Rue du Faubourg-Saint-Denis. 23 mayo 2017. Foto JPQ.
Los diputados de Macron desembarcan en la Asamblea Nacional.
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Según los cálculos de Le Monde [Elections législatives 2017 : ce qu’il faut retenir des résultats du second tour] el partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha (LREM, reformista), obtuvo la mayoría absoluta en la nueva Asamblea Nacional (AN), consiguiendo 350 de los 577 escaños de diputados, con una abstención histórica del 57,4 %.
Jean-Paul Delevoye, ex ministro de Jacques Chirac, portavoz oficial del partido de Macron, reaccionó con mucha prudencia al triunfo espectacular de LREM: “Debemos ser extremadamente modestos, para poder asegurar el respeto de las minorías políticas. Nuestro partido tiene una responsabilidad excepcional. El presidente Macron está al frente de un proceso histórico de grandes reformas”.
Los Republicanos (LR, derecha) obtuvieron 130 escaños. Pierden un centenar de diputados, pero salvan los muebles. Están condenados a su “refundación”. François Baroin, líder conservador, reaccionó a los pocos minutos de conocerse los primeros resultados, deseando “buena suerte” al presidente Macron y anunciando un proceso de próxima “reconstrucción” de la derecha tradicional, agregando: “Somos la primera fuerza de oposición. Y la ejerceremos de manera responsable”.
El PS consiguió 33 escaños, perdiendo más de 250: una catástrofe histórica sin precedentes. El socialismo francés se convierte en un campo de ruinas. Jean-Christophe Cambadélis, primer secretario del PS, reaccionó con melancólica rapidez, para anunciar su dimisión y la “próxima” formación de una “dirección colectiva” del PS, con el fin de “estudiar” el imprevisible futuro de un partido hundido en una crisis sin precedentes.
La Francia Insumisa (FI, extrema izquierda populista) de Jean-Luc Mélenchon entraría en la nueva AN con 27 diputados. Poder parlamentario minúsculo, con aspiraciones “callejeras”.
En su primera reacción a los resultados electorales, Mélenchon hizo este análisis de la abstención y el futuro político inmediato: “La abstención masiva ha sido una huelga general del pueblo francés contra el nuevo poder. La Francia Insumisa estará al frente de todas las aspiraciones populares. Es necesario transformar la huelga general de la abstención en un proceso de resistencia social activa contra el nuevo poder. La nueva mayoría parlamentaria no tiene la legitimidad necesaria para dar un golpe de estado social contra los intereses de los trabajadores. Francia Insumisa estará al frente de todas las luchas contra el nuevo poder”.
El Frente Nacional (FN, extrema derecha populista) de Marine Le Pen ganó 2 diputados, consiguiendo 8 escaños. No está claro que esos resultados permitan la formación de un grupo parlamentario. Ante tal evidencia, Marine Le Pen reaccionó en términos apocalípticos: “Es sencillamente escandaloso que un partido apoyado por más de seis millones de franceses no consiga tener grupo parlamentario. La abstención redujo ayer considerablemente la representatividad de la nueva Asamblea nacional”.
Más allá de la cuestión parlamentaria, Marine Le Pen comentó los resultados de la segunda vuelta en estos términos: “Somos la única fuerza de resistencia nacional contra los proyectos de disolución de nuestra patria en el cosmopolitismo apátrida… el Frente Nacional será la primera fuerza de oposición contra las fuerzas que amenazan con diluir nuestra patria milenaria, empobreciendo a los franceses con sus políticas de austeridad europea”.
Al margen del análisis apocalípticos de Mélenchon y Le Pen, la histórica abstención del 57,4 %, en la segunda y definitiva vuelta de las elecciones legislativas, “relativiza” parcialmente unos resultados que cambian de manera radical los equilibrios políticos tradicionales. Alain Duhamel, académico y politólogo, comenta la abstención de este modo: “Ese dato subraya que la crisis de fondo continúa. Más de la mitad de los franceses no han votado en unas elecciones importantes. Se trata de un rechazo o una pasividad que pone de manifiesto una angustia social latente”.
Tras la elección de Emmanuel Macron, el 6 de mayo pasado, la segunda vuelta de las elecciones legislativas, ayer domingo, consuman un pacífico tsunami político. Un partido que solo tiene catorce meses de historia, sin representación parlamentaria, hasta hoy, LREM, se convierte en la primera fuerza política nacional, dando al presidente Macron un poder parlamentario total, sin oposición parlamentaria digna de ese nombre.
El hundimiento histórico del PS, la instalación del PCF en su nueva condición de grupúsculo insignificante, consuman un cambio sin precedentes de las izquierdas francesas, cuya liderazgo aspira a asumir la extrema izquierda de Mélenchon.
La crisis de la derecha tradicional, anuncia un proceso de futura refundación, cuando aparezcan nuevos líderes para consumar tal proceso.
Con la ascensión imperial del poder absoluto de Emmanuel Macron y su partido, LREN, Francia inicia un proceso de renovación de toda su clase política tradicional. La elección presidencial anunció el fin de los líderes históricos de la izquierda y la derecha. Las elecciones legislativas del 11 y el 18 de junio anuncian la desaparición pura y simple de una generación de líderes y “burócratas” de todos los partidos políticos tradicionales.
En el partido Macron no existen líderes ni burócratas conocidos de la opinión pública. Francia ha dado el poder
absoluto al presidente más joven de la historia de la V República, acompañado por una generación de nuevos diputados masivamente desconocidos.
A la izquierda, la elección presidencial hundió a las viejas glorias difuntas. Las elecciones legislativas han barrido a toda una generación socialista víctima del catastrófico mandato presidencial de François Hollande.
A la extrema izquierda y la extrema derecha, Mélenchon y Marine Le Pen entran en la AN con una presencia poco más que simbólica, pero muy gesticulante, en la calle. Las fuerzas populistas de izquierda y derecha aspiran a liderar la “revuelta popular” contra el “poder absoluto” del presidente Macron.
Los diputados de Macron desembarcan en la Asamblea Nacional.
Mañana de tsunami electoral en la rue Charles Baudelaire.
Tsunami electoral parcialmente devaluado por la abstención: Avec 35,33 % de participation à 17 heures, en baisse de 5 points par rapport au premier tour, la France se dirige vers un record historique d’abstention.
Macron: cómo ganar el poder absoluto en solo catorce meses.
Macron, poder absoluto; Francia, cuarteada por las incertidumbres.
Francia vota el tsunami anunciado… dando poderes absolutos a Macron.
LRM et le MoDem vers une majorité écrasante.
Macron, absolutismo posmoderno.
Pablo Eugenio Fernandez Jiménez says
Muy bien, Juan Pedro, análisis certero, sigue la angustia, altísima abstención, pero inapelable victoria de Macron.
Y, como eres exigente, y educas a tus lectores en lo excelso, echo de menos un detallado estudio de quién quedó fuera y dentro, de los de tronío, en la Asamblea Nacional. Porque de soslayo comentaste que Valls, entró, entró, como pelota de Roland Garros, pero en la línea.
Felicidades ¡Qué bien te lo curras!
JP Quiñonero says
Pablo,
Me abrumas un poco con tu enorme generosidad.
Corro ese tupido velo. Graciasssss…
…
… los que se quedaron fuera y son conocidos fuera de París, quedaron eliminados el semestre pasado. Los eliminados en las elecciones legislativas son una banda de ilustres desconocidos fuera de Francia. Queda el caso de Valls… él dice que ganó por 139 votos. Su adversario (de izquierdas) dice que Valls hizo trampas. Tanto da. Sigue haciendo el ridículo, sin querer comprender que la gente de izquierdas lo odia. Hace años decía que Valls sería un buen candidato de la derecha. Era mi opinión. Empeñándose en ser «socialista», Valls se han hundido de manera lamentable. Mal lo tiene para levantar la cabeza.