Los colegas de Canal + (Francia) me piden que intente explicarles el lío catalán.
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En mi obra De la inexistencia de España, los orígenes, historia y futuro de la crisis en curso vienen a resumirse de este modo, en un diálogo con Manel Manchón:
“VIVIMOS UN CONFLICTO CULTURAL QUE TIENE SIGLOS DE HISTORIA”
“LA EXPERIENCIA DE DIEZ SIGLOS DE HISTORIA SUGIERE QUE NO HABRÁ SOLUCIÓN POLÍTICA NI INSTITUCIONAL SIN DIÁLOGO CULTURAL DE FONDO”
–¿Es ahora cuando se podría demostrar, con la crisis de Cataluña, que España nunca ha estado suficientemente armada?
-España, el Estado español, ha tenido muchas formas institucionales… pero nunca ha conseguido articular una forma que satisfaga plenamente a todos los vascos y todos los catalanes… A mi modo de ver, en su origen último, el conflicto en curso es un conflicto cultural que tiene siglos de historia. El primer y más claro antecedente es la crisis de 1640… Antes, durante y después de la “solución” militar de aquella crisis, se trataba de un conflicto cultural, que Baltasar Gracián y Quevedo encarnan de manera canónica. Quevedo escribió un panfleto racista contra los catalanes, defendiendo una intervención militar de “castigo”. Gracián, por el contrario, era partidario de una solución pacífica e institucional. Tras su estancia en la Corte madrileña, Gracián llegó a escribir “Madrid… Babilonia de naciones no bien alojadas”. Gracián fue confesor del Duque de Nochera, virrey de Aragón… ni el duque de Nochera ni Gracián eran partidarios de la solución militar y defendían una solución digamos que institucional… recordar y estudiar las diferencias culturales de inmenso calado entre Quevedo y Gracián quizá sea indispensable para comprender la crisis actual. Lope de Vega quizá estaba próximo a Quevedo. Algunas páginas del Quijote confirman que la visión cultural de Cervantes estaba más próxima a Gracián. Esa crisis y conflicto forma parte esencial de la historia cultural, que es el tema central de mi libro.
–¿Vamos a ver una cohesión a partir de la idea del ‘patriotismo constitucional’ en contra del gobierno catalán?
-“Por sus obras los conoceréis…” Los orígenes del conflicto cultural que estalló de manera violenta, en 1640, son muy anteriores. Y ha tomado muchas formas, desde entonces, en 1640, en 1714. Hay otra crisis emblemática, como la fundación y disolución de la Macomunitat de Catalunya, entre 1914 y 1925… hubo entonces una solución provisional del conflicto original, con mucho fundamento institucional y cultural. Azorín escribió en el ABC que Enric Prat de la Riba era el político más importante de España: el diálogo cultural no solo era posible, era una forma de dar raíces culturales profundas a una realidad institucional de nuevo cuño. Por aquellos años, Juan Ramón Jimenez, el poeta español más importante del siglo XX, llegó a escribir que era muy urgente reconstruir lo que él llama la arquitectura espiritual de España, para dar fundamento cultural sólido a la nueva España camino de nacer, pensaba o deseaba él. En mi libro cuento cómo ese concepto de arquitectura espiritual sigue siendo la matriz cultural indispensable para cualquier proyecto de solución política e institucional del más grave de los problemas de España, desde hace siglos. El “patriotismo constitucional” está muy bien, pero olvida algo esencial, capital: la cultura… los pueblos, las sociedades, son realidades culturales, con una lengua, una literatura, un arte propios. Las constituciones pasan, los pueblos quedan.
–¿Han sido un sueño estos 40 años desde la transición?
