Gallimard, 26 noviembre 2015. Foto JPQ.
Palabras mayores…
[ .. ]
Boualem Sansal (Theniet El Had, Argelia, 1949) es uno de los grandes escritores argelinos de nuestro tiempo. La suya es una obra esencial para intentar comprender los trágicos desafíos que plantea la expansión imperial del islamismo revolucionario, subversivo, terrorista.
Novelista, ensayista, testigo y analista de excepción, es autor de una veintena de obras que pueden leerse, en su mayoría, como intentos de diálogo y comprensión entre hombres y culturas de ambas orillas del Mediterráneo, convertido, desde hace una década, en la región más violenta y ensangrentada del planeta, devastada por guerras de religión, guerras civiles, incendios subversivos.
–En su novela / fábula 2084 teme usted la mundialización del Terror islamista. Los atentados del 13N en París son la última matanza de un largo rosario de matanzas muy recientes: solo en Francia, once atentados en once meses. Atentados y matanzas que se inscriben en una larga y ensangrentada relación de atentados atroces en Tunez, el Sinaí egipcio, Kenia, Kwait, Turquía, Nigeria. En menos de una década, las distintas “familias” del Terror islamista han manchado de sangre varios continentes. Desde esa perspectiva histórica, ¿cuál es su análisis de los últimos atentados de París y Túnez?
-El islamismo y el terrorismo islamista no ha dejado de crecer desde el 11S neoyorquino, desde la guerra civil argelina, que comenzó a finales de los años 80 del siglo pasado y se “terminó” oficialmente el 2002, aunque, en verdad, ese conflicto entre el Estado y los islamistas argelinos haya tomado otros rostros. La guerra civil argelina se cobró decenas, centenas de miles de muertos; y anunciaba de alguna manera muchos de los conflictos actuales. Desde entonces, el terrorismo islámico no ha dejado de crecer, por todas partes. Se han producido “pausas” aparentes. Pero, en verdad, el islamismo ha crecido de manera espectacular.
–En el terreno estrictamente militar, por ceñir el problema a la batalla que se libra en Siria e Irak, parece un poco delirante que el Califato, el Estado Islámico (EI), DAESH, consiga “derrotar” militarmente a una coalición de 64 Estados, liderados por los EE.UU. y Arabia Saudita, y a otra coalición formada por Rusia e Irán, sin olvidar los bombardeos de Francia…
-Los bombardeos pueden debilitar las posiciones de DAESH. Militarmente, los distintos participantes en el conflicto se emplean de manera muy distinta. Ese frente solo es una parte del conflicto en curso. Incluso si se terminase venciendo o destruyendo a DAESH, el problema de fondo volvería a estallar con otros rostros. En su día, Al Qaida fue el rostro más visible y amenazante del islamismo. Ahora, se habla mucho más del Califato, de DAESH, que es una organización “transitoria”, que pueden crecer, cambiar, “morir” o transformarse. El problema de fondo es la expansión creciente del islamismo, en varios continentes.
–Tras las matanzas del mes de enero pasado, los suburbios y los musulmanes de Francia guardaron silencio y solo participaron de manera parcial en la reacción de solidaridad nacional contra el Terror. Tras el 13N, se ha producido una cierta movilización de los musulmanes de Francia, denunciando el islamismo subversivo, denunciando el terrorismo. ¿Vive el Islam de Francia una guerra civil religiosa?
-Pudiera presentarse así. Pero no hay que olvidar lo esencial. El islamismo tiene muchos rostros. Es una suerte de “cambio climático”, creciendo desde muchos ángulos. Muchos imanes o musulmanes islamistas pueden criticar o denunciar el terrorismo. Pero su fe ciega y mesiánica crea fanáticos de muy distinta naturaleza. A su manera, el islamismo es la forma más inquietante de la globalización, la mundialización del Terror,
–Durante la última década, el Estado francés ha invertido unos 40.000 millones de euros en los suburbios de las grandes ciudades, en la banlieue… Sin embargo, es una evidencia que los suburbios / la banlieue, son siempre un terreno muy fértil para el fanatismo y el terrorismo islámico, ¿por qué?
-Estamos asistiendo a un fenómeno de nuevo cuño. El islam se está convirtiendo en una religión planetaria. No hay día que no tengamos noticia de un general americano que se convierte al islam; muchas personalidades cosmopolitas presumen de su simpatía o su conversión al islam; son frecuentes de manera llamativa las noticias de futbolistas que descubren y abrazan el islam, con cierta vocación proselitista. En los suburbios franceses se trata de un fenómeno que viene de lejos. Cada cual pone en el islam lo que quiere. Los imanes autoproclamados son incontrolables. Y los jóvenes perdidos en los suburbios encuentran en el islamismo una religión de sustitución, con una “épica” que viene a sustituir el espacio moral de los antiguos valores destruidos o abandonados.
