Trocadero, 6 marzo 2017. Foto JPQ.
François Fillon’s presidential race is a magnificent crash.
Les deux mois qui ont fragilisé la candidature Fillon.
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Con veinticuatro horas de antelación al calendario previsto, François Fillon, candidato conservador a la presidencia de la República, fue inculpado la mañana del martes por los presuntos delitos de apropiación, ocultación, malversación y extorsión de fondos públicos.
A treinta y nueve días de la primera vuelta de la elección presidencial, el 23 de abril próximo, se trata de un aldabonazo esperado, de previsible influencia en el voto definitivo, el 7 de mayo.
A primeros de enero, Fillon anuncio que retiraría “automáticamente” su candidatura a la elección presidencial, si la justicia lo inculpaba por algún tipo de delitos. Semanas más tarde, el candidato conservador denunció un intento de “asesinato político”, a través de un procedimiento judicial que considera injusto, concebido, a su modo de ver, como “arma desestabilizante” para destruir su carrera política.
Denunciado el intento de asesinato político, Fillon decidió hacer campaña electoral contra el procedimiento jurídico en curso y contra la “campaña periodística” de la que se considera víctima.
Antes de conocerse la esperada inculpación, los sondeos anunciaban la eliminación de Fillon en la primera vuelta, con unas intenciones de voto que oscilaban, hasta ayer, entre el 19 y el 20 %, en la primera ronda. Marine Le Pen, extrema derecha, y Emmanuel Macron, social reformista, cuentan con un 26 / 27 % y 25 % de intenciones de voto.
En previsión de su inculpación anunciada, toda la campaña de Fillon reposaba, desde hace días, en la defensa apasionada de su proyecto de “ruptura”, muy liberal en lo económico y muy conservador en lo social y cultural.
Hasta finales de febrero, muchos diputados, senadores, alcaldes y dirigentes del partido conservador Los Republicanos (LR) todavía esperaban una “retirada digna” de Fillon, sustituido, se esperaba, por Alain Juppé, alcalde de Burdeos.
Apoyándose en su electorado más conservador, próximo al Frente Nacional (FN, extrema derecha), Fillon consiguió desmontar todas las maniobras que pretendían precipitar su retirada. Elegido candidato de LR en la elección primaria del mes de noviembre pasado, Fillon esgrimió su “legitimidad” contra todos los sucesivos proyectos finalmente fallidos de descabalgamiento.
Cansado, hastiado y amargado, Alain Juppé decidió dar un portazo y anunciar su renuncia irrevocable, haciendo un balance devastador de las maniobras de Fillon: “Le renové mi apoyo desde el primer momento. Su denuncia de un presunto complot y asesinato político lo han conducido a un callejón sin salida. Qué desastre. La derecha solo podrá ganar presentándose unida ante los electores. Estamos muy lejos de esa unidad. Muchos de nuestros amigos han abandonado el barco. La obstinación personal de François Fillon está alentada por unos simpatizantes fanatizados que no permitirán la unión con el centro. Así, las cosas, tampoco yo puedo ofrecer la unidad de nuestras familias políticas. De ahí mi renuncia irrevocable”.
Tras la renuncia de Juppé, varias asociaciones de jóvenes que habían militado a su lado decidieron romper con LR para integrarse en el micro partido de Emmanuel Macron, “¡En Marcha!”. Esa y otras renuncias no han hecho reflexionar a Fillon, que todavía espera el “hundimiento” de Macron y una “reconquista” del electorado perdido durante los dos últimos meses.
Los cargos y sospechas que pesan judicialmente contra Fillon, desde la mañana del martes, son más graves de lo esperado. La apropiación, ocultación, malversación y extorsión de fondos públicos, comporta dudas de palmaria gravedad.
Más allá de la incierta suerte electoral de François Fillon, su campaña corre el riesgo de tener un coste catastrófico para el centro derecha francés, que Alain Juppé, conservador histórico, antiguo primer ministro de Jacques Chirac, subrayó con precisión meridiana: “Nuestra familia política corre el riesgo de ser eliminada en la primera vuelta presidencial, por vez primera en la historia del régimen fundado por el general de Gaulle, la V República”.
Con Fillon, la sastrería de lujo entra en campaña, entre víboras y escándalos.
La cobertura fotográfica de Fillon está maquillando su deriva populista 5.
La cobertura fotográfica de Fillon está maquillando su deriva populista 4.
La cobertura fotográfica de Fillon está maquillando su deriva populista 3.
La cobertura fotográfica de Fillon está maquillando su deriva populista 2.
La cobertura fotográfica de Fillon está maquillando su deriva populista.
Porno chic en el mitin de Fillon en Trocadero.
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Juppé sobre Francia: un campo de ruinas políticas.
Fillon suelta las víboras cebadas en su palacete.
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“Pour ne pas avoir à renoncer, François Fillon n’hésite pas à jouer une droite contre une autre”.
Dicho de otro modo…
Para salvar su piel de viejo cocodrilo curtido en los pantanos de las intrigas palaciegas, Fillon no duda en aventar heces de odio:
-Lanzando al “pueblo” (¿?) contra la justicia y la prensa.
-Enredando a la derecha reaccionaria contra la derecha tradicional y centrista.
-Azuzando a los “militantes” y simpatizantes contra el “aparato” de su propio partido.
Espera y no es descabellado pensar que podrá sobrevivir, sorteando el laberinto de ese campo de ruinas donde las víboras buscan su pitanza.
Fillon ante la justicia… “Señora, huele usted a hiena”.
El ángel exterminador de Buñuel permite comprender el escándalo Fillon.
Fillon, las hienas y el asesinato político.
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