Il Settimo, 7 abril 2015. Foto JPQ. Michel Rocard:
“Francia sufre de una incultura económica gigantesca; Europa es víctima del inmovilismo”.
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Le Point, 23 junio 2016. “La gauche française esta la plus retrograde d’Europe”.
Michel Rocard era el último de los grandes patriarcas del socialismo francés: el más independiente, crítico y socialdemócrata de la historia nacional. Su testamento político, publicado hace unos días, comenzaba con esta frase: “La izquierda francesa es la más retrógrada de Europa”.
Rocard nació en el seno de una familia burguesa, católica por su madre, protestante por su padre, resistente histórico contra la invasión nazi, científico de gran prestigio.
Su pasión por la política comenzó muy pronto, tras un breve viaje iniciático al Reino Unido. Tuvo como compañero de estudios a Jacques Chirac, con quién guardó una amistad profunda, a pesar del abismo político que los separó durante toda la vida.
Socialista autogestionario desde los años 50, militó y fue uno de los fundadores del PSU, un partido socialista enfrentando a la vieja SFIO socialista, que “embarcó” a Francia en la guerra de Argelia. De esos años datan sus enfrentamientos con los viejos “elefantes” del socialismo marxista francés, sus más viejos enemigos a primera sangre política. De aquellos años data su enfrentamiento personal con François Mitterrand, al que Rocard calificó de “asesino” por su comportamiento como ministro de Justicia (conservador) durante guerra de Argelia.
Tras la fundación del “nuevo” PS francés, en el congreso de Epinay (1971), Rocard se integró en el nuevo partido, que comenzó a dirigir un Mitterrand que tres días antes todavía no había descubierto ni utilizado nunca la palabra “socialismo”.
Militante fiel, Rocard siempre estuvo en la oposición a todas las líneas oficiales del PS, desde 1971 hasta hoy. Cuando Mitterrand llegó a poder en 1981, prometiendo la “ruptura con el capitalismo”, Rocard dejó claras sus diferencias de fondo. Diferencias de fondo que no le impidieron ser ministro, incluso primer ministro de Mitterrand, que lo nombró jefe de gobierno para intentar “neutralizarlo”.
Con los años, Rocard confirmó siempre sus diferencias con las sucesivas líneas oficiales del PS. Hasta la publicación de su “testamento” político, en el semanario Le Point, el 23 de junio pasado, que comienza con esta sentencia cruel: “La izquierda francesa es la más retrógrada de Europa”.
Con precisión y rigor, en vísperas de una muerte que llegó el viernes, Rocard pasa revista a la historia reciente del socialismo francés, denunciando el oportunismo de Mitterrand (“un hombre de derechas”), denunciando el arcaísmo de su propio partido, denunciando la “mediocridad” de François Hollande (“el mejor discípulo de Mitterrand”), defendiendo, siempre, un modelo socialdemócrata respetuoso del liberalismo económico “para intentar corregirlo”.
Patriarca histórico de una socialdemocracia francesa siempre rechazada por el PS, en el poder, Rocard deja una huella muy profunda en la historia política de Francia, más allá del ostracismo al que fue condenado por su propio partido, desde hace décadas.
“Francia sufre de una incultura económica gigantesca; Europa es víctima del inmovilismo”.
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