–Habermas afirma que es el islamismo es una forma de prolongación del desarraigo suburbano.
-Bueno… esa es solo una parte del problema. El problema de fondo es que las sociedades europeas han convertido el consumo, el confort, en “religiones” de sustitución. Hace años, un eslogan situacionista decía “única religión, el consumo”. Ante esa pérdida de valores, el islamismo ofrece a los jóvenes de los suburbios un “horizonte utópico”, en forma de “cruzada”, con su rosario de promesas: el “paraíso”, los incontables “honores” que acompañarán a los “héroes”, la “esperanza” de morir matando, y a cambio ser “pagado” con cincuenta vírgenes ofrecidas a los “héroes”. Quizá puede vencerse militarmente al Califato, al Estado islámico (EI), pero el veneno original es el islamismo. Paradójicamente, los bombardeos y las victorias militares, presumidas o reales, refuerzan la propaganda islamista en los suburbios franceses y europeos.
–Si lo entiendo bien, el islamismo subversivo es muy atractivo para muchos jóvenes europeos, musulmanes, primero, islamistas más tarde, atraídos por la “luz negra” de la propagación del crimen terrorista.
-Los jóvenes nacidos en familias musulmanas piadosas se educan en la miseria social, en el desarraigo absoluto, en la destrucción de la familia, en la perdida de todos los valores, cívicos y morales. A partir de ahí, el viaje iniciático al Yemen, a Afganistán, a Irak, a Siria, les ofrece un “proyecto épico”, propagar el yihadismo revolucionario, en los países árabes, primero; en Europa, después. Para ellos, sus crímenes tienen algo de batalla “romántica”, de “cruzada contra los infieles que han explotado a nuestros padres”.
–¿Qué hacer?
-Quizá el Estado francés lleva muchos años comportándose con una “tolerancia” que algo pudiera tener de desarme moral. Los poderes públicos franceses llevan muchos años dejando que el islamismo continúe creciendo. Y no es un secreto que los islamistas predican en la banlieue, en los suburbios, en las mezquitas, en las cárceles. Quizá se piensa que no todos los islamistas son terroristas. Quizá tras la tolerancia se abre una brecha que los yihadistas utilizan para enrolar directa o indirectamente a nuevos terroristas, educados en muy diversas formas del islam, para terminar convirtiéndose en criminales. No es una tarea fácil combatir el proselitismo islamista, que tiene muchos rostros. Francia es una democracia, laica, republicana, etcétera. Pero los islamistas proliferan por cualquier resquicio que se les ofrezca.
–Orwell anunciaba en 1984 el advenimiento del Estado totalitario absoluto, era una profecía negativa: una tiranía universal totalitaria. Homenaje a Orwell, su 2084 anuncia el advenimiento del Estado totalitario islamista…
-Hay muchos paralelismos. El mesianismo totalitario. El deseo de controlas las almas y los cuerpos de los seres humanos. El racismo. El uso mesiánico del odio y el crimen, utilizados para conseguir objetivos políticos y diplomáticos.
–En su novela Le Village de l’Allemand ya establecía usted un cierto paralelismo entre islamismo et nazismo. Sin embargo, ciertos especialistas percibe en el terrorismo islámico una raíz nihilista, criminal, que viene del Dostoiewski de Los demonios, de naturaleza muy distinta al totalitarismo nazi más “racional”.
-Muchos islamistas pueden ser discípulos de los criminales nihilistas de la novela de Dostoiewski. Pero el Califato, el EI, se comporta con la lógica imperial del nazismo. Para los islamistas, el uso del crimen es muy semejante al de los nihilistas rusos, una violencia ciega, criminal; pero esas acciones “aisladas” están “orquestadas” por “estrategas” islamistas que tienen como objetivo una visión imperial comparable al nazismo.
–Muchos criminales nazis eran personajes muy cultivados, capaces de escuchar a Mozart o apreciar a los grandes pintores impresionistas, mientras trabajaban en los campos de concentración y exterminio masivo de seres humanos. Los terroristas islámicos son más bien bárbaros que hablan mal el francés y el árabe coloquial, personajes tan siniestros como incultos.
