Mabillon, 30 junio 2018. Foto JPQ.
“… Walter Benjamin pasó una corta temporada en el Palace Hôtel de esa esquina…”
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“Aquel hotel fue durante unos años un hotel de putas”, me comenta un viejo vecino del barrio, que hoy regenta la heladería por donde en otro tiempo se bajaba al Metro que conoció Benjamin. Entre ambas marquesinas sigue estando la discreta puerta por donde se bajaba a la primera boîte de nuit de Regine, que fue uno de los primeros antros nocturnos que yo conocí en un París de otro tiempo…Walter Benjamin, en París.
“Holzwege” escribe Heidegger, para nombrar los caminos que se cruzan en el bosque. En el bosque umbrío de la gran ciudad en mi caso…
JPQ – ¿Por qué su equipo de futball se contentó con poseer la pelota, pasando de la manera tiki-taka, hasta que perdieron el juego?
Robert,
No tengo equipo, ni de fútbol ni de nada.
Por otra parte, el tal fútbol no me interesa nada.
Nobody’s perfect, really,
Q.-.
Me encanta ver como el Paris de Versalles cambia y donde habia historia hoy hay logos de todo el planeta
Berlin el del muro dividido y repartido entre rusos franceses ingleses y americanos hoy sigue la estela de Paris. Solo la ciudad de cuarzo americana levanta muros para separar negros hispano y blancos ricos. La América de los Angeles es el futuro el motor y modelo de las megalopolis del mundo. Benjamin solo veia el pasado que es el futuro. Los campos de futbol tambien sirven para jugar al holocausto. Con dedos aplastados no se puede tocar el piano pero si jugar al futbool. La destruccion nunca acaba ni acabara. Pues juguemos a la pelota y conservaremos la hierba del campo.
José,
Bueno… en verdad, quizá lo esencial sea la cultura, que comienza por la memoria, «érase una vez…» A partir de ahí, un retrato, una esquina, un billete de tren, pueden «hablar» y decir muchas cosas… sin esa tarea esencial de la memoria, la historia es el el mero retorno de la catástrofe de la que habla el mismo Benjamin comentando en Ángel de la historia de Paul Klee…
Cool.
A seguir recordando, sí…
Q.-