“Un pueblo traicionado, víctima de la corrupción y la incompetencia de sus políticos”.
“Un pueblo víctima de los asnos filantrópicos que lo gobiernan o desgobiernan”.
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El Economist comenta con mucho respeto la última obra de Paul Preston, A People Betrayed (Liveright) / Un pueblo traicionado (Debate):
“In 2018 a court in Madrid sentenced several former officials of the ruling conservative People’s Party (pp) to long prison terms for taking kickbacks on public contracts. It cast doubt on the credibility of evidence given by Mariano Rajoy, the prime minister, who had appeared as a witness. Within a fortnight Mr Rajoy was out, his government the first to be ousted by a censure motion since Spain returned to democracy and constitutional monarchy in the late 1970s, after the long dictatorship of Francisco Franco. Pedro Sánchez, the Socialist leader, breezed into power pledging to restore the dignity of Spanish politics.
Two years and two general elections later, he heads a weak minority coalition with Podemos, a far-left party. Instead of dignity, there is crispación, Spain’s word for no-compromise adversarial politics. Even before the pandemic receded, the vitriol was back”
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“So the latest book by Paul Preston, a British historian of modern Spain, is timely. A political history of the past 150 years, “A People Betrayed” has a thesis: that the country has been held back by corruption and political incompetence, which have in turn led to breakdowns of social cohesion that have often been met with state violence…”. The Economist, 20 junio 2020, Too many setbacks.
Las negritas son más.
“Dutante los últimos 150 años”, un pueblo víctima de la corrupción y la incompetencia de sus políticos.
Nada me cuesta compartir esa tesis central.
Es la mía, contada a mi manera, en los seis ensayos de mi serie España una temporada en el Infierno.
Serie que comienza de este modo, recordando la relación íntima entre corrupción, incompetencia y economía de la incultura:
GOYA, ESPAÑA Y SUS ASNOS FILANTRÓPICOS
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Las enfermedades del cuerpo y el alma descritas por Goya, en sus Caprichos, nos hieren porque hablan de nosotros y nuestras enfermedades, sin cura conocida. No son cosa del pasado. Esas pesadillas atroces son siempre las nuestras.
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En el capricho número 40 [ .. ] Goya interpela a quienes contemplamos esa parábola: “¿De qué mal morirá?”.
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El hombre yaciente no es un anciano. Está condenado a morir prematuramente.
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El asno que ausculta a la víctima, por el contrario, se encuentra a sus anchas en esa cueva de tránsito, un paraje inhóspito donde el dolor y la agonía son los únicos rastros de humanidad. La acémila cerril no duda de su diagnóstico, indiferente al dolor humano. El sufrimiento de la víctima no empaña la suficiencia del jumento. Bien al contrario, el asno está convencido de lo bien fundado de sus rebuznos, proferidos sobre el pecho del condenado.
La ciega soberbia del jumento está justificada: su diagnóstico viene avalado por la cerril experiencia de la corporación de los asnos asociados para defender y transmitir sus experiencias y saberes de acémilas curtidas en el cuidado de otros pacientes, de generación en generación, desde tiempo inmemorial.
A juzgar por la edad aparente de la víctima, enfermó pronto. Pero los cuidados recibidos no le permitieron atajar sus males. En verdad, la fatua suficiencia del asno también reposa en la rutina: es un asno satisfecho de sus saberes y tradición. Otros asnos le transmitieron la roma sabiduría que confirman su educación y diagnóstico, sin apelación posible. Las raíces de esa experiencia de cuadra y cuartel se pierden en el insondable pozo sin fondo de la ignorancia culpable, donde fueron abandonados los restos mortales de incontables generaciones de pacientes sin cura, atendidos a la intemperie saturnal por la misma corporación de los asnos caníbales, no siempre filantrópicos:
Goya, Quiñonero y las crisis de España, 6.
El Duelo a garrotazos, matriz política y cultural de las Españas.
Goya, Quiñonero y las crisis de España, 4.
Goya, Quiñonero y las crisis de España, 3.
Goya, Quiñonero y las crisis de España, 2.
Goya, Quiñonero y las crisis de España.
Goya, Quiñonero y las crisis de España: una temporada en el Infierno.
Gabriel says
Qué amarga tristeza, oiga.
JP Quiñonero says
Gabriel,
Triste, sin duda.
Para mi sensibilidad, quizá sea peor negarse a contemplar la evidencia y comportarse como sonámbulos …
Q.-
A says
Me pregunto quien educa a los burros para dirigir la peninsula iberica y curar sus males. Un pueblo que vive con un paradigma religioso militar y no ha llegado al ideologico al economico al tecnologico y a los que se estan ensayando. Universidades en manos de religiosos consideradas en muchos paises y ejercito bajo palio un modelo capaz de sobrevivir a lo largo del tiempo tan importante el modelo como el de mil años sin cambios. Un enfermo respetado en todas partes pues saben que es la peninsula donde el poder muere en la cama con la cabeza unida al cuerpo. Militares conversos y nobles un poder milinario Una cultura de la ignorancia donde la irracionalidad y el absurdo nos ha llevado a las cimas del Verbo sin posibilidades de practicar el Logos. El poder traidor no lo es con la palabra unica verdadera pues los demas son los que quieren saber y pecan de soberbia y deben ser condenados. Punta de lanza del cainismo actual. Goya desde Burdeos pudo decir me duele el mundo visual.
JP Quiñonero says
A,
Bueno … a decir verdad, culpamos a los políticos de todos nuestros males… y creo que son justas todas las críticas… al mismo tiempo, quizá debiéramos preguntarnos hasta qué punto nosotros mismos (todos) no nos comportamos de la misma y patética manera…
…
Q.-
Fina says
A,
Quiero creer que existirá en algún lugar un mundo donde los que quieren saber sean premiados y donde se tenga la dicha de practicar el Logos sabiamente…
Algo así como este INFIERNO… 🙂