Museo del Louvre, 16 junio 2020. Foto JPQ.
Los grandes museos parisinos comienzan a reabrir con mucha prudencia y unos programas con muchas ruinas, pasadas, presentes y futuras, crónicas de “mundos ardiendo”, víctimas de crisis internacionales de todo tipo, casi siempre atroces.
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El Museo del Louvre ha reabierto su billetera electrónica: se puede reservar entradas para primeros de julio, reabriendo relativamente sus puertas, con unas precauciones sanitarias excepcionales, con salas cerradas, un trayecto fijo con muchas flechas, sin novedades llamativas, invitando a “revisitar” los tesoros canónicos.
El Centro Pompidou reabre con los flecos de una exposición consagrada a Christo y su esposa… el gran maestro fallecido antes de poder realizar uno de sus más ambiciosos proyectos: “envolver” o “empaquetar” el Arco del Triunfo parisino → Christo y Notre Dame en tiempos del coronavirus.
El Gran Palais reabre con muchas precauciones y una exposición “ruinosa”: “Pompeya”… idas y venidas turísticas en torno al rosario de catástrofes recuperadas en nombre de los sacrosantos “tesoros arqueológicos” y siempre “nuevos descubrimientos” de tono siempre funerario.
El Museo de Orsay reabrirá el próximo día 23 con una exposición consagrada a James Tissot (1836-1902), gran maestro francés muy fin de siglo (XIX), que tuvo días de gloria en el Londres de su época, cultivando el buen gusto conservador de su clientela.
Entre los grandes museos parisinos, solo el Palacio de Tokio, museo de arte contemporáneo, ofrece una programación con cosas de hoy, mal que bien.
Estaba programada una gran exposición víctima del coronavirus: “Nuestro mundo arde”… a través de obras y testimonios muy diversos, se intentaban “resumir” las catástrofes artísticas que comenzaron con las Guerras del Golfo, durante los años 80 y 90 del siglo pasado. Catástrofes devastadoras para el patrimonio cultural mundial, a través de la destrucción y el pillaje de tesoros universales, en Afganistán y Oriente Medio.
Víctima del coronavirus, “Nuestro mundo arte” tiene como continuación, en el Palacio de Tokio, otra exposición emblemática: una retrospectiva consagrada a Futura 2000, seudónimo de Leonard / Lenny McGurr (Brooklyn Nueva York, 1955), uno de los patriarcas del “street art” y el grafiti norteamericano.
Los historiadores del género estiman que Futura 2000 fue uno de los padres del “grafiti abstracto”: una suerte de versión callejera del expresionismo abstracto de los años 40 y 50 del siglo pasado. Campos de ruinas iluminados con mucha literatura de género.
Entre las ruinas de Pompeya, la destrucción del patrimonio universal en Oriente Medio, y los muros ruinosos de las grandes metrópolis contemporáneas (tema central en la obra de Lenny McGurr), la reapertura de los grandes museos parisinos parece marcada por una visión pasablemente negra de nuestro mundo en crisis, iluminado con neones publicitarios.
El Louvre en tiempos del coronavirus … Pata negra, sardinas y vieiras gallegas.
jose says
….solo se puede decir que quienes controlan el presente se divierten destruyendo el pasado para destruir también el futuro . Solo se encuentran bien en el presente sin ningún proyecto a largo plazo y un pasado minimizado al máximo. Menos mal que hay individuos que crean viviendo y pensando en un futuro proyectado en el tiempo y un pasado siempre presente. Hay una pequeña esperanza que el Arte y la Naturaleza puedan sobrevivir.
JP Quiñonero says
José,
Muy optimista te leo … «… quienes controlan el presente…». Si alguien controlase algo… temo que todos somos un poco víctimas de fuerzas un poquito o un mucho sonámbulas o invisibles, arrastrándonos hacia vaya usted a saber donde…
A título personal, sigo creyendo en el arte, la cultura y esas cosas.
La naturaleza… fuerza ciega y feroz… A contemplan con prudente distancia; al menos, en mi caso…
Q.-
Fina says
Quiño,
Estás en todo. Gracias por tenernos al día de las actividades que presentan los grandes museos parisinos…
Esperemos que sobrevivan el arte, la cultura, y todas esas cosas que hacen más llevadera la vida…
Ayer disfruté de una magdalena frente a la catedral de Barcelona que me recordó al mismísimo Proust… 🙂
JP Quiñonero says
Fina,
Ah, qué bien…
Los museos están … por los suelos… más o menos…
Quizá el arte esté en la calle, o en los estudios de los artistas… que algo seguirán haciendo, claro, ese es mi deseo y convencimiento…
Magadalenas… qué bien…
Sí, por todas partes hay cosas ricas: a por ellas…!
Q.-