Passeig dels Anglesos, 3 agosto 2018. Foto JPQ.
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Hopper / Cuaderno de Caldetes.
Felices vacaciones… Caldetes, Esperant els bàrbars.
ESPERANT ELS BÀRBARS → Carles Riba y la tierra recobrada.
Passeig dels Anglesos, 3 agosto 2018. Foto JPQ.
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Hopper / Cuaderno de Caldetes.
Felices vacaciones… Caldetes, Esperant els bàrbars.
ESPERANT ELS BÀRBARS → Carles Riba y la tierra recobrada.
José says
La playa es el lugar de encuentro. Unos vienen de tierra adentro para ver el mar. Otros llegan del mar para saborear tierra firme. Tierra de nadie y lugar de encuentro. Todos parten esperando encontrar lo que no tienen pero siempre llegan a la arena de la playa donde no hay leyes ni nada parecido. Solo el crepusculo del anochecer y del amanecer
Nunca llega la noche ni el dia. Siempre esperando a los barbaros o a los civilizados. La arena la unica que permanece mas o menos segun el temporal. Ni de dia ni de noche. El adormecer o el despertar. Eterno crepusculo.
JP Quiñonero says
José,
Sí… todo lo que dices es de una gran sabiduría humanista… casi me atrevería a decirte que ese era mi estado de ánimo ayer tarde / noche… le veía todo con una serena distancia… encontrando refugio en un rincón de la playa, mirando al mar…
… luego, esta mañana, me levanto, el mar sigue con su homérica serenidad, pero, ay… pego un vistazo a la canallesca y me dejo arrastrar por una santa (¿?) cólera, contra casi todo. A ver si se me pasa…
Gracias…
Avanti..!
Q.-
Fina says
Quiño,
¿Colérico, tú? ¡Ay, qué miedo! A ver si se te pasa pronto…
Prudencia, Quiño, prudencia…que si te lapidan nos quedamos sin » Una Temporada en el Infierno».
Gracias por informarnos de los últimos acontecimientos, incluso cuando se supone que estás de vacaciones…
Bona nit!
JP Quiñonero says
Fina,
Qué ilusión, tus amistosas y cordiales palabras…
Bueno… una miqueta de cólera quizá tenga algo de sanote, creo. Dicho eso, es cierto: con frecuencia, la cólera hace mucho daño al que la sufre.
«¡Oído cocina..!»
Graciassssss
Q.-
Fina says
Josep,
Hoy la playa no era un punto de encuentro…estaba desierta.
Se respiraba eternidad, paz y libertad. Fue una gozada contemplar la lucha entre la luz y las tinieblas…el ritmo imperturbable de las olas del mar…
Que no nos falte el «eterno crepúsculo».