Los ecologistas franceses eran y son pocos; pero casi todos sabían que Denis Baupin, vice presidente de la Asamblea Nacional (AN), era un adicto al acoso sexual, no solo telefónico.
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“Nous étions au courant depuis presque un an”.
Durante varios años, el honorable Baupin -instalado en la cúspide del poder político-parlamentario- acosó de manera sistemática a varias mujeres, enviándoles mensajes de una rara crudeza sobre sus deseos y fantasmas sexuales, sobre la intimidad de las mujeres, sobre las “posiciones” que “imaginaba”, sobre sus “deseos”, expresados en un lenguaje del más bajo prostíbulo de carretera.
Sandrine Rousseau, portavoz de Europa Ecología Los Verdes (EELV), cabeza de lista en las últimas elecciones regionales, cuenta con mucho detalle el comportamiento indigno de Baupin en numerosas ocasiones, aprovechándose de la oscuridad, en un pasillo, para “saltar” sobre ella, “manosearla” mientras intentaba besuquearla, intentando “romper” su ropa interior, con “rara brutalidad”. Cuando Rousseau contó la historia a la dirección de su propio partido, algunos de sus compañeros se “echaron” a “reír”, haciendo comentarios de este tipo: “Nada, Denis ha vuelto a comenzar… son cosas que ocurren”.
Las revelaciones de Rousseau y otras tres mujeres sobre el acoso sexual insistente, repetido y muy prolongado en el tiempo, han provocado una tormenta de reacciones, forzando la dimisión del vicepresidente de la Asamblea Nacional.
Esa dimisión y escándalo particular se inscribe en una ya larga estela de escándalos de la misma índole. Hace apenas unos días, dos periodistas, Stéphanie Marteau y Aziz Zemouri, publicaron un libro titulado L’Élysée Off, con revelaciones comprometedoras sobre Michel Sapin, ministro de Finanzas.
Según Marteau y Zemouri, Sapin habría siendo sorprendido cuando “tiraba del elástico” de las braguitas de una periodista, haciendo comentarios de un gusto “dudoso”. Sapin se apresuró a desmentir. Pero varias periodistas han confirmado el comportamiento “impresentable” del ministro de Finanzas, amigo íntimo de François Hollande.
Sapin se considera “víctima” de una manipulación. Sin embargo, Marteau y Zemouri han recibido el apoyo directo de numerosas periodistas, dispuestas a declarar, judicialmente, si fuera necesario, sobre los “gustos” y “bromas” del ministro de Finanzas, apoyadas con “gestos” y “acciones” con sus manos, haciendo “chistes” sobre diversas partes íntimas de algunas colegas.
Liberation publica un manifiesto pidiendo que cese una impunidad masculina que consideran dramática: “Ils sont issus de toutes les familles politiques sans exception, naviguent à tous les niveaux du pouvoir et n’ont droit à aucune impunité.”
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Liberation: Harcèlement et politique: “Pour que l’impunité cesse”.
Irene says
Gravísimo, la verdad. Parece haber ahí, en ese campo que se diría progre, tanta porquería como vamos sabiendo que la hay en la iglesia católica.
En efecto, hay que sacudir la alfombra y airear lo que oculta.
JP Quiñonero says
Irene,
Amén…
Q.-