Passeig del Mar, Caldes d’Estrac / Caldetes, 4 agosto 2016. Foto JPQ.
El espectáculo de la proclamación de l’Estat català (El Punt), la sentencia (ara) “Catalunya esdevé un estat independent en forma de República”, el ¿pronunciamiento? ¿insurreción?, ¿golpe?, ¿motín?, fue retransmitido en directo en varios continentes.
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Y la sentencia mundial, unánime, cayó con una rapidez vertiginosa: de la ONU a Andorra, pasando por la UE, todos los grandes actores estatales de la comunidad internacional, en Europa y las Américas, dieron su apoyo rápido y sin tacha al orden constitucional español.
La “non nata” República catalana independiente no fue reconocida por ningún actor internacional digno de ese nombre. Venezuela y los partidos de extrema derecha populista que jalearon el Proceso comenzaron por guardar silencio.
El gatillazo político [pegar gatillazo 1. loc. verb. coloq. Esp. dar gatillazo: Fracasar en el intento de practicar un coito] tiene una larga tradición en la historia política española y catalana, desde hace siglos. Hubo gatillazos trágicos (1640, Constitución española de 1856) y gatillazos esperpénticos (Cantón de Cartagena, peripecias carlistas, no solo en Cataluña). El gatillazo del Parlament del 27 octubre 2017 tiene algo único: ha sido historiado minuciosamente desde sus orígenes (elecciones catalanas del 27 de septiembre 2015, España / Cataluña invertebradas) hasta su fin, con el voto del Parlament, y la intervención expeditiva del presidente del Gobierno, destituyendo al Govern y convocando elecciones el 21 de diciembre próximo.
Terminado este capítulo del Procés independentista català, restablecida la legalidad y el orden ¿queda la enajenación colectiva del Govern, los partidos y las élites secesionistas?
¿Hay alguien entre ellos capaz de escuchar lo que dice la comunidad internacional que ha seguido sus catastróficas peripecias?
¿Comprenderán que sus ideas e ideales -perfectamente respetables, si se defienden con inteligencia- son víctimas de su propia enajenación social, cultural y política?
El fin del Procés / Proceso no pone fin a una crisis y conflicto político y cultural que tiene siglos de historia.
La nueva edición de mi libro De la inexistencia de España, con prólogo de Jordi Amat, llega estos días a las librerías y comienza con esta frase: ¿Cuál es el origen último de la más grave de las crisis seculares de España?
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