Rue de Tourtille, 29 mayo 2018. Foto JPQ.
Siguiendo las directrices de Emmanuel Macron, Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación, ha relanzado un proyecto y debate de inmenso e inflamable calado: la enseñanza de la lengua árabe en las escuelas francesas.
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Blanquer ha justificado el proyecto por estas razones: “El árabe es una gran lengua literaria y debe aprenderse por muchas razones, y no solo por los franceses de origen magrebí u otros países de lengua árabe. Hasta hoy, los franceses que han aprendido la lengua árabe lo hacen en malas condiciones, que favorecen el comunitarismo. Introduciendo la enseñanza del árabe en la escuela primaria podríamos avanzar y evitar otros problemas”. “Nuestro proyecto, insiste el ministro de Educación, tiene una estrategia cualitativa: mejorar las condiciones prácticas del estudio de la lengua árabe”.
La mera evocación del problema precipitó una primera tormenta de reacciones negativas, muy críticas, a las que el ministro de Educación respondió en estos términos: “No he dicho que el árabe será obligatorio en las escuelas primarias. He dicho que la enseñanza del árabe en buenas condiciones escolares puede ser beneficiosa. Pero debemos diferenciar entre la lengua árabe y un cierto fundamentalismo religioso”.
Siguiendo las directrices del presidente Macron, Blanquer se ha limitado a anunciar la “posible” enseñanza del árabe en la enseñanza pública francesa, desde la educación primaria, a todos los niveles, hasta la universidad. Un equipo de expertos trabaja desde hace algún tiempo en las “modalidades”, el “ritmo” y el “alcance” del proyecto, en estudio. Los expertos del ministerio de Educación trabajan en la ampliación de otros proyectos anteriores.
Valery Giscard d’Estaing (1974 – 1981) introdujo en la escuela francesa la enseñanza de la lengua y las culturas de origen de los inmigrantes. Se trataba, entonces, de favorecer el estudio del español, el italiano, el turco, entre otras lenguas. François Mitterrand (1981 – 1995) profundizó aquella primera iniciativa. Najat Vallaud-Belkazem, ministra de Educación de François Hollande (2012 – 2017), hija de inmigrantes magrebíes, introdujo la enseñanza del árabe en la escuela francesa, por vez primera, como lengua “optativa”, en la enseñanza primaria y secundaria, en sustitución del inglés, el español o el alemán.
Aquella primera iniciativa de una ministra de educación de origen magrebí tuvo poco éxito: solo una minoría mínima prefería estudiar árabe a estudiar inglés.
Macron retoma las experiencias de Giscard y Hollande con el fin de “mejorarlas”. Desde la óptica del ministerio de Educación, “es preferible” que los franceses de origen magrebí estudien el árabe clásico, en la escuela pública, que el árabe coránico en las 2.000 / 2.500 mezquitas y lugares de culto que existen en toda Francia.
La existencia del “proyecto” ha sido recibida con un rosario de críticas, subrayando, en su inmensa mayoría, que tal proyecto sería una amenaza de fondo, introduciendo un factor de “desintegración” nacional.
Luc Ferry, ensayista, filósofo, ex ministro de la cultura de Jacques Chirac, ha comento el proyecto en estos términos: “¿Se trata de combatir el islamismo o hacerlo entrar en nuestra Educación nacional?”.
Barbara Lefebvre, ensayista, estima que se trata de un proyecto “amenazante”, por estas razones: “Las iniciativas de la presidencia Giscard y las presidencias de Mitterrand, Chirac, Sarkozy y Hollande confirman que ese tipo de “experiencias” han sido muy negativas, transformándose en modelos de no integración en la cultura francesa”.
En Francia (67 millones de habitantes) hay entre 5 y 6 millones de musulmanes, de muy distinta sensibilidad. En los 740 suburbios con problemas, en la periferia de las grandes ciudades, la incultura, el relativismo cultural y el multiculturalismo, son focos de tensión, violencia, desintegración social y vocaciones yihadistas. El ministro de Educación sugiere que la enseñanza del árabe en la escuela primaria podría ayudar a “combatir” las “vocaciones subversivas”. Los adversarios del proyecto temen que la enseñanza del árabe, de llegar a generalizarse, total o parcialmente, en la escuela pública, abriese nuevas grietas en una identidad cultural que sufre de tensiones inflamables, como en otros países europeos.
