Place Saint-André-des-Arts, 4 marzo 2016. Foto JPQ.
París by night… Noche lluviosa, en Saint-Michel.
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Pareja, en Saint-Michel… cuando llega la noche [ .. ] Las parejas, en el nuevo París pop [ .. ] Pareja, cuando cae la tarde.
Pareja, en Saint-Michel… cuando cae la tarde.
Chicas, en Saint-Michel… cuando cae la tarde.
Saint-Michel tiene muchos otros rostros:
Camino del metro, cuando despierta el día.
Amanecer muy tardío, en Saint-Michel, 2.
Amanecer muy tardío, en Saint-Michel.
La ciudad despierta, tras una noche de intranquilos sueños.
París se despierta… “Tras una noche de intranquilos sueños”, 3.
París se despierta… “Tras una noche de intranquilos sueños”, 4.
París se despierta… “Tras una noche de intranquilos sueños”, 7.
París, la rentrée… Saint-Michel.
Parisino entre sus papeles administrativos.
Ella, entre sillas e invisibles camareros.
Michael Kors, turismo y basura en el París pop monumental.
El pop de Penélope Cruz y las chicas inmigrantes rumanas sin trabajo.
El amor y las hamburguesas.
Una pareja esperando construir un mundo nuevo, más limpio.
Ellas se aman, ante Notre Dame.
Turistas fotografiando Notre Dame.
Metamorfosis del Pont Saint-Michel.
Metamorfosis de Notre-Dame de París.
Metamorfosis de los buquinistas de París.
Parisina merendando, al anochecer, en St.-Michel.
Los jóvenes parisinos y la comida callejera, en el París pop, 2.
Católicos en procesión, orando por la salvación de Francia.
Cólera y manifestaciones, tras la muerte de un joven de extrema izquierda.
Joven cantante americana, en París.
París by night… Anochecer en el Boulevard du Palais.
Ciclista, al anochecer… Homenaje a Jacques Henri Lartigue.
Mujer soñando, ya bien entrada la noche.
Ella, las formas clásicas y el origen del mundo, 21… la noche del 13 / 14 de julio.
La vendedora de crêpes y los hombres… cuando cae la noche.
Hermosa luz de invierno en esta serie de Saint Michel…
Irene,
Si… La óptica Leica Summilux 23mm f/1.7 tiene una luminosidad excepcional. La luz de los atardeceres parisinos, pone el resto, tan lejos de la primavera, todavía…
Graciassss
Q.-
La photo parece retocada con algún Photoshop o Lightroom. Pero creo que tú no lo haces nunca, ¿no?
Lejano,
Lo de retocar suena fatal, incluso puede tener algo de ofensivo, cuando se trata de maquillar un rostro (para bien o para mal) o maquillar la realidad: quizá sea indispensable denunciar esa manera de engañar, mentir y ocultar la realidad.
Por el contrario, el uso de photoshop / lightroom para dar o quitar luz, para recuadrar, para dar o quitar brillo, para subrayar este o aquel detalle, es una técnica tan vieja como la existencia misma de la fotografía. El revelado y la edición de la copia papel siempre ha sido usado con el mismo fin: recuadrar, recortar, iluminar, etcétera. Y es una técnica canónica. HCB, por ejemplo, podía dejar que sus asistentes hiciesen las copias de sus negativos. Weegee fue un grandísimo artista de la edición de imágenes de cadáveres, con un arte de gran creador. En Avedon o Martin Parr, por citarlos solo a ellos, la puesta en escena, la composición y la edición forman parte del mismo proceso creador… Hélas, no llego yo a tanto,
Q.-
PS. «La óptica Leica Summilux 23mm f/1.7 tiene una luminosidad excepcional».
Pero ¿dónde está la frontera? Yo he visto fotos muy mediocres que con Lightroom se volvían postales turísticas.
Hoy las posibilidades son mucho mayores que las que tenian nuestros padres y abuelos. Con una photo en formato raw y Photoshop o Lightroom, las posibilidades son infinitas.
Tú, ¿qué programa utilizas para «mejorar» tus fotos?
Lejano,
Uf… Lightroom puede fabricar postales turísticas, efectivamente. Temo que ningún programa pueda crear buenas fotos. Los programas producen, arreglan, manipulan, lo que quieras. Pero nada sustituye al ojo del autor de una obra propia.
