar algunos muebles y enseres domésticos, para paliar los destrozos e intentar borrar todas las huellas visibles de la profanación y el allanamiento de morada, pidiendo ayuda a Maruca la de Hondales para encontrar algún paleta que quisiera hacer con rapidez tales trabajos, a un precio razonable. En uno o dos días -que Laura y su hijo podrían pasar en La Arboleja, intentando olvidar el espectáculo sombrío del que habían huido, despavoridos- la casa volvería a estar en orden, limpia, acogedora. Y aquel penoso incidente -que pronto olvidarían, cuando el pozo volviese a dar agua- solo sería un mal recuerdo que borrarían de su memoria con el gesto olímpico de su determinación, haciendo prevalecer el recuerdo de lo bueno, lo bello y lo justo de un mundo nuevo que ellos llevaban en sus corazones… La dama del lago.
La dama del lago y la lucha contra el Estado, en el lecho.
Quiñonero, sobre La dama del lago, la cultura, el periodismo, Caína, sus demonios y…
Irene says
Magnífico final, excelente novela. Buenas fiestas a tod@s
JP Quiñonero says
Gracias, Irene, Graciassssss…
Feliz Navidad, para ti y los tuyos,
Q.-
Javier says
Quiño, esa sombrilla plantada en la arena hace pensar en una amapola que florece en un desierto. Un milagro. El sueño del fotógrafo insomne? Hace escasas horas alguien escribía hace poco pidiendo un milagro. Casualidades.
JP Quiñonero says
Javier,
Milagroso, también, encontrar lecturas tan… se trataba y trata, en mi caso, de homenajes a William Eggleston, en estas cuestiones del color.
Avanti..!!
Q.-