Rue du Faubourg-Montmartre, 18 enero 2019. Foto JPQ.
Por aquellos años -cuando vivía a dos pasos del Folies Bergère- me parecía “extraño” que una tienda especializada en disfraces grotescos, Au Fou Rire, como sigue llamándose, se encontrara frente al último domicilio conocido de Lautréamont y Saint-Simon, a doscientos metros del Café de Madrid que conocieron Azorín y Baroja, a cien metros del café Le Brevant de Flaubert, a dos pasos del Palace, la sala donde descubrí a Lluís Llach, el antro de todos los excesos nocturnos no solo sexuales de la época: