Joan Tapia ha demostrado la eficacia temible del teorema de Forcadell.
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Por su parte, Jordi Llovet ha sido el primero en hacer un análisis filológico de la retórica de la ex presidenta del Parlament:
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El País, 30 octubre 2017.
“… La suma de mentides és tan enorme, que la presidenta faria molt bé de renunciar a presidir mai més el nostre Parlament, encara que tornin a guanyar els seus. Mentrestant, fixant-me bé en les fotografies que es publiquen d’ella contínuament —perquè li agrada molt el protagonisme i fer bullit l’olla; tant, que potser li hauria agradat tornar a l’ANC i deixar el Parlament en aquests moments difícils, que demanen una finezza que ella no té ni per error—, mentrestant, dèiem, veient imatges seves estampades, m’ha semblat observar que el nas se li fa més llarg cada dia que passa. Vet aquí com una petita anàlisi lingüística desacredita absolutament l’autoritat de la nostra presidenta…” Jordi Llovet, 30 octubre 2017, El País, La mentida permanent.
Respondiendo a Jose, me atreví ayer a llegar a estas conclusiones provisionales: “Si… pones el dedo en otra llaga trágica: la destrucción de la lengua y la cultura, a través del esperpento en curso. Ese espectáculo atroz está dinamitando la vieja, noble y meridiana máxima: Parlar clar i català… Estamos asistiendo a una suerte de pudrición de la matriz lingüística de la realidad social, mancillada con un galimatías verbal que todo lo pudre con su retórica endemoniada, para mi sensibilidad”.
Creo haber sido en utilizar el concepto Cataluña cainita.
De ahí, me digo, que la cultura siga estando en la matriz, el origen y el proceso de salida (¿?) de la crisis:
España / Cataluña… orígenes y salida de la crisis: el modelo Quiñonero.
Quiñonero: “España no aguantará sin un diálogo cultural de fondo”.
El otro día leía, no sé donde, el gran amor que le profesaba, su autor, al euskera, la más española de las lenguas, anterior a las marchas del siglo X, XI, y claro, me vino a la cabeza La Inexistencia, esa manía saturnal de cegar manantiales propios que permitirían mayor agua, mayor riqueza para articular, vertebrar, y calmar la sed del más exigente. No sólo el castellano, Pablo, me dije, no caigas en la trampa, todos son españoles.
Y me entretengo, igualmente, en la casa, en el pan y el vino, en el poema de Trakl, e igualmente podemos caer, también aquí, en cegar lo propio, el mismo espíritu, a nosotros. A la lengua y cultura catalana, y ya no habrá paz ni detrás de los cristales, ni en el propio hogar. Y eso, me temo, ya está pasando. Los demonios no nos son ajenos
Nota
El propio autor, se expresaba así «la más española de las lenguas de España»
Me refiero a las «jarchas» los correctores te juegan malas pasadas
Pablo,
Menudo problema… en verdad, la aceptación pacífica de la lengua del otro es cosa relativamente reciente. Y aún. Ramón llull y el Cardenal Cisneros eran partidarios de una defensa, ilustración y propagación de la lengua a sangre y fuego: «la letra, con sangre entra». Azorín no consiguió meter a Rosalía en la Academia… ¡Una mujer, y gallega! ¡Hasta donde vamos a llegar!… los primeros filólogos vascos estaban convencidos que el euskera era una lengua de origen divino… hace muchos años hablé de la cuestión con un cura francés, que estaba traduciendo la Biblia al euskera… «Dios se me apareció cuando yo era niño. Y me dijo que esa debía ser mi misión en la tierra…» «Con una fe de ese tipo, y una pistola en la mano, vaya usted a saber como se defiende y propaga una lengua divina…» me dije para mi.
…
De ahí mi escepticismo y mi esperanza de fondo.
Q.-
Jajaja , la fe mueve montañas, Quiño, pero, por favor, cuida tus entrevistas.
Pablo,
Que la fe mueve las montañas es cuestión de fe; para los agnósticos, lo más razonable es utilizar pico y pala. Pero eso es muy duro. Es mucho más fácil vivir en la ilusión…
Q.-