Detalle de Guardia Civil y vendedor de lotería (El rastro), 1961. Carlos Saura fotógrafo. España años 50.

Me venden sin saber lo que venden, por dos euros, sin discutir, un ejemplar intonso de la primera edición de Los bravos (1954), la legendaria novela de Jesús Fernández Santos.

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Ya en casa, abro al azar el libro, y leo:

¿Sabe cómo llaman a este sitio? -El médico negó con la cabeza-. Los infiernos… -y esbozó una sonrisa.

En esas estamos:

“El choque institucional se encona”.

“El TC insta a la Fiscalía a que actúe contra Forcadell por desobediencia”.

“L’Estat accelera l’ofensiva judicial contra el procés. L’error d’enfrontar els tribunals amb les institucions democràtiques”.

“La gestora comunica a Rajoy que el PSOE no le garantiza la estabilidad”.

“Rajoy assumeix que governarà sense tenir garantida l’estabilitat”.

“La abstención del PSOE agravará su divorcio regional con Podemos”.

“La expectativa de futuro de los jóvenes en España se desploma dentro de la UE”.

Comentando el puesto de su obra en la historia de la novela española, Fernández Santos me decía, hace siglos: “De calificarme de alguna manera sería más preciso llamarme novelista objetivo”.

Los infiernos de Los bravos son muy semejantes a los infiernos de Goethe, Quevedo, Goya, Buñuel, Carlos Saura y Gil de Biedma:

“Icb bin der Geist, der stets verneint!” “Soy el espíritu que siempre / todo lo niega”. “España de todos los demonios” en el legendario poema de Jaime Gil de Biedma…España de todos los demonios, descrita por Goethe y Gil de Biedma.

“Sus demonios se llevan a España en volandas”.

“Aquí -en España- no hay quien viva”.