Boulevard Voltaire, 23 noviembre 2019. Foto JPQ.
Las marchas nacionales contra el feminicidio reunieron este sábado a más de 49.000 personas, en París, y unas 100.000 en toda Francia.
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Por vez primera, hijos, abuelas y familias víctimas de feminicidios participaron de manera discreta pero simbólica en unas manifestaciones que esperan hacerse escuchar ante el gobierno de Emmanuel Macron, que debiera anunciar “medidas excepcionales” el próximo lunes.
En las marchas nacionales contra el feminicidio participaban masivamente mujeres de la más diversa condición: ultra feministas, feministas, colectivos de mujeres víctimas de violencias y… por vez primera, con cierta discreción, grupos de familias, abuelas, niños y adolescentes víctimas de tragedias de este tipo: “Mi madre mato a mi abuela, primero, luego mató a mi madre. ¿Quién se ocupará de mi?”. “Mamá no estará con nosotros esta Navidad. Nuestro padre se ha marchado”. “Mamá no podrá celebrar la Navidad”.
La manifestación de París destacó por su ambición, fuera de lo común, y su diversidad de proclamas. Quizá por vez primera, en una marcha de este tipo, el cortejo se mucho en marcha en la Plaza de la Ópera, a las dos de la tarde, para atravesar toda la capital, hasta terminar en la Plaza de la Nación. Un recorrido excepcionalmente largo. Una quincena de camionetas de anti disturbios “abrían” el cortejo, que se cerraba con los servicios de seguridad y limpieza.
La diversidad de convocatorias fue compatible en todo momento con una manifestación tranquila, ligeramente “festiva”, por momentos, aunque los hijos, abuelas y familias de mujeres asesinadas o apaleadas pedían la más absoluta discreción.
De las Femen o asociaciones de víctimas, pasando por grupúsculos de la más diversa sensibilidad, el cortejo parisino, el más importante de Francia, con mucho, también destacaba por la participación de muchos hombres, solos, o acompañando a esposas, novias, compañeras o amigas, participando en la misma manifestación de “fuerza” pacífica.
El gobierno de Emmanuel Macron debe anunciar el próximo lunes medidas para combatir el drama nacional del feminicidio. Las manifestaciones del sábado esperaban “presionar” ante las proporciones de la tragedia: 13 mujeres asesinadas por su esposos o “compañeros” durante las dos últimas semanas del mes de octubre, un feminicidio por día; 127 mujeres asesinadas por sus “compañeros” o esposos durante los primeros nueve meses de este año. “Tendencia” a la alza que amenaza marcar un nuevo récord anual.
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La violencia esta en todas partes en el trabajo en la escuela en la familia pero sobre todo en los codigos sagrados de comportamiento. Se acabo con las comunidades se esta acabando con la familia y las sociedades urbanas no funcionan. Los niños en guarderias las mujeres trabajando o buscando trabajo los hombres donde la empresa los envie nada seguro. Muchos no tienen seguridad para acabar el mes. Los conflictos no dejan de crecer. La justicia entra y criminaliza todos los aspectos de la vida comunitaria . Todas las instituciones bajo los ojos del panoptico. Escuelas hospitales bares casas … todo controlado por un estado minimo. Mucha violencia psicologica de estas sociedades en algunos aspectos psicopaticas conduce a la violencia economica y fisica. Los hay que tienen poder y someten a los que no lo tienen y cuando se acaba la persuasion empieza la violencia. Las armas matan a distancia. Los mas son sometidos desde arriba abajo y algunos en un callejon sin salida mueren violentamente por otros o por si mismos.
La muerte violenta es propia de sociedades enfermas y criminales en plena guerra civil de baja o alta intesidad.
José,
Bueno, bueno…
Todo eso está muy bien.
Pero temo que las mujeres piensan que son víctimas de violencias muy particulares. Sospecho que llevan razón.
Una mujer asesinada por su «hombre», por semana, en Francia, temo que sea un índice particular de barbarie o como quieras llamarla…
Las mujeres son víctimas de las violencias que sufren los hombres; pero, además, sufren otras muy particulares, y odiosas, ay,
Q.-
¡Ay, Josep!
Si comprendiéramos y aceptáramos que nadie es de nadie…quizás no existiría el feminicidio, ni la violencia de género.
¿Tan imposible es una relación amistosa, o amorosa, de respeto e igualdad, entre hombres y mujeres?, ¿tendrán que pasar muchas generaciones para conseguir cambiar las mentalidades y los códigos de comportamiento?
Ojalá se encuentren medidas para combatir y erradicar tantas muertes, violaciones y abusos hacia los más débiles (mujeres o niños/as).
Nunca he ido a una manifestación pero me uniría pacificamente a esta, pensando en mi hija, mi nieta y en que ningún niño tenga que pasar las Navidades sin sus mamás.
¿Por qué esa violencia machista, esa locura de creerse en posesión de otro ser?