Macron, el aldabonazo que viene

Primer retrato robot, muy provisional, del posible nuevo orden político francés:

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A cuatro semanas de la primera vuelta de las elecciones legislativas que deben confirmar el nuevo orden político de Francia, los primeros sondeos anuncian varios aldabonazos espectaculares:

El partido de Emmanuel Macron, presidente, podrá tener la mayoría absoluta; derecha y extrema derecha se disputan el segundo puesto como primera fuerza de oposición; el PS sigue hundiéndose relegado a un humillante quinto puesto, tras la extrema izquierda.

El primer sondeo electoral, realizado por Harris para La Chaîne Parlamentaire (LCP, servicio público audiovisual), sugiere un cambio espectacular del paisaje político francés, avanzando estos posibles resultados en la primera vuelta del 11 de junio próximo:

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La Chaîne parlementaire, 12 mayo 2017.

-En Marcha, partido de Emmanuel Macron, social reformista, 29 % intenciones de voto.

-Los Republicanos (LR, derecha) y Frente Nacional (FN, extrema derecha), empatados con un 20 % intenciones de voto.

-Francia insumisa (FI, extrema izquierda populista), el partido de Jean-Luc Mélenchon, 14 % intenciones de voto.

-Partido Socialista (PS), 7 % intenciones de voto.

Ecologistas, extremas izquierdas y grupúsculos ultracionalistas apenas cuentan con un 2 o un 3 % de intenciones de voto, condenados a desaparecer en la segunda vuelta.

Sin duda, cuatro semanas de campaña pueden modificar sustancialmente esas primeras estimaciones. Pero, de entrada, ya es posible subrayar las grandes tendencias que parecen perfilarse.

Elegido presidente Emmanuel Macron, entre un 60 y un 65 % de los franceses reaccionan de manera “legitimista” y pudieran dar a su partido una mayoría absoluta o relativa, permitiéndole gobernar en solitario, en coalición o en forzosa cohabitación con otra fuerza política, de centro o derecha.

La derecha de LR espera dar un vuelco a las primeras previsiones. François Baroin, el nuevo líder electoral de la derecha, ex ministro de Nicolas Sarkozy, dice “confiar” en una anhelada victoria que “obligue” al presidente Macron a cohabitar con un gobierno y una mayoría parlamentaria conservadora. Alain Juppé, alcalde de Burdeos, ex primer ministro, aconseja una “campaña sin estridencias, firme en el fondo, flexible en la forma”.

Las primeras intenciones de voto con las que parece beneficiarse el FN confirman que la extrema derecha de Marine Le Pen podrá entrar de manera triunfal en la nueva Asamblea Nacional (AN). Si el FN tuviese más votos que la derecha tradicional, se trataría de un “bombazo” espectacular. Si el FN quedase “relegado” a un tercer puesto, se trataría de un “bombazo” quizá menos espectacular, pero igualmente significativo, para Francia y Europa. Con 30 o 40 diputados, la extrema derecha podrá hacer una oposición muy ruidosa, con previsibles “ramalazos” europeos.

A la izquierda, el hundimiento del PS, relegado a un previsible quinto punto, pudiera ser otro acontecimiento político de primera importancia. La posible y espectacular entrada en la AN de la extrema izquierda populista de Mélenchon confirma, de manera muy llamativa, el “terremoto” que está resquebrajando todos los órdenes tradicionales del paisaje político francés.

Benoît Hamon, candidato socialista a la presidencial, obtuvo el peor resultado de la historia del socialismo francés en la primera vuelta de las recientes presidenciales. La “espantada” de Manuel Valls, afirmando que el PS “está muerto”, agravó todas las divisiones de todas las familias socialistas, sin rumbo conocido.

La condición grupuscular de extremas izquierdas y movimientos ultra nacionalistas (aliados de la extrema derecha) confirma, sin embargo, que un 10 % de los franceses se encuentran más allá del voto antisistema convencional.

En el paisaje político emergente, solo dos fuerzas (En Marcha y Los Republicanos, un 49 % del total) defienden la sociedad abierta, Europa y la Alianza Atlántica.

Otras dos fuerzas populistas, de extrema derecha y de extrema izquierda (Le Pen y Mélenchon), aspiran a “romper” con el euro, la UE y la Alianza Atlántica. Cuentan con el nada desdeñable 34 % de las intenciones de voto. Otro 10 % de electores franceses “coquetean” con muy diversos grupúsculos anti sistema.

El liderazgo relativo y solitario del partido de Macron tiene el “encanto” de la novedad. Y el riesgo de la inexperiencia y la fragmentación. Las aspiraciones al liderazgo de la derecha están amenazadas por la siempre inquietante ascensión de la extrema derecha, instalada en el corazón político de Francia. El hundimiento histórico del socialismo francés deja un vacío imprevisible, que Mélenchon aspira a “llenar” con sus proclamas incendiarias contra el euro y la UE.

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