-No se equivoque. Muchos islamistas son gente muy cultivada, capaces de embriagarse con su música religiosa. Muchos imanes islamistas son grandes retóricos, que utilizan la oratoria con gran talento subversivo. La seducción de los jóvenes atraídos por el islamismo subversivo comienza por la retórica y la oratoria, que pueden tener una dimensión “encantatoria”.
–Hay un conflicto policial, un conflicto militar y un conflicto religioso y cultural… ¿En qué “frente” es posible albergar alguna esperanza?
-Todos los “frentes”, como usted dice, son “complementarios”. Los militares pueden seguir adelante con sus maneras de entender el conflicto, en Siria, o en Irak. Pero recuerde usted los Desastres de la guerra de Goya. En el frente policial, Francia ha declarado el Estado de excepción y se han realizado millares de redadas. Se han descubierto armas, se han practicado detenciones. La lucha cultura y cívica requiere ser más “combativos”. El islam no está organizado y hay muchas versiones, a nivel local y a nivel mundial. Iran, Turquía, Arabia Saudita, son grandes potencias musulmanas, que tienen muchas ambiciones antagónicas. No es un secreto que esas potencias musulmanas llevan muchos años invirtiendo decenas quizá centenares de miles millones de dólares en la propagación de diversas formas de islamismo. Europa lleva muchos años voluntariamente ciega hacia esa fuente de financiación del islamismo religioso. En Francia, en Europa, es necesario convencer a todos los musulmanes de lo esencial: tienen todo el derecho del mundo a ser musulmanes; pero deben aceptar la Ley que deben respetar todos los ciudadanos. Las sociedades europeas deben hacer un trabajo de largo aliento, en las escuelas, en las universidades, en los periódicos, en el mundo cultural.
–¿Es posible separar la guerra militar de la guerra cultural?
-Quizá sea indispensable. El Califato, el Estado Islámico (EI), las distintas formas de islamismo subversivo, aspiran a propagar la guerra militar, el derramamiento de sangre, para sembrar odio y enfrentamientos guerra civilistas, por todas partes. Los Estados europeos deben ser firmes en los principios, imponiendo el respeto del orden y los principios básicos de la vida en común. Al mismo tiempo, la escuela, la universidad, la cultura, deben evitar las trampas tendidas por los islamistas, comenzando por la propagación del odio.
–Usted es argelino, beréber y escribe en francés ¿Le ayuda esa identidad cultural íntima a comprender mejor estos problemas?
-Quizá. La lengua y la cultura beréber son muy anteriores a la llegada del islam a todo el Magreb. La identidad beréber también es rica y diversa. En Argelia, los beréberes kabilios con percibidos por el Estado como unos nacionalistas peligrosos. El mismo Estado que ha aceptado y asumido la propagación del islamismo, tras la guerra civil, no acepta la defensa abierta de la cultura beréber kabilia. En mi caso, he decidido vivir en mi patria natal. Huir me parecería una cobardía. Creo en la cultura. Sin hacerme muchas ilusiones. Argel acoge cada año un salón del libro árabe, uno de los más importantes del mundo… por una parte, están los editores francófonos, que son gente como usted o como yo; por otra parte, están los editores musulmanes, donde la norma es la religión y las mujeres con velo. Dos mundos diametralmente opuestos, que ni se hablan ni se entienden.
Geografía de la galaxia yihadista parisina…
La banlieue / los suburbios, pudrideros del tejido social de Francia.
Francia: nuevo frente de lucha, los suburbios, 2.
Jesús says
Muy interesante la entrevista, muchas gracias por publicarla.
PD: Me tomo la libertad de irrumpir con esta reflexión sobre el último sainete local, aquí en México: http://horizontal.mx/el-gran-criminal/ Me pareció que podría interesarte.
JP Quiñonero says
Jesús,
Pues encantado de la vida, oye. Feliz Año.
Si, está muy bien esa reflexión sobre la historia del actor y el asesino. Se puede ser un gran actor y un petardo como «ideólogo» y traficante en ideas muertas…
Q.-
Pablo Eugenio Fernández says
Leído, Quiño, de rabiosa actualidad esta entrevista de 2016, cómo vuela el tiempo, ese Estado Totalitario del futuro, la cultura woke, el Islam. Aquella lo promueve como mascota, y la mascota es como los cuervos.
La escritura, la cultura árabe es anterior al Islam.
JP Quiñonero says
Pablo,
Siempre tan cordial y generoso…
..
Me pareció oportuno repescar la entrevista: todo lo que dice se cumple de manera vertiginosa, ay…
Hubo y hay otros árabes no islamistas, claro que si, incluso algunos fueron andaluces y escribieron cosas muy bellas…
Q.-