Jardin du Ranelagh, 3 julio 2019. Foto JPQ.
Quizá fue Larra el primero entre los escritores españoles en citar esos jardines:
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“… Habrá jardines públicos donde se baile; más en pequeño, pero habrá sus Tívolis, sus Ranelagh, sus Campos Elíseos…” Mariano José de Larra, La Revista Española, 23 de agosto de 1833, Madrid, La fonda nueva.
El primer jardín de Ranelagh -“copia” del modelo inglés- está ligado a un legendario baile “público” frecuentado por la reina Marie-Antoinette y sus amistades aristocráticas, antes ser un lugar propio a contubernios contra revolucionarios entre 1789 y 1793, cuando menos.
Antes de sus años de traductor del francés y su viaje de 1835, el niño Larra vivió y cursó sus primeros estudios en Francia, en Burdeos y París, entre 1813 y 1818, entre los cinco y los nueve años. Pudo conocer o tener noticia de unos jardines que volvieron a estar de moda hacia 1830, antes que Napoleón III, Eugenia de Montijo y el barón Haussmann los transformasen definitivamente en espacio de ocio y recreo público.
Porte de la Muette, chic diplomático luxe, Claude Monet.
Quizá sea la puerta más chic luxe de París.
Entre Passy y el Bois de Boulogne, “muette” no viene ni va de “mudo”, “muda”, en este caso: pudiera “venir” de los ciervos y / o halcones propiedad de los aristócratas que tuvieron residencias de recreo entre Versailles y París, durante varios siglos.
Gueto aristocrático desde el siglo XVII a 1948, cuando los herederos de Henri de Rothschild vendieron el Château de la Muette a la futura OCDE, que sigue teniendo su sede oficial en unos parajes donde tuvieron residencia de paso Marguerite de Valois y Marie-Antoinette de Habsbourg-Lorraine.
La antigua aristocracia ha sido sustituida parcialmente por una cierta élite cosmopolita, de ricos, ultra ricos, diplomáticos y personal de servicio no solo doméstico (servicios de seguridad, prostitutas luxe, etcétera).
El actual Museo Marmottan – Monet, entre los jardines de Ranelagh y el bois de Boulogne, tiene la más importante colección privada del mundo de obras de Claude Monet, comenzando por Impression, soleil levant (1872), una obra legendaria y capital en la historia del Impresionismo.
El Théâtre Le Ranelagh tuvo sus días de gloria antes de la Revolución, cuando su propietario podía distraerse con obras de Voltaire y Rameau. Gloria ida, antes de transformarse durante los años 30 del siglo pasado en cine frecuentado por Marcel Carné y Gérard Philippe, para terminar en algo así como cine de arte y ensayo, muy exquisito, donde yo ví por enésima vez el Lawrence de David Lean & Peter O’Toole, hace siglos.
Los jardines de Ranelagh están frecuentados por señoras enjoyadas con prudente discreción y personal de servicio que intenta distraer a la tropa infantil, que puede aprender a montar a caballo en las inmediaciones.
Porte Maillot, entre las metamorfosis y el asesinato de París.
La Porte de Lilas, René Clair, Patrick Modiano y otros borderline.
La Porte de Vanves, Georges Brassens, el París de ayer y el París de mañana.
La Porte de Montmartre, Céline y la tierra de nadie de la banlieue.
Ricardo Lanza says
Hoy, estimado, tu recuerdo de Larra me ha traído unos obituarios que deseo difundir «¿Quién no va ahora a París, si está a solo ocho días de trayecto?», pregonaba Fígaro, comparando esa breve semana (ahora nos sonara angustiosa de trajín, incomodidad, molestia, peligro de enfermedades y bandidaje) con los «cuarenta días que tardaban en tiempos anteriores», los clérigos, buhoneros, sopistas y exiliados que elegían la ciudad de la luz como refugio o lugar de comercio y de visita. Ayer murió el incombustible, tantas veces repetido como sucesor de él mismo e icono local de un antiguo prototipo, ARTURO FERNÁNDEZ, ya recién nonagenario, y laborando en su tajo teatral hasta días antes de la defunción. Mérito el de este hombre, al margen de sus posturas. Semanas antes había fallecido el decano de estos personajes, incombustible CONRADO SAN MARTÍN, a los ¡98! -ya podemos decir que » deviejo»-. Queda en la proa de actores EDUARDO FAJARDO, va para los 95. Y un recuerdo para el que me parece (casi estoy seguro) abanderado de artistas y creativos en la consagración de la longevidad, en esa idea apotropaica de espantar a la muerte: me refiero al glorioso lusitano MANOEL DE OLIVEIRA, cineasta de longuísima carrera, realizada hasta ¡más allá de los cien!, y que nos dejó rozando ya los 107, cifra insólita de vida, monumento de talante y de talento, recorrido a imitar por todo el que lo pueda y lo mantenga. Mis recuerdos a ellos, y mi agradecimiento, estimado, por devolverme a Larra en sus jardines parisinos ¡casi 200 años después!, y solicitando comprensión por mi efemérides de obituarios.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Pues está muy bien, claro.
