Rue des Archives, 19 mayo 2020. Foto JPQ.
“Le pain quotidien”.
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Durante la primera fase del confinamiento, panaderas, panaderías y pastelerías tuvieron un puesto esencial en la vida de muchos parisinos.
Desde el principio del desconfinamiento, muchas panaderías, pastelerías, restaurantes, bares, etcétera, se han instalado en la calle, con puestos improvisados que ofrecen a la clientela de paso dulces, golosinas, platos combinados, comida rápida para llevar, bocatas de muy diversas tradiciones locales, nacionales, mediterráneas, del bocata castellano al faláfel de las tradiciones orientales, tan próximas a la koiné, el griego alejandrino de los evangelios de Lucas y Mateo, en el que se transmitieron las primeras versiones del Padre nuestro.
París en tiempos del coronavirus … parisina chic comprando comida rápida.
París en tiempos del coronavirus … mucho jamón español, rue de Seine.
París en tiempos del coronavirus … Coplas de la panadera parisina.
París en tiempos del coronavirus … De la panadería al cielo, Última Thule.
París en tiempos del coronavirus … la panadería de Mercè Rodoreda.
París en tiempos del coronavirus … Compra de la baguette en la panadería de la esquina.
Compartir el pan, tomar una copa con los amigos, las maneras que hacen más llevadera la faena de vivir. Pues claro, hombre de Dios.
Carole,
Suenan y hacen bien palabras tan cordiales…
Q.-
Quiño, Carole,
Demos gracias por el pan nuestro de cada día…
Me educaron en un colegio en el que además de cantar el Cara al sol, debíamos escuchar una Misa diaria antes de empezar las clases, por lo que pensé que ya había cumplido con mis obligaciones religiosas para el resto de mis días…pero ¡quién sabe!
Ojalá exista un Dios compasivo que nos pueda iluminar, alguna fuerza superior a quien podamos encomendar una oración con fe, y ser escuchados al pedir…
…más líbranos de todo mal. Amén.
Buenas noches a todos/as.
Fina,
Bueno … todos venimos de alguna parte; pero lo esencial quizá sea el camino que cada cual hace, caminando, caminando…
Avanti..!
Q.-
Quiño,
A ver si cuando termine el desconfinamiento, nos van a permitir seguir «caminando» hacia donde queramos, sin tantas restricciones y controles…
Quizás, como a los pajaritos enjaulados, nos dará miedo salir cuando nos abran la puerta, ante la duda de que nuestras alas se hayan atrofiado y no sepan reemprender el vuelo…
Veremos…
Fina,
Ay … mi experiencia me dice que no hay «un» confinamiento… en mi caso, he caminado una media de 5 a 10 kilómetros diarios … ¡¡!!…
De ahí mis vagabundeos. A pie, con perro, Buck, las más de las veces.
Quizá el confinamiento parisino no es comparable con el confinamiento en Madrid, Barcelona u otras ciudades.
Pero, efectivamente, vaya usted a saber… quizá un poco de gimnasia, comida frugal y tomar el sol en el balcón no sean malos «consejos»…
En fin… Ánimooooooo ..!
Q.-
Quiño,
Gracias por los ánimos, seguiré tus «consejos», aunque ya estoy más contenta pensando en que el lunes entramos en la primera fase…
¿Y dices que has caminado de 5 a 10 km. diarios…? Pienso que has sido muy afortunado de que el coronavirus te encontrara en Francia.
En fin, hay que ir aceptando las cosas como vienen y saber adaptarse a lo que hay…
Buenas noches a todos/as.
Fina,
Sí … en mi barrio, la crisis es muuuucho más llevadera que en otros lugares. Con frecuencia, siento una suerte de «mala conciencia», qué quieres…
Q.-