Rue de Ménilmontant, 25 abril 2018. Foto JPQ.
“Gloire immortelle à ces braves, morts pour la France”.
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Parisinas con perro, en una esquina muy bien.
Parisina con perro y medias de lunares.
Parisina con perro y gargantilla con clavos.
Parisina con su perro, de merienda.
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Ménilmontant… mestizajes, mestizajes…
Ménilmontant… educación sentimental mestiza.
Ménilmontant… madres parisinas de nuevo cuño.
Ménilmontant… parisinos castizos, de pura cepa.
Ménilmontant… nuevos padres parisinos.
Ménilmontat… resistencia cultural contra Macron.
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Ménilmontat fue un pueblo diminuto, al este Belleville, otro pueblo, al norte de París, antes de convertirse en un suburbio de la capital, inmortalizado por Maurice Chevalier y Édith Piaf, que nacieron en el barrio, al que Charles Trenet consagró una canción no menos legendaria:
Avalon Jazz Band – Ménilmontant (Charles Trenet).
Ménilmontant – Qu’est-ce qu’on attend pour être heureux ?
Dimitri Kirsanoff consagró al barrio una película muda, de memorable recuerdo: Ménilmontant.
Incontables catástrofes urbanísticas no han conseguido destruir algo muy profundo de la identidad del barrio, que quizá sea un país, en el sentido que da a esa palabra Daniel Halévy, amigo y condiscípulo de Proust, en una obra memorable y clásica, Pays parisiens (1929).
Temo que la cultura tecnocrática y el lenguaje de Emmanuel Macron estén muy alejados de los bajos mundos de este París, que es otro, pero tiene raíces muy profundas, que siguen dando frutos, a su manera, muy al margen de la cultura dominante.
Andaluza y parisino… en Ménilmontant.
Parisina visitando un lugar proscrito… en Ménilmontant.
Pareja de enamorados parisinos en un billar de Ménilmontant.
Las chicas parisinas del bar de Patti Smith, en Ménilmontant.
Últimos restos de La Miroiterie, el centro social okupa más antiguo de París… en Ménilmontant.
Parisina tatuada, con piercing… en Ménilmontant.
Hot-Dogs French Fashion… en Ménilmontant.
Él, ella, Ménilmontant, jazz y…
Big Brother y los despojos humanos… en Ménilmontant.
París. 1º de Mayo en Ménilmontant.
Nuevas batallas del velo islámico en Francia… en Ménilmontant.
Francia, laicidad, islam, religiones, Sarkozy y otras crisis… en Ménilmontant.
Trío y burkas, en Ménilmontant.
jose says
Cuando mas conozco a las personas mas quiero a mi perro. El mismo que buscaba con un candil a pleno día un hombre. Hoy un Diogenes es uno que llena su casa de basuras. Lo guarda todo y no tira nada. El autentico, renuncio a su concha, al ver a un niño que bebía con la mano. Las parisinas/os y las no parisinas/os con sus perros son felices tienen a alguien a quien cuidar que además les obedecen y con sus ropitas, sus collares … complementan los atuendos con los que se visten todo muy chic. No discuten y pueden abroncarlos. Ellos les miran, pero no contestan, son tan buenos. La ciudad de los perros y los gatos es la compañía en los nuevos zoos urbanos. Sus hoteles, sus hospitales, sus etólogos son buenos compañeros para luchar contra la soledad. En Japón cometen delitos para estar en la cárcel y estar acompañados. En Londres aumentan los suicidios y las enfermedades mentales. En America como tienen armas se van acompañados como los faraones para no estar solos. En India los perros como malas reencarnaciones van todos lisiados. En China son un buen bocado de proteínas… Aquí los abandonamos para que no estén solos y formen jaurías. Vida de perros o guerra de perros. Haremos un mundo civilizado para los pobres perros.
JP Quiñonero says
Jose,
Te ha salido fetén, oye.
Los perros suelen ser gente honrada, aunque también puede parecerse a sus amos.
Amos que, con frecuencia, son capaces de abandonarlos con la misma ligereza que se abandona en las gasolineras a los abuelos / abuelas que están perdiendo el coco.
También hay mujeres y hombres honrados, faltaba más.
Por otra parte, muchos médicos y pediatras aconsejan a muchos padres que compren pequeños perros para hacer compañía y ayudar a dormir a los hijos pequeños…
Qué quieres, la vida,
Q.-