Yo tengo grandes recuerdos de Oliveira.
Larra… siempre tan vivo, tan presente… ¡por todas partes..!
Q.-
Ricardo Lanza says
Oliveira tiene, además, ese marchamo de mascarón de proa de la longevidad triunfante y creativa, de brillante y gloriosa madurez. ¡Qué tío!, aparentaba veinte años menos que los suyos, y encima, proyectos no le faltaban, los gestó y los parió hasta el final. ¡Viva el Matusalén de los artistas!¡Cuatro veces la vida de Larra nada menos! Siempre que paseó por el centro de Madrid, me acuerdo de Fígaro, busco las casas donde vivía, recorro las calles que paseaba, me quedo a veces pensando frente a edificios y establecimientos añosos que pienso que frecuentó, estimado.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Sí… Oliveira impone respeto. Y Larra no digamos… el vagabundeo urbano casi siempre es una lección de «cosas» profundas, qué te voy a contar…
Q.-
Fina says
Sí, admirado Don Ricardo Lanza,
Ya ve Ud. lo fácil que es ir ahora a París…
Después de los obituarios de ha difundido, quiero creer que todavía nos queda mucho tiempo por delante…
¿Conoce Ud. los jardines parisinos que cita Larra ?
Ya nos comentará, si le parece oportuno…
Ricardo Lanza says
¡Huy! Yo ya no salgo del patio de mi casa. Mis andanzas concluyen, como mucho (salvo excepciones, breves y escasas, claro) a ciento cincuenta kilómetros de Madrid, finan en el recorrido diario habitual de una diligencia; pero que suponían cuatro días al trajinero, y gracias si vendía o mercaba producto y luego no lo arrebataba el bandidaje. ¡Cuántas tragedias domésticas de entonces, por la naciente prensa y por muchos ignoradas! Porque de eso no se habla ni se sabe. Ahora, siquiera, el Internet permite que resten las memorias de sucesos cotidianos, sean triviales o espantosos. Tiene cabida la colitis del perro favorito, la pérdida del móvil, llegar cuando ya el avión ha despegado, quedarse sin entradas del concierto de Eminem… todo terrible que tal lo interpretamos.
Fina says
¡Ay, Don Ricardo Lanza!
Ud. siempre tan sabio y sereno…dándole su justo valor a las cosas. Con amplias miras, comprensión y bondad hacia las interpretaciones y actuaciones del género humano.
Mis respetos y admiración.
Pablo Eugenio Fernández says
Jajajaja!!!!
Hoy, venía para el campo, y pensaba si realmente no somos creaciones de Quiñonero. Nos creemos autónomos, desconocidos, pero somos personajes al fin y al cabo.
Perdonarme las licencias, pero he de decirlo, ¡Cuánto aprendo con vosotros!
Y si Quiño nos riñe en demasía, y deja de ser estimado, ahí acude Fina a nuestro rescate.
Ensoñaciones a parte, os diré que a finales de julio me planto en París.
Iré con mi mujer y las tres pequeñas esta vez, y si está de Dios no me muevo de la Abadía de Saint-Germain hasta que no aparezca un fotógrafo con gafas y me pida hacer una foto de las nuevas familias parisinas
JP Quiñonero says
Pablo,
¿Yo? ¿Reñir..? Finales de julio… ayayay… yo saldré pitando hacia el 25 / 27, pero nunca se sabe…
De momento, una canícula, que ya quisieran en Jerez de la Frontera,
Q..-
Fina says
Sí, Pablo, sí,
¡Aquí, entre tantos eruditos se aprende muchísimo…!
Cada día tengo que buscar el significado de alguna palabra que no conozco…Menos mal que mi hijo me regaló una asistente (Google Home Mini), muy eficiente, que contesta a mis preguntas sin necesidad de teclear…
Pablo, ¿has leído lo que dijo Quiño? Te lo transcribo porque me pareció muy bonito y motivador:
«(…) pero, bueno, en este mismo cuaderno de notas os cruzáis generosa y amistosamente algunas personas de sensibilidad muy diversa… detalle que tanto agradezco y me hace ser una miqueta menos pesimista».
Que disfrutéis tú y tu familia de los encantos de París, aunque no pueda aparecer el fotógrafo; no se puede tener todo en esta vida… 🙂
Ya nos contarás tus impresiones a la vuelta. ¡Felices vacaciones!