No sé, no sé… ningún programa ha creado fotos tan complejas como las de los grandes creadores de los años 10 – 20 – 30. Estuve estudiando días pasados las fotos de la colección completa de «Camera Work»… casi todo está dicho y «hecho» en el terreno de la fotografía de la gran ciudad, Nueva York, en este caso.
A decir verdad, los programas no pueden resolver ninguna de las cuestiones esenciales de la creación. Lo pueden todo, por el contrario, en el terreno de la manipulación política y la manipulación publicitaria. Ahí, en ese terreno, hacen «milagros».
En el terreno de la creación, la gran revolución de los últimos quince, veinte o treinta años son las nuevas ópticas, de una luminosidad excepcional. Los objetivos Summilux de Leica tienen una luz quizá única. Poder fotografiar sin flash, al anochecer, la plaza de Saint-Michel, era algo impensable hace apenas medio siglo. Esa luminosidad excepcional tiene un inconveniente: la utilización del flash queda desplazada. Las grandes creaciones de Weegee se basaban en el juego entre la oscuridad y la luz brutal del flash. Las nuevas ópticas ven cosas en la oscuridad que no siempre ve el ojo humano.
…
Perdón por el tostonazo.
Q.-
PS. En mi caso, lo he utilizado casi todo… Canon te regala un programa especial para importar / editar. Lo utilicé, pero lo abandoné: te obliga a utilizar siempre ese programa. Photoshop te da más libertad. Pero yo lo alterno con el modesto pero siempre razonable Picasa, gratuito, que te permite un vistazo rápido. Leica te regala un Lightroom… lo descargué, sin llegar a utilizarlo. Photoshop sigue inventando programas… utilísimos para la industria publicitaria, la moda y todo eso.
Nada de tostonazo. Muy interesante.
De acuerdo con que en cuestiones de fotografía (como de cine) todo ha sido inventado en la primera mitad del siglo XX. Y con que de nada valen los programas informáticos si no se tiene «el compás en el ojo», como decía Miguel Ángel.
Recuerdo haber visto una tarde, hace unos 12-15 años, a Willy Ronis en el ángulo de la Place du Guignier que está la lado de la rue de l’Hermitage (muy cerca de donde vivo), de pie, casi inmóvil, con su cámara. Desde la parada del bus 26, que yo tenía que coger, le vi mirar el cielo varias veces, como si esperara la luz ideal. Dejé pasar un par de buses por ver cuánto tiempo iba a tardar en hacer su foto y al cabo de unos 15 minutos, teniendo prisa, cogí finalmente el bus sin haberle visto hacerla. En todo ese tiempo sólo le vi mover la cabeza, mirar las nubes (era un día de primavera, con un cielo muy cambiante). Y me dije que debía de saber exactamente lo que quería fotografiar y que estaba simplemente esperando la luz perfecta.
Una lección de paciencia artística que me impresonó mucho.
Por cierto, dices que utilizas Picasa. Eso significa que no utilizas el formato raw. ¿O Picasa lo lee ahora?
Lejano,
Si, si… tuviste la suerte de asistir a una manera de trabajar bastante canónica, de ayer, de hoy y mañana. Doisneau cuenta en sus memorias que podía pasarse una santa hora, en algún lugar, esperando que apareciese un personaje por la esquina, la plaza, el puente, el lugar, donde él esperaba, apostado, como un pescador de caña, aguardando el momento / instante de gracia del que habla HCB. En ocasiones, en el momento crucial, cuando aparecía el personaje, alguien le preguntaba la hora, y se jodía el instante de gracia.
En mi caso, apenas soy capaz de esperar más allá de un cuarto de hora. En algunos lugares, por otra parte, quedarse quieto esperando puede llamar la atención. Oséase, que la paciencia es un punto. Salvo en manifas y cosas en movimiento. En ese caso, lo más razonable quizá sea una pacífica blitzkrieg,
Q.-
PS. Efectivamente, no utilizo el raw. Sería larguísimo entrar en ese detalle. Muy groseramente, la tropa artística y todo eso prefieren el raw, permite currar el original con muchos matices. La canalla periodística suele inclinarse por el jpg.