Rue de Rennes, 22 noviembre 2019. Foto JPQ.
Baudelaire, siempre, sí.
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Le vieux Paris n’est plus (la forme d’une ville
Change plus vite, hélas ! que le coeur d’un mortel) ;
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Paris change ! mais rien dans ma mélancolie
N’a bougé ! palais neufs, échafaudages, blocs,
Vieux faubourgs, tout pour moi devient allégorie,
Et mes chers souvenirs sont plus lourds que des rocs.
Le Cygne, Tableaux parisiens, Les Fleurs du mal (1861).
Metamorfosis de Saint-Germain-des-Prés… la abadía, espejo para los modistos italianos.
Las ciudad cambia mas deprisa de lo que cambiamos nosotros. Saturno nos persigue y no nos podemos desesperezar
de la melancolia urbana. Solo con salir a la calle tenemos gente de toda la Tierra y barrios con costumbres de todo tipo de culturas. Las ciudades crecen en todos los aspectos se vuelven megaciudades la poblacion aumenta y la complejidad y la miseria y algunas mueren y otras sobreviven. Hay muchos mundos dentro de ellas. Nunca hubo tantas murallas como ahora. El ciudadano se siente como en una granja con pico y garras
Todos se miran en esta muchedumbre de solitarios. Toda tecnologia aplicada a los animales y plantas poco a poco pero constante se va aplicando a los seres humanos para que sean mas productivos y menos humanos. America con unas ciudades que no tienen nada que ver con las europeas estan creando tendencia. En Paris York o Paris Ville. Hacia donde va Paris o Barcelona y las demas. Las abandonaremos cuando colapsen o nos colapsaremos con ellas o seran la verdaderas casas para la Humanidad.
José,
Bastante amén, claro…
…
Apenas matices personales… el deber de memoria quizá sea indispensable… cumplidas y repetidas las oraciones de rigor… ¡hay que seguir viviendo..!
En las nuevas ciudades… a seguir descubriendo, cada cual a su aire…
Q.-
No hay más remedio que adaptarnos a los cambios, incluso de las ciudades que más amamos, pero como dice Baudelaire…
«(…) Et mes chers souvenirs sont plus lourds que des rocs».
Esos «chers souvenirs» persisten en nuestra memoria, son como raices que nos unen a nuestra tierra, a lo familiar, a lo conocido, aunque ocurre a veces, que con tantas metamorfosis, te sientes extranjero en todas partes…
Ciudadanos del mundo y de ningún país…sólo hijos de la Madre Tierra.
Fina,
Amén,
Q.-