Place Jacques-Copeau / Boulevard Saint-Germain, 5 marzo 2020. Foto JPQ.
Con muchos frentes…
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Place Jacques-Copeau / Boulevard Saint-Germain, 5 marzo 2020. Foto JPQ.
Tras el terremoto político de la primera vuelta de las elecciones municipales, el domingo, Emmanuel Macron pronunció el lunes un discurso ultra solemne, comenzando con esta sentencia dramática: “Francia está en estado de guerra”.
Guerra sanitaria, económica, social, cultural, política… Macron razonó su visión dramática de la crisis, anunciando medidas excepcionales.
La segunda vuelta de las elecciones municipales queda aplazada, hasta una fecha por fijar. Édouard Philippe, primer ministro de Macron, había sugerido, horas antes, que la segunda vuelta pudiera celebrarse el 21 de junio próximo. El presidente de la República continuará consultando, en un clima de la más extrema gravedad. Asamblea Nacional y Senado deben estudiar el posible calendario.
Guerra sanitaria. Para combatir el coronavirus, Macron anuncia una “reducción” de la “movilidad individual” y colectiva. Sin decretar un confinamiento “manu militari”, el presidente “invita” a los franceses a quedarse en casa, reduciendo las salidas, anunciando medidas menos “duras”, quizá, que en Italia y España. A partir de este martes, el Estado impondrá una reducción significativa de los movimientos y desplazamiento, privados y colectivos.
En la vida diaria, sin embargo, los ciudadanos podrán salir a hacer sus compras, cuidarse, ir al trabajo, pasear a sus animales de compañía o realizar “actividades físicas”. Transportes, salidas y particulares serán “reducidos al mínimo”. Las empresas son invitadas al tele trabajo, siempre que sea posible.
Con el resto de la UE, Macron anunció el cierre de las fronteras comunes en el Espacio Schenguen.
Unidades del ejército ayudarán a los hospitales y centros sanitarios, ofreciendo sus servicios para trasladar pacientes a distintos puntos de la geografía nacional. Se trata de una novedad llamativa: unidades militares colaborado con la Sanidad nacional, con trabajos de urgencia logística.
Guerra económica. Macron anuncia medidas excepcionales. El Estado movilizará 300.000 millones de euros, para sostener la economía, proteger a las empresas y los trabajadores, anunciando que el Estado evitará el cierre de empresas y correrá a cargo de las ayudas necesarias a los más débiles. Macron afirma que ninguna empresa francesa será declarada en bancarrota: su Gobierno tomará medidas de protección excepcionales.
En ese terreno económico y social, Macron dio precisiones extremadamente importantes de carácter “nacional protector», de este tipo: “Ninguna empresa, grande o pequeña correrá el riesgo de la bancarrota. Ningún francés o francesa se quedará sin recursos. Pondremos en marcha un dispositivo excepcional, para aplazar el pago de cargas fiscales y fiscales. El Estado será garante de los compromisos bancarios contraídos por las empresas más modestas. Quienes tengan problemas no pagarán los impuestos ni las cargas sociales. Las facturas de gas o electricidad podrán ser aplazadas. Nadie quedará sin recursos, sin salarios, y el dispositivo del paro parcial será ampliado masivamente”.
Guerra institucional. Macron anuncia la suspensión “sine die” del proceso de aprobación de la histórica reforma del sistema nacional de pensiones, entre otros trabajos parlamentarios. Asamblea Nacional (AN) y Senado deberán “consagrarse” a trabajar en el rosario de decretos, medidas y proyectos relacionados con la lucha nacional contra la pandemia. Los trabajos parlamentarios estarán consagrados, íntegramente, a responder jurídica y legalmente a los problemas de la crisis.
Guerra social. Macron estima que los franceses se han comportado de manera “irresponsable” durante los últimos días: frecuentando bares, restaurantes, parques, jardines… El presidente anuncia “medidas coercitivas” para castigar los comportamientos “irresponsables”. El cierre de bares, restaurantes, parques, jardines públicos, se prolongará “indefinidamente”. Quedarán abiertas tiendas, farmacias y servicios básicos.
Guerra cultural. Macron está convencido que Francia ganará la guerra sanitaria en curso. Pero reclama un cambio profundo en los comportamientos públicos y privados. La unidad nacional debe estar acompañada por un respecto estricto y escrupuloso de las normas sanitarias básicas.
Macron terminó su discurso de este modo: “Queridos compatriotas, ganaremos esta guerra estando unidos, siendo solidarios. Os pido responsabilidad, individual y colectiva. No debemos ceder al pánico. Debemos alzarnos a la altura de nuestra historia. Así venceremos, juntos”.
El coronavirus precipita un terremoto político en las elecciones municipales francesas.
José says
Diderot contemplando al hombre abandonado a su soledad al frio al hambre a la enfermedad. Mientras el sobrino de Rameau recorre los mejores teatros de europa disfrutando de la mejor musica de los mejores hoteles de las mas bellas mujeres y de la mejor Francia burguesa hoy un pais con chalecos amarillos tirados en las calles un pais en plena anomalia vacio postdemocratico con un presidente que no le votan. Alcaldes españoles marroquis rumanos… un pais del futuro distopico. Sin sociedad no se pueden socializar los individuos. Una guerra en la que nadie gana mientras haya gente sin normas ni instituciones sin sanciones. Diderot se va a Rusia a quedarse y Macron a Berlin a pedir. Una guerra de ratas voladoras contra ratas de las cloacas. La Naturaleza y la Necesidad vuelve a la ciudad.
JP Quiñonero says
José,
Efectivamente… el señor que piensa es Diderot … una obra del escultor Jean Gautherin, realizada a instancias del Comité pour la Libre pensée , con motivo del centenario de 1884.
Todo lo que dices me parece razonable y bien, claro. Lo de pedir a Berlín… quizá un poco menos… Macron ha prometido unos 300.000 euros de ayudas de todo tipo… supongo que ese dinero se conseguirá incrementando la Deuda pública… recurso que, en este caso, me parece oportuno, claro.
Por lo demás… París, a estas horas, sigue una vida tirando a pachucha, pero, bueno, a seguir en la brecha, claro,
Q.-
Gabriel says
Qué tristeza, esas imágenes. Sin embargo, me ayudan, como testimonio, que ahí queda.
JP Quiñonero says
Gabriel,
Algo así pensé cuando las hice, ay,
Q.-
Irene says
Una foto elocuente, el maestro Diderot mira, ve, reflexiona por nosotros
JP Quiñonero says
Irene,
Qué maravilla de generosa precisión… Encantado…
Q.-
Fina says
Cuesta asimilar tantos cambios, qué guerra tan extraña y diferente a las conocidas…
¿Qué pensaría Diderot de todo esto?
Hermosa escultura, Quiño, siempre tengo que detenerme para contemplarlas, si es posible desde todos los ángulos; es otra de mis debilidades…
Una foto impactante que invita a la reflexión, como bien dice Irene.
¡Cuántos contrastes, Josep…! Diderot se fue a Rusia, veremos nosotros…
Buenas noches a todos /as.
JP Quiñonero says
Ánimo, Fina…
Cada cual lleva la cosa, la vida, como puede.
Paciencia, barajar, comer y beber con mesura y sabiduría, buenos alimentos… mirar, escuchar, intentar no complicarlo todo con la palabrería envenenada (con frecuencia) en las redes sociales, y, y… estar a la escucha de lo que se ve, con solo salir a la calle, cuando se puede y se desea, claro…
¡Si Marco Aurelio levantase la cabeza..!
Q.-
Fina says
Gracias por tus ánimos, Quiño,
Es cuestión de llevarlo lo mejor posible. Tomo nota de tus recomendaciones…
Buenas noches a todos/as.
JP Quiñonero says
Fina,
Ala, a comerse el mundo, hasta ahí podíamos llegar…
Q.-