-Estos años comenzaron con un trabajo cultural decisivo, la Constitución de 1978. La más importante de la historia de España, sin duda. Los constitucionalistas de la más diversa sensibilidad, pienso en Xavier Arbós, Javier Pérez Royo o Francesc de Carreras, por citarlos solo a ellos, han desmenuzado de manera muy precisa qué, cómo y cuándo puede o no puede modificarse en la Constitución. Rubio Llorente escribió muchos artículos sugiriendo posibles reformas, y presidió la redacción de un Informe del Consejo de Estado ¡el 2006! que puede servir de “guía” a quienes se interesen en el tema. José Manuel García-Margallo, ex ministro de Asuntos Exteriores, ha publicado su proyecto personal de reforma de la Constitución. El PSOE tiene un proyecto propio de reforma constitucional. Casi todos los partidos tienen eminentes asesores en materia de reforma constitucional. Hay decenas, centenas de artículos explicando cuándo, cómo y de qué manera es posible convocar un referéndum consultivo, incluso en mi pueblo, en el Valle de Guadalentín. Se trata de un acervo cultural de muy primera importancia.
–¿Es posible otra España, federal o confederal que nos lleve a cuarenta años más de convivencia?
-España será lo que los españoles sean capaces de construir, respetando normas comunes de comportamiento social, cívico e institucional respetadas por todos. Basta con convocar elecciones, y que cada cual presente su propio modelo de convivencia en común.
–¿Culturalmente se podía haber trabajado más esa cohesión como país? Es decir, el problema de España es de base cultural? o realmente lo que ha pasado responsabilidad única del aventurerismo independentista?
-El diálogo político, a palo seco, siempre corre el riesgo de terminar en el duelo a garrotazos, matriz política y cultural de la peor de las Españas posibles. Gracián, Juan Ramón Jiménez, entre muchos otros, hasta Dionisio Ridruejo y Carles Riba, comenzaron por proponer un diálogo cultural de fondo, paralelo al diálogo social, político e institucional. Cuando comenzó a pensarse el futuro de una España sin Franco, el diálogo más profundo fue de naturaleza cultural, el diálogo de Ridruejo y Riba, en la periferia del Contubernio de Munich, historiado por Jordi Amat. Mi libro intenta reconstruir los dramáticos desencuentros culturales que siempre han culminado con catástrofes trágicas, en 1640, en 1714, en 1914 – 1925, en 1936 – 39. La Constitución de 1978 es una “herramienta” que no existió durante siglos. La experiencia de diez siglos de historia cultural que intento reconstruir en mi libro sugiere que no habrá solución política ni institucional sin diálogo cultural de fondo.
Saliendo al paso de mi optimismo (¿?) Dominique Reynié, director de Fondapol, se pregunta en Canal + : “Si no han respetado la Constitución actual… ¿quién garantiza que respetarán una Constitución reformada?”.
Quiñonero: “España no aguantará sin un diálogo cultural de fondo”.
Irene says
Tengo el libro, lo compré el otro día en Laie. Sale en un momento decisivo, espero que le vaya bien, que encuentre más lectores. Ya conocía la anterior edición, pero esta de ahora está ampliada, gracias. La presentación de Jordi Amat te hace justicia, heterodoxo Q
JP Quiñonero says
Gracias, Irene, gracias.
Jordi es muy generoso, si.
A ver… graciasssss
Q.-
Laura says
Suena bien todo eso. A ver si hay suerte.
JP Quiñonero says
A ver, Laura. Vaya usted a saber,
Q.-
maria luz melcon says
Me parece muy interesante tu propuesta cultural, tratare de leer tu libro, aunque todo mi interes actual esta centrado en el siglo XVI, que aboco a 1640 a un conflicto que ya habia empezado en Aragon con Antonio Perez, en cierto modo precedente de Puigdemont. ¿No crees? Un saludo en recuerdo de aquellos desencuentros juveniles.
JP Quiñonero says
Ala, ML, no pasan los años… te deseo lo mejor, para ti, para los tuyos, para tu obra, claro está.
Antonio Pérez – Puigdemont… pues vaya usted a saber… está bien visto, la verdad. Igual te «copio» la idea / paralelismo un día de estos. Si… casi todo comenzó por aquellos años. Gracián se «salvó» porque era jesuita, Nochera acabó en una suerte de prisión…
No pasan los años, no…
Avanti..!
Q.-