Raoul Coutard durante una toma de À bout de souffle de Jean-Luc Godard,1959. Foto Raymond Cauchetier.
Gran maestro, entre los grandes.
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Fotógrafo y director de fotografía de muchas de las grandes películas de Pierre Schoendoerffer, Jean-Luc Godard, François Truffaut, Jacques Demy, Costa-Gavras, entre otros, Raoul Coutard ocupa un puesto excepcional en la historia del cine francés, indisociable de la fotografía de la Nouvelle Vague.
Todo comenzó en Indochina. Como fotógrafo de guerra, curtido en el reportaje militar.
En Indochina se cruzó con Pierre Schoendoerffer. Nació entonces una amistad / complicidad que culminó con dos películas de guerra, La 317e Section (1964) y Le Crabe-tambour (1977). Del mejor cine de guerra europeo de todos los tiempos.
Schoendoerffer y Coutard ya eran amigos cuando el joven Godard descubrió al fotógrafo de guerra que necesitaba para fotografiar la vida con la cámara al hombro de un profesional curtido en los campos de batalla. Coutard fue el fotógrafo de À bout de souffle (1960), Vivre sa vie (1962), Le Mépris (1963), Alphaville (1965) et Pierrot le fou (1965). Rosario de obras maestras que contribuyeron a cambiar la historia del cine europeo. À bout de souffle quizá fuese otra película sin el límpido temblor de la cámara al hombro de Raoul Coutard. Un hombre en pie, con su cámara. Un monumento.
Recuerdo de Pierre Schoendoerffer.
Godard, À bout de souffle, Sin aliento.
Godard, el Costa Concordia y el fin de Europa y el socialismo.
Brecht, Lang, Godard y nuestros mercados de mentiras y odio.
Godard. 80 años, nuevos mundos…
Goya, Godard y el nacimiento del cine.
Cine.
Irene says
Magnífica foto de Coutard rodando, gracias, Q.
JP Quiñonero says
Irene,
Raymond Cauchetier es el autor de la inmensa mayoría de las fotos de la Nouvelle Vague. Fue Georges de Beauregard quién lo contrató como fotógrafo de estudio de muchas de aquellas películas. Beauregard merece un recuerdo grande muy grande como productor. También produjo al primer Bardem, si no recuerdo mal. Cauchetier también fue un antiguo de Indochina…
Encantado de la vida, oye,
Q.-