Mafias y filantropías de Estado, en Francia y España… de González a Hollande, pasando por Mitterrand.
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François Hollande habría ordenado durante los tres últimos años el asesinato, “ejecución extrajudicial”, “asesinato selectivo”, de unos cuarenta yihadistas o presuntos yihadistas: más de un asesinato al mes, sin cobertura legal ni jurídica de ningún tipo.
Hace meses, Hollande reconoció personalmente haber ordenado la “eliminación física” de “varios” terroristas y presuntos terroristas, en un explosivo libro de conversaciones con dos periodistas del vespertino Le Monde. En su día, tal revelación suscitó un vivo escándalo: por vez primera en la historia de la V República, un jefe de Estado hacía ese tipo de “confesiones” públicas. Varios especialistas en derecho constitucional estiman que Hollande pudo violar secretos de Estado.
Vicent Nouzille, historiador, y Le Monde, de nuevo creen posible afirmar que, en verdad, el presidente Hollande ordenó, entre 2013 y 2016, unas cuarenta “ejecuciones selectivas”, consumadas por comandos de “acción exterior” de los servicios de seguridad nacionales, que definen tales asesinatos como “operaciones homo”… “homo”, de “homicidas”.
Ese tipo de operaciones se han realizado siempre, o casi siempre, cubiertas con el silencio sepulcral de la confidencialidad más absoluta.
En 1985, por ejemplo, el presidente François Mitterrand ordenó a los servicios secretos franceses la “neutralización” (hundimiento) del Rainbow Warrior, el navío almirante de la organización ecologista Greenpeace. En aquella operación murió un fotógrafo portugués, Fernando Pereira, víctima de un comando militar francés, del que formaba parte un hermano de la actual ministra de la ecología, Ségolène Royale, madre de los cuatro hijos del presidente Hollande.
Más de treinta años más tarde, el presidente Hollande ha autorizado numerosas “operaciones homo” en Malí, Siria, Etiopía, Libia, Egipto entre otros escenarios estratégicos.
Hace meses, Pierre de Villiers, jefe de Estado mayor de los ejércitos, reconoció en una entrevista con la emisora Europe 1, que los servicios de seguridad del Estado habían seguido la pista, “detectado” y “neutralizado” a varios terroristas. Tras el eufemismo de la “neutralización” (asesinato, ejecución selectiva), los jueces anti terroristas descubrieron, inquietos, una “deriva” de comportamientos fuera de la Ley de los comandos que realizaban “acciones” sin ningún control judicial, como está previsto por la legalidad vigente.
El general Pierre de Villiers fue convocado por un juez anti terrorista, instructor de varios casos de yihadismo, sin que llegasen a esclarecerse, en público, los “límites” de unas “operaciones homo” ordenadas por el presidente de la República, sin cobertura judicial de ningún tipo.
En este terreno, Hollande ha trabajado en estrecha colaboración con varios aliados privilegiados, comenzando por el presidente Obama, bajo cuyo mandato los EE. UU. han recurrido de manera sistemática a la ejecución sumaria, sin cobertura jurídica, de numerosos “HVI” (“high value indivuals”, “individuos de gran valor”), eufemismo burocrático para nombrar a personajes considerados como asesinos peligrosos por los servicios de seguridad aliados.
Ese tipo de intervenciones, francesas y aliadas, escapan a toda cobertura diplomática, internacional o judicial. Se trata de “operaciones homo” decididas en Washington y París, sin consulta diplomática ni jurídica de ningún tipo.
Todo se explica:
Mafias y filantropías de Estado, en Francia y España… de González a Hollande, pasando por Mitterrand.
Crónica del hundimiento de la casa Hollande.
Te dejo aquí el comentario a tu artículo del ABC sobre Sagan que es censurado allí (ignoro por qué):
El libro no se titula «Dans les pares» (que no significa nada en francés) sino «Dans les PHARES» (los faros). El título alude a la expresión «attrapé dans les phares», que ocurre cuando un animal, que cruza una carretera por la noche, se queda inmóvil al ver la luz potente y cercana de los faros de un coche. Se utilizan también las expresiones «attrapé dans les phares du pouvoir» (del poder) o «attrapé dans les phares de la célébrité» (de la fama).
Rafael,
NO hay ninguna censura… Solo ese lapsus de los faros… Tu explicación me parece muy oportuna. Gracias,
Q.-
Pues yo lo he enviado una docena de veces y no ha pasado.
(Una vez corregido el despiste, estos comentarios puedes borrarlos, puesto que no tienen nada que ver con el texto de tu blog).
Cool, Rafael,
Q.-