Mataró Parc, 9 agosto 2018. Foto JPQ.
En cierta medida, el centro comercial ocupa en las grandes ciudades un puesto semejante al puesto que en otro tiempo tenía la plaza del pueblo, con su iglesia, su bar, su tienda… lugar de cita, encuentro, comunicación y cohesión social.
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Idas o condenadas al destierro las antiguas creencias… Única religión, el consumo.
José says
Vivimos en un centro comercial. La pequeña ciudad de tiendas. Despues estan las ciudades sanitarias, de justicia, universitaria poligonos industriales..
Hoy ha desaperecido la ciudad de toda la vida. Nuestro rosario son las pantallas no sirven para hablar con dios pero si con todos los demas Conocemos a los vendedores y ellos a los compradores. Freud en el malestar de la cultura hablaba del telefono para comunicarse los miembros de la familia separados por el nuevo mercado. Hoy podemos comer ver cine y sobre todo comprar de todo. De la mañana a la noche podemos pasar el dia con la temperatura adecuada. El centro comercial tiene productos de todo el mundo y personas de casi todos los paises. Tenemos un mundo pequeño cerca de casa. Con dinero se puede comprar desde un coche a una barra de pan. Felices vacaciones en el centro comercial.
JP Quiñonero says
José,
Algo así, efectivamente… «ha desaparecido la ciudad de toda la vida…» Creo que es una realidad profunda, claro. No había caído en el paralelismo del «polígono industrial» y el «centro comercial»… efectivamente, son procesos del mismo cuño… los otros días estuve en una «ciudad industrial» de toda la vida… que se ha transformado en un polígono industrial… lo primero que me topé es un club de alterne prostibulario, abierto y funcionando a las cuatro de la tarde, con 33 grados a la sombra…
En algunas grandes ciudades quedan barrios que son como pueblos o «países»… pienso en el barrio de Gracia, en Barna, que es mucho más que un barrio, claro.
En Francia, los sociólogos estudiaron el fin del pueblo hace años: El fin del pueblo…
Q.-