La nueva Francia, su nueva lengua y sus nuevas culturas: “¡Vamos a jober..!”.
Belleville… la nueva escuela pública, multicultural.
Niños musulmanes en la escuelas católicas francesas.
Los obispos apoyan la nueva Francia multicultural.
Alain Finkielkraut: De la muerte de la escuela republicana a la desintegracion nacional.
ricardo lanza says
El árabe, estimado, una lengua importante -adalid de una religión- que en todo desconozco, ni siquiera distingo una sola letra de su alfabeto. ¿Resultaría mejor que todos los diversos abecedarios, incluyendo el griego y el cirílico, el urdu y el hindú, mutaran en latinos? Lo hizo Ataturk en la Turquía de los treinta. ¿Habría acuerdo en los demás pueblos ahora? Arduo problema el del idioma universal. Fracasó el esperanto; se queda a medias el ingles hoy día. Se acerca el castellano, dicen que como lengua madre ya le supera. Escuché comentarios imperialistas respecto a concretar el portuñol , batiendo así al inglés por casi trescientos millones de hablantes. Aseguran que el árabe ha conseguido el cuarto puesto, aunque su crecimiento demográfico resulta imparable ahora; ya superó al portugués. Breve reflexión socioeconómica. Gracias por los acertados comentarios.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Menudo lío…
… descubrí la poesía leyendo las traducciones don Emilio (García Gómez) de los poetas arabigoandaluces. Octavio Paz me confesó un día su pasión por esos mismos poemas…
Hélas, como dicen los franceses, aquella legendaria civilización (la imagen que nosotros tenemos de aquella civilzación) desapareció en el pozo negro de la historia… no se si el árabe coránico que predican algunos musulmanes tiene mucho que ver con el árabe arabigoandaluz… el árabe que hablan los franceses musulmanes en la banlieue / periferia de muchas grandes ciudades temo que sea ya una muy otra cosa. ¿Es bueno / malo enseñar el árabe clásico o coloquial del Magreb en la escuela francesa..? Honradamente, no lo se. Si percibo que es un debate inflamable,
Q.-
ricardo lanza says
Creo que, como el inglés, el castellano o el francés que germinó en las viejas colonias, el árabe posee formas dialectales muy complejas, y muchas. Dicen que hay tanta o más diferencia que con las variantes de las lenguas indoeuropeas. Al escribirse en una alfabeto tan distinto al nuestro, el aprendizaje se complica: parece que el tejado queda en el sótano y la cimentación arriba. Además, sin vocales, b-c-d puede ser bocado, becada… tantas cosas; yo me quedo, estimado con el a-e-i-o-u, firmes, estables, sin tonos intermedios ni intervalos de musicalidad.
P.S: Todavía sin pasar por Salamanca, mi promesa va a quedar como los molinos de viento del Quijote o el vuelo de Clavileño.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Sí… ese es uno de los problemas de fondo… buena parte de la tropa joven aprende el árabe coránico que se predica y enseña en mezquitas y lugares de culto… hay quienes piensan que ese árabe coránico tiende al fanatismo… Desde la perspectiva optimista, hay quienes piensan que enseñando otro árabe más culto (coloquial o literario) pudieran evitarse algunas catástrofes… vaya usted a saber…
Q.-
Fina says
Con lo sencillo y práctico que sería un idioma universal para todos…
Pero parece que somos incapaces de llegar a acuerdos para construir un mundo mejor.
JP Quiñonero says
Hélas, Fina…
… la lengua la aprendemos en el vientre materno, y nos transmite algo más que profundo: esas palabras aprendidas en el vientre materno y en la familia que nos recibe configuran la matriz de nuestra existencia espiritual…
El esperanto está muy bien, claro, pero donde se ponga el murciano coloquial…
Cool,
Q.-