Museo del Louvre, 12 octubre 2010. Foto JPQ.
Retrato improvisado de Marc Fumaroli.
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Ha muerto Marc Fumaroli (Marsella, 1932 – París, 24 junio 2020), el más grande de los críticos literarios franceses de nuestro tiempo, un humanista excepcional que consideraba que la cultura está amenazada por las burocracias estatales y el mercado de las naderías “artísticas”.
Profesor universitario, académico, especialista emérito en la cultura francesa clásica, varios de sus ensayos contribuyeron a cambiar el rumbo de nuestra percepción del puesto de la cultura en las sociedades occidentales de finales del siglo XX y principios del siglo XXI.
Su formación clásica y sus primeros escritos comenzaron por revisar los cánones de la modernidad literaria.
A partir de los años ochenta del siglo pasado, sus ensayos estuvieron consagrados de manera esencial a criticar las nuevas “perversiones”, burocráticas y mercantilistas, que amenazan la cultura, las literaturas y la vida espiritual, en un sentido muy amplio.
Cuando triunfaba la “cultura de Estado”, la cultura puesta al servicio de las “ceremonias de consagración del poder político”, Fumaroli publicó uno de sus libros más famosos, “El Estado cultural” (1991), un ataque frontal contra el Estado de la cultura bajo la presidencia de François Mitterrand (1981 – 1995). Fumaroli insistía en un punto central: el Estado se “extravía” y “corrompe” la cultura cuando el poder político, a través de sus burocracias, convierte la cultura en una “herramienta” al servicio publicitario de los políticos de turno, siempre dispuestos a pagar con subvenciones y prebendas los “servicios prestados” por artistas y creadores dispuestos a convertirse en “lacayos” sumisos a la burocracia ideológica de turno.
Años más tarde, el 2009, Fumaroli publicó otro libro de crítica, muy mayor, “Paris-New York, ida y vuelta”. Con la precisión del entomólogo, el gran humanista formado en los clásicos del canon francés, denunciaba el desarraigo y los estragos de un arte contemporáneo perdido en el desierto de las vanguardias muertas. Fumaroli insistía en varias cuestiones capitales: descarriadas, entre las burocracias ideológicas y las burocracias mercantiles, las sucesivas escuelas artísticas contemporáneas se devoraban las unas a las otras, dejando como único rastro desiertos de cenizas frías, vendidas a precio de oro.
Apelando, siempre, al gran arte y la cultura clásica, Fumaroli también consagró parte de su tiempo y de su obra a denunciar el “descarrío” de unas reformas escolares y universitarias que comenzaron a socavar los fundamentos de la cultura básica: amenazando la enseñanza del griego y el latín; introduciendo elementos “étnicos” y “multiculturales” de origen tan diverso como incoherente y corruptor; convirtiendo escuelas y universidades en “cuarteles” donde se propagaba la incultura de masas…
Esa dimensión de gran polemista, presente en los más profundos debates de la cultura, el arte y la vida del espíritu, en nuestro tiempo, no le impidió, en absoluto, continuar sus trabajos de investigación, de los siglos XVI y XVII, culminando con otro monumento, “Chateaubriand: poesía y terror” (2003)… a través del análisis más profundo de uno de los patriarcas de la prosa francesa contemporánea, Fumaroli nos recordaba y recuerda como el Terror contemporáneo (ideológico y terrorista) echa sus raíces en el fanatismo ideológico de los teóricos franceses del “Terror de Estado” (Saint-Just, Robespierre); y como buena parte de la poesía moderna, desde el Romanticismo, es un “combate”, literario, moral y espiritual, en defensa de la libertad del creador, el artista, el poeta, el místico… héroes de nuestro tiempo, amenazados por el desarraigo burocrático e ideológico.
Apenas hace … xxxx años que comencé a presentar a Marc Fumaroli en castellano, cuando era un perfecto desconocido, en España y las Américas:
De como el Estado destruye la cultura a través de la Comunicación Estatal de Masas.
El Estado, instrumento de desertización cultural.
Fumaroli, Chateaubriand y la importancia del Terror en los orígenes de la poesía moderna.
Fumaroli, desertización cutural y educación para el servilismo.
El Louvre, Marc Fumaroli y el mestizaje cultural.
Jose says
Los grandes creadores estan obsesionados con su obra y como si fuese una enfermedad construyen su perla sin mirar a otra parte. A veces mueren en el intento otras veces los matan pues no interesa lo que hacen y a veces triunfan y los hacen dioses. Las obras actuales son proyectos que sobrepasan al individuo
Obras de miles de individuos que se ciegan en llevarlas a cabo como el proyecto ADN y proyecto Cerebro entre otros. El arte actual es un proyecto de muchos individuos como si fuese una gran empresa con mercancias para vender por todo el mundo. El enigma de la creatividad esta en manos de los mercados globales. Nos queda el arte peremne que esta ahi y continua vigente. Un clásico nos cambia casi siempre. El mercado y el estado no tienen Cultura ni Arte solo poder y eso e otra cosa.
JP Quiñonero says
Jose,
Bueno… vaya usted a saber…
A mi modo de ver, el mercado compra y vende lo que quiere… que no siempre es arte genuino, claro…
Y los artistas, que los hay, y muchos, van a su aire y hacen sus cosas, a su manera, con un resultado comercial que no siempre está a la altura de sus creaciones y talento, claro…
El Estado y el Estado de Cosas Dominantes pagan a quienes son sus siervos, que son muchos, bien pagados y subvencionados, a costa del dinero que pagan los contribuyentes,
Q.-
Fina says
¡Ay, Josep!
Y qué le voy a hacer si soy una mujer renacentista, enamorada de lo clásico, en una época apocalíptica…😀
Fina says
Quiño,
Bello homenaje a Marc Fumaroli…
Que descanse satisfecho y en paz, un hombre que ha aportado tanto a la cultura y a las artes.
JP Quiñonero says
Fina,
Fumaroli era un sabio, de los que ya no hay… ¿o sí..?
Q.-
Fina says
Quiño,
Puede que existan muy pocos sabios como Fumaroli, pero en este INFIERNO, he tenido la fortuna de encontrar un brote de ellos…
Demos gracias a los CIELOS!!!
JP Quiñonero says
Fina,
Palanteeee … !
Q.-