Rue de Rennes, 16 enero 2019. Foto JPQ.
Los sindicatos del sector público están perdiendo su “guerra” contra Emmanuel Macron: menos manifestantes, menos huelguistas, más división sindical, en el sexta jornada de movilización contra la reforma del sistema nacional de pensiones.
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Según el ministerio del Interior, el 5 de diciembre pasado, cuando estalló la prueba de fuerza, hubo 805.000 manifestantes en toda Francia; el 9 de enero hubo 452.000. Ayer hubo, según la misma fuente, 187.000.
Las cifras de la CGT, sindicato históricamente ligado al PCF, son tres o cuatro veces superiores. Pero tienen poco credibilidad. Según ese sindicato, ayer hubo en París 250.000 manifestantes. Según el ministerio del Interior, apenas hubo 56.000… Cifras, en cualquier caso, evidentemente irrisorias, en un país de 67 millones de habitantes.
La cifras de huelguistas, en la red nacional de ferrocarriles no llegó ayer al 10 % del personal. En París y otras ciudades de provincias, el metro y los autobuses todavía tenían problemas, pero el tráfico parece “normalizarse”.
La CGT sigue convocando nuevas jornadas de protesta “interprofesional”. Pero se está quedando sola o muy minoritaria, cuando el primero o el segundo sindicato de Francia, la CFDT, grita “¡victoria!”, estimando, con bastante razón, que Emmanuel Macron se ha “bajado los pantalones”, aceptando un aplazamiento “provisional” de la “edad pivote” (64 años) del proyecto de supresión de los 42 regímenes de pensiones “especiales”, sustituidos, a lo largo de la próxima década por un sistema único y universal.
El proyecto de Ley de la reforma se presentará en el Consejo de ministros a finales de enero o primeros de febrero. Seguirá un debate parlamentario, a lo largo de la primavera.
La CGT y otros sindicatos minoritarios seguirán protestando. La crisis no ha terminado, ni mucho menos. Pero Emmanuel Macron parece ir ganando la “guerra”, sin que esté claro si su reforma ha quedado o no ha quedado “desguazada”.
Francia tiene el nivel de afiliación sindical más bajo de la Unión Europea (UE). Muy minoritaritarios en la vida social, solo son influyentes en el sector público de un Estado muy burocratizado. De ahí su capacidad de “perturbar” durablemente el “funcionamiento” de París y de Francia:
Le Monde, Retraites : mobilisation en nette baisse malgré des manifestants “déterminés”.
Le Monde, Réforme des retraites : les fractures syndicales d’une longue grève.
“En 2012, avec un taux de syndicalisation de 7,7 %, la France est le troisième pays le moins syndicalisé de l’OCDE, et le dernier au niveau de l’Union européenne» → Représentativité syndicale en France.
José says
Hitler Franco Mussolini Pinochet acabaron con los sindicatos y los neoliberales siguen las consignas de Chicago. La escoria de la tierra tiene que olvidarse de sus derechos y olvidarse de sindicatos y partidos socialistas y pensar que son el excedente del mercado mundial y gracias que puedan vivir en y con la nueva esclavitud salarial. Comida no falta buenos espectaculos fabricas sin obreros sobra de todo los trenes aviones coches casi todo automatizado hasta la burocracia del Estado. Ese Estado racional desaparece y solo queda la Nacion de Naciones con sus mercados sin leyes ni sanciones.
Eso puede ser una pequeña explicacion de porque parte de la poblacion se identifica con grupos antidemocraticos. Goethe ya dijo que es preferible el orden a la libertad y ahi hemos llegados con los liberales.
JP Quiñonero says
José,
En Europa no hay ni un solo gobierno ni ministro de economía neo liberal. Por otra parte, la gestión de la zona euro lo impediría.
En Francia…
-Desde hace muchos años, del 30 al 40 % de los trabajadores votan a la extrema derecha de Le Pen, que es primer partido obrero nacional.
-Los sindicatos franceses son los menos representativos entre todas las sociedades industriales. En el sector privado, solo un 7 / 8 % de los trabajadores están afiliados a un sindicato. La media de la OCDE es del 12 %. En el sector público, solo un 18 / 19 % de los funcionarios están afiliados a un sindicatos. La media de la OCDE es del 38 %.
-A ese muy bajo nivel de “sindicación”, es necesario agregar una fragmentación igualmente excepcional: en el sector público hay once sindicatos “representativos”; en el sector privado hay seis.
Los sindicatos, franceses, y los partidos de izquierdas (que tienen menos votos que la extrema derecha de Le Pen), en este caso, debieran preguntarse por el escaso interés que tienen sus ideas entre los trabajadores y las familias menos favorecidas,
Q.-
Fina says
¡Caramba, Josep!
No sabía que Goethe había dicho esto: «Es preferible el orden a la libertad».
¿Por qué una cosa tiene que excluir a la otra?, ¿no se podría llegar a acuerdos razonables para superar las crisis sin enfrentamientos?, ¿o tiene que llegar la sangre al río?
En fin, vosotros conocéis el tema a fondo, y al parecer, la Nación de Naciones nos domina…
Gabriel says
Goethe: «Ich will lieber eine Ungerechtigkeit begehen als Unordnung ertragen». «Prefiero cometer una injusticia antes que soportar el desorden».
JP Quiñonero says
Gabriel,
Alaaaa…
Q.-
José says
Gracias por la cita textual. Hoy podriamos actualizar la cita proponiendo es preferible el estado de excepcion o la revolucion al desorden social. Pues libres estamos condenados a serlo Sartre dixit
JP Quiñonero says
José,
Anda, anda… en Spain lo más «revolucionario» es ya vice presidente del Gobierno …
Q.
Fina says
Conseguir hacer traducciones fidedignas me parece una actividad realmente admirable que require un gran talento y profundos conocimientos de los idiomas. Lograr expresar en otra lengua la idea y el sentido original de los textos me parece algo muy difícil de alcanzar.
Pienso que un buen traductor debería ser también un buen escritor y poeta, con gran dominio de las lenguas, pues con su labor puede mejorar o arruinar un poema, una cita, un libro, un texto…
¡Gran responsabilidad y difícil profesión la de los traductores e intérpretes!
Buenas noches a todos /as.
JP Quiñonero says
Fina,
Sí… es un problema de inmenso calado… que «vivo» a diario desde hace… que se yo… para colmo, hay palabras como «cursi», «trapío», «garbo, que no se si tienen traducción a ninguna lengua… incluso frases tan simples como el principio del libro de Proust… «Longtemps, je me suis couché de bonne heure»… pierden algo incluso cuando están bien traducidas… En fin…
Q.-