Caldetes, 9 agosto 2018. Foto JPQ.
“Si Marsé hubiese nacido en París y escrito en francés, sería premio Nobel”, le comenté a una amiga muy querida el día del Nobel de Patrick Modiano →
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→ Marsé, Modiano, el Nobel y la cultura catalana.
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Ricardo Lanza says
Como voy de mi corazón a mis asuntos… no me entero. Me dices que ha muerto Juan Marsé, y muchos