Boulevard Saint-Germain, 14 enero 2019. Foto JPQ.
Las concesiones globales y sectoriales de Emmanuel Macron, a muy distintos “colectivos” y sindicatos, no han puesto fin al rosario de huelgas que siguen complicando el funcionamiento de los transportes públicos nacionales, ferrocarriles, metro y autobuses, sin perspectivas de “fin”, cuarenta y dos días después del estallido callejero de la crisis, el 5 de diciembre pasado.
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La prolongación indefinida de la crisis corre el riesgo de influir en la incipiente campaña de las elecciones municipales del próximo mes de marzo, añadiendo un nuevo frente de crisis nacional.
Los candidatos del partido de Macron, “La República En Marcha”, comienzan a ser víctimas del fuego cruzado de los sindicatos y los partidos de oposición de izquierda y derecha, cuando el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional (AN, ex Frente Nacional, FN), se cotiza como posible partido mayoritario en la región administrativa de Occitania → La Cataluña francesa, tierra prometida para la extrema derecha de Le Pen.
Édouard Philippe, primer ministro del Gobierno de Macron, continúa discutiendo con los sindicatos que quieren discutir, con un margen de maniobra a geometría variable, que corre el riesgo de seguir desguazando parcialmente la reforma.
El frente sindical, por su parte, se ha dividido entre partidarios de prolongar la crisis indefinidamente y partidarios de seguir negociando esperando conseguir nuevas concesiones.
La Confédération générale du travail (CGT, históricamente ligada al PCF) sigue pidiendo la retirada completa del proyecto de sustitución de los 42 regímenes de pensiones por un régimen único y universal.
La Confédération française démocratique du travail (CFDT, calificada de “reformista”) ha decidido no convocar nuevas huelgas, esta semana, dejando en suspenso una posible salida de la crisis. Pero sigue “chalaneando” nuevas concesiones.
Esa división sindical complica una solución “final” (¿?) de la crisis. Muchos colectivos beneficiarios de regímenes de jubilación especiales siguen convocando paros particulares, multiplicando la confusión.
La Société nationale des chemins de fer français (SNCF, equivalente a la RENFE española) anuncia de un día para otro una “mejora” del tráfico ferroviario nacional. Mejora poco perceptible para los usuarios.
La Régie autonome des transports parisiens (RATP, Ente público de los transportes públicos parisinos, metro y autobuses) tampoco consigue asegurar un tráfico “normal”. De un día para otro, no es fácil saber qué líneas de metro funcionarán “normalmente”, ni qué líneas estarán cerradas, durante unas horas o durante todo el día.
Abogados, enfermeras, transportistas, entre otros numerosos colectivos, siguen “exigiendo” que la reforma del sistema nacional de pensiones tenga en cuenta la “particularidad” de sus respectivas profesiones, entre muchas otras.
Emmanuel Macron anunció el 2017 la supresión de los 42 regímenes de pensiones y jubilaciones especiales, sustituidos por un sistema único y universal.
Elegido presidente, Macron lanzó un “proceso de concertación”. Dos años y medio más tarde, el gobierno sigue “negociando” y “concertando” con un resultado provisionalmente modesto.
El proyecto de Ley de reforma del sistema nacional de pensiones sigue “matizándose”. Y debiera ser aprobado en Consejo de ministros a finales de mes o primeros de febrero, para ser discutido en la Asamblea Nacional los próximos meses.
El proyecto original ha quedado parcialmente “desguazado”. Y nadie sabe, con precisión, en qué quedará el proyecto final, sujeto a sucesivas “matizaciones”. La crisis se prolonga, indefinidamente.
Francia en crisis: sublevación e inmovilismo de los funcionarios privilegiados.
Francia como la mayoria de los paises occidentales van por una autopista sin salidas ni destino. Lo unico que pueden hacer cuando no tienen el automatico es acelerar o reducir. Un occidente de esclavos sin amos. Si la escoria de la tierra la han transformado en emprendedores estos no necesitan ni sindicatos ni partidos socialistas ni liberales ni estado solo que los dejen vivir como empresarios de ellos mismo. Un nuevo rumbo a ninguna parte. Sin palacios que asaltar ni bancos que robar un nuevo sistema autonomo que lo arrasa todo a su paso. Hoy Francia mañana cualquiera. Francia la primera de la clase en darse cuenta detras los demas.
José,
No sé, no sé…
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En Francia, quienes siguen protestando son los sindicatos del sector público, que se jubilan antes, con mejores pensiones y menos años de cotización… creo que la situación no es la misma que en España…
En Francia, autónomos y agricultores tienen pensiones mucho más bajas que los ferroviarios y los conductores de metro y autobús del sector público… hay muchas otras desigualdades de fondo…
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Q.-
¡Ay, Josep!
Si la primera de la clase está en crisis…¿cómo estaremos los que vamos por detrás?
Ante este panorama…¿qué hacer?, ¿llorar o bailar…?