Rue Caulaincourt, 29 septiembre 2018. Foto JPQ.
Las hortensias han ocupado un puesto sensible en mi obra y en mi vida, desde la infancia.
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“… Atribulada, todavía, por el cansancio de una interminable noche de tren y la confusión de un taxi que se había perdido, antes de terminar por descubrir aquella casa, oculta y sin nombre, detrás de un muro de acacias, aligustres y magnolios, Celia jr. fue recibida por un mayordomo de maneras aristocráticas que la sentó en un salón tapizado de seda malva, con un gran ventanal con vistas sobre la bahía, en lontananza, semioculta por las cortinas que tamizaban la luz palidísima que bañaba los jarrones de albahaca, jazmín, begonias, rosas, hortensias, azaleas, lirios, miosotis, orquídeas y alhelíes, proclamando la gloria de una cripta donde Laure Fokine se hizo esperar durante unos minutos interminables, hasta hacer su solemne aparición de embajadora del reino de las sombras, proclamando la verdad de sus misterios…” CJC y algunas heroínas de Truffaut, Fellini, Visconti y Billy Wilder.
Fina says
¡Ay!, Quiño,
Qué bellas las hortensias y tus escritos…!!!
Bon dia!
JP Quiñonero says
Ay, Fina,
Me meto debajo de la mesa, víctima de un ataque de rubor encantado, oye,
Q.-
Fina says
Quiño,
Por favor, sal de debajo de la mesa que estarás incómodo y me siento culpable.
Lo siento, en el futuro intentaré ser más medida en mis comentarios… 🙂
Bona nit!
JP Quiñonero says
Fina,
Ah… pues nada, encantado de la vida.
Que todo te vaya bien…
Avanti..!
Q.-
Fina says
Sabes, Quiño,
Te favorecía aquel rubor…
Tienes unas salidas que sorprenden y divierten.
Bona nit!