Fortune, revista de referencia de los medios financieros norteamericanos, teme que todo vaya de mal en peor.
[ .. ]
Allí donde yo hablo del Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas, Fortune habla de “inhabilidad patológica” (para el diálogo), cuya prolongación deberá pagarse con más amargura, más recriminación, más dolor… más incertidumbre y estancamiento, social, cultural, económico, etcétera; ya que hay “obstáculos, más allá de la política”…
There are obstacles beyond the political [ .. ] Pathological inability inability to address the Catalan issue openly [ .. ] Another 18 months of inflexible standoff probably won’t lead to independence for Catalonia, it will almost certainly lead to more bitterness, recrimination, and pain… Fortune, 15 enero 2016, Ian Mount, Spain’s Catalonia Secession Drama Is About to Get a Lot Worse.
Las negritas son mías.
El duelo a garrotazos visto desde Europa.
“Inhabilidad para el diálogo” que tiene un costo económico cierto:
España / Cataluña invertebradas: menos confianza, más deudas, más pobreza.
Moody’s : los catalanes tendrán que pagar de su bolsillo la incertidumbre política.
Tiene triste gracia, Quiñonero, que se acuse a los políticos españoles de fuera de Cataluña de «inhabilidad patológica para el diálogo», después de que desde 1975 se les haya dado todo a los nacionalistas: protagonismo pleno en las negociaciones constituyentes y de pactos; inclusión del término «nacionalidades» en la constitución; peso más que específico en los gobiernos nacionales sucesivos, hasta el punto de que la mentira de Podemos y Ciudadanos sobre las maldades del bipartidismo se demuestra en que nunca lo hubo, porque casi todos los gobiernos quedaron, por la fuerza o voluntariamente, en manos de los nacionalistas, que con pocos votos ejercían una presión desmesurada; o la aplicación durante los años en torno al nuevo Estatuto de la «cláusula de no conflictividad» por la que en cada ministerio se dejaban pasar las ilegalidades e infidelidades más clamorosas, con tal de no irritar a los siempre irritables; hasta llegar al nuevo Estatuto catalán, una obra disparatada, al que apenas se le corrigieron cuatro de entre muchos de esos disparates, provocando el agravio eterno; y todo ha culminado con algo muy parecido a un golpe de estado por etapas, sin que aún se hayan aplicado medidas, ni se haya dejado de cumplir todas y cada una de las obligaciones del Gobierno de la Nación y del resto de Comunidades.
¿Es todo esto incapacidad crónica para el diálogo?
Sabemos –los que los seguimos– de la incapacidad crónica de muchos medios internacionales para enterarse, alimentados por la incapacidad de no pocos españoles para decir la verdad cuando algo contraría sus secreciones político-biliares.
Pues ánimo…
Antonio,
Temo que no has leído el artículo en cuestión. A partir de ahí, das tu opinión general sobre una historia general, cuando Fortune se limita a comentar lo que se limita a comentar, que no es exactamente lo mismo.
Dicho eso, lo que escriben FT y / o el Economist, con mucha frecuencia, puede leerse y aprender algo incluso años después de escrito,
Q.-
Bueno, Quiñonero, menos mal que no citas a The New York Times, gran regalador de portadas instantáneas al 15M y su hijuelo-padre, Podemos, conexión que los periodistas no investigan…
En cuanto al artículo del Fortune, es una indecencia desde el punto de vista histórico, jurídico y de la más evidente verdad, siempre con las mismas referencias marginales de los mismos corresponsales refugiados en su circulito de compañeros de ideología (o de los que sin ellos percatarse se arriman a influenciarlos). Lo que dice de la Transición repugna, no encuentro otra palabra. Sus nociones jurídicas dan entre pena y miedo.
Sí quieres, le hago la exégesis, refutando punto por punto, pero supongo que no te interesa.
Un saludo
Ay… Busco al supuesto «referente académico» del tal Ian Mount y sale lo que sale: Ignacio Sánchez-Cuenca… Así dice lo que dice sobre la tradición y tiene esa concepción del Estado de derecho, desfigurando toda realidad o evidencia que no le de lo que quiere. Y, por supuesto, es la única referencia, ¿contrastes? Para qué… Y encima: lo de siempre (y esto, Quiñonero, me duele de verdad que lo hagas porque necesitamos la prensa rigurosa de raíz intelectual que podías y debías dar siempre): estos disparates los dice Fortune. Pues no: los dice ese sujeto. Si no, es como decir que el ABC cree que Putin es el salvador del mundo sólo porque lo escriba Juan Manuel de Prada. No está bien.
Antonio,
Efectivamente: estoy en perfecto desacuerdo en todo lo esencial. Tu tono de voz me pone los pelos de punta.
Q.-
Hombre, Quiñonero, yo creí que los totalitarismos (en sus tres combinaciones no excluyentes: comunismo, fascismo y nacionalismo), en auge por toda Europa y América era lo que de verdad ponía los pelos de punta…
Antonio,
El lenguaje negro de la España negra es anterior e igualmente profundo, devastador. Y el lenguaje de la España negra con ribetes sacristaniles no te digo,
Q.-
Pero Quiñonero… Llamar «sacristanil» a quien apela a tu responsabilidad intelectual es como llamar «maricón» al que se preocupa de la estética.
Ponerle «negra» al nombre de España…
Pero aunque seguro que a los dos se nos da muy bien insultar porque para eso Dios, o «la madre naturaleza», nos hicieron con el don de la palabra, creo que ni tú ni yo estamos en internet para eso, ni creemos que justo ahora esté el horno pa bollos.
Que para hablar de España y del problema independentista te sobren los argumentos de Julián Marías y Ortega, y (claro) los míos, y te irriten hasta el punto de convertirte en lo que siempre con razón criticas, no promete nada bueno.
Yo, sacristanil y todo lo que quieras, te sigo invitando a salir de esa trampa en la que las manías inveteradas pueden a la razón.
Ahora me voy, que llego tarde a ayudar en misa…
Un saludo
Antonio,
Te pido perdón si te he ofendido.
…
Sobre el fondo de la cuestión…
Las cosas de Marías sobre España & Cataluña rezuman sensatez y buenas intenciones. Se quedan un poquito cortas para comprender lo que está ocurriendo.
Ortega avanzó una idea esencial para comprender lo que está ocurriendo: pero se quedó en esa idea; no llegó a escribir la continuación de aquella idea, esbozada de manera bastante sumaria, por otra parte. Cataluña no le interesaba mucho; ni escribió nada indispensable para entender lo que está ocurriendo.
Ahora que no nos oye nadie… sobre el conflicto España / Cataluña, mi libros y ensayos son materiales de trabajo bastante más útiles para intentar comprender, recurriendo a la historia de la/s cultura/s,
Q.-