Odeón, 2 mayo 2013. Foto JPQ.
Nos cruzamos por vez primera hace siglos, decía… cuando él era portavoz del primer gobierno de unión de la izquierda de François Mitterrand y su jefe de gabinete era François Hollande, futuro jefe de Estado.
[ .. ]
Max Gallo nació el 7 de enero de 1932, en Niza. Ha muerto el 18 de julio, en Cabris, en el corazón de la Costa Azul. Novelista, historiador, biógrafo, compañero de viaje de varias familias políticas, deja una obra imprescindible para intentar comprender la crisis existencial de Francia.
[ .. ]
Hijos de padres inmigrantes italianos, Max Gallo creció en el amor a una patria de adopción que era imprescindible defender con las armas en la mano.
De su padre, originario del Piamonte, resistente contra la invasión nazi, Max heredó una visión épica y heroica de Francia, una patria adoptada con pasión carnal.
De su madre, originaria de Parma, ama de casa sencilla, humilde, consagrada con devoción a su familia, Max heredó su amor por las lenguas romances (italiano, español, francés) y su pasión por una Costa Azul que simbolizaba, en cierta medida, la precariedad de una patria ideal, amenazada.
Max hizo estudios técnicos, pero pronto lo dejó todo por la cultura, el periodismo, la literatura, la política.
Fue un efímero compañero de viaje del PCF, que pronto lo horrorizó, con el descubrimiento de crímenes no solo stalinistas. Tras cruzarse con François Mitterrand en un estudio de tv, hablando de literatura, Max se enroló voluntariamente en el PS de los muy primeros años 80 del siglo pasado, llegando a ser portavoz oficial del primer gobierno de la unión de la izquierda, siendo primer ministro Pierre Mauroy, un socialista histórico. Max tuvo como jefe de gabinete a un joven ambicioso y trepador, François Hollande, que llegaría a ser presidente de la República, muchos años después que Max enterrase sus difuntas ilusiones socialistas, antes de dar un voto de confianza al primer Nicolas Sarkozy de la campaña presidencial de 2007.
Crítico literario, autor de más de un centenar de novelas, ensayos, biografías de hombres ilustres, Max tuvo la pasión de la historia, la savia que nutre sus sagas novelescas, sus ensayos, sus biografías (Napoleón, de Gaulle, etcétera). A través de una revisión personal de la historia de Francia, su obra aspira a “reconstruir” los pilares de una comunidad de ciudadanos libres, unidos a través de los lazos más íntimos de la lengua, la cultura, la comunión ante las grandes convulsiones, tragedias y esperanzas, la matriz de una patria común.
Esa frecuentación obsesiva de la historia, literaria, lírica, política, a través de los grandes personajes y las grandes aventuras e ilusiones colectivas, culminó con una reflexión final muy melancólica y angustiada.
A juicio del último Max Gallo, Francia entró a finales del siglo XX en una etapa histórica de crisis y angustia nacional, en Europa, semejante a la gran crisis franco – inglesa de la Guerra de los cien años (1337 – 1453), entre Francia e Inglaterra, el Reino Unido. Ante crisis nacionales de tales proporciones, Max dejó de confiar en la retórica política. A su modo de ver, las raíces de la crisis en curso, en Francia, el Reino Unido y Europa, desde hace varias décadas, tienen un carácter moral y espiritual. A su manera, intentaba combatir la crisis escribiendo libros sobre los personajes y la historia de Francia, en busca de un “alma” y una “fuerza espiritual” con las que combatir la desesperación y la angustia.
Retrato improvisado de Max Gallo.
Diálogo con Max Gallo sobre Francia, Europa, terrorismo, naciones y otras enfermedades del espíritu.
Deja una respuesta