Rue de Buci, 13 abril 2020. Foto JPQ.
“Di, panadera…” comienza el poeta ¿anónimo? de las legendarias Coplas de la panadera, crónica negra de La batalla de Olmedo (19 mayo 1445), coplas populares quizá imprescindibles para otear los rostros menos épicos y heroicos de legendarios conflictos fratricidas.
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Ensimismados en sus soledades, no sé si los poetas de nuestro tiempo recuerdan hoy a las panaderas, trabajando cada día en un frente a todas luces esencial de nuestras vidas en cuarentena.
Le Parisien, Coronavirus : “Si mon boulanger est contaminé, que risque mon pain ?”.
Panadera parisina… rue de Rennes.
La joven panadera hace sus cuentas.
La sonrisa de la panadera parisina.
Joven panadera en un mercado callejero.
Joven panadera vasco francesa, bio / ecologista, en el mercado de Saint-Jean-de-Luz.
José says
El pan y los cereales alimentan y otras muchas viandas vegetales y animales. Vemos las boutiques y las simpaticas y agradables panaderas pero hace tiempo que no vemos a los que plantan y recogen los granos aunque sea con maquinas. Los agricultores abandonan los campos industrializados y se van a la ciudad donde el neon los ilumina las 24 horas cosa que ocurria en el campo antes de la industrializacion. No sabian lo que les esperaba en las megalopolis 24 horas siete dias a la semana siempre luz y ruidos. Todo envuelto en plastico pajaros empantallados ranas croando en tiendas de ventas de animales perros y gatos vestidos gallinas colgadas sin plumas para vender. Para vivir en las megalopolis ademas de pan se necesitan pastillas
Las farmaceuticas /os compiten con las panaderas/os.
JP Quiñonero says
José,
Está bien visto.
Macron estuvo los otros días en varias explotaciones de agricultores bretones … hizo el elogio de esos hombres «que nos dan de comer …» Me inspiró respeto. Por acordarse de la gente del campo, que sigue ganándose el pan con el sudor de frente; y por salir a la calle, al campo, en este caso, para dar visibilidad a esas buenas gentes…
Sí… las farmaceúticas también merecen respeto y recuerdo, claro … y…
Q.-
Fina says
Josep,
Tal y como describes la vida en las megalópolis, apetece huir y retornar al campo y la naturaleza…
Aunque también es cierto que las grandes ciudades ofrecen atractivos que no se encuentran en pequeños pueblos…entre ellos el anonimato.
En fin, nada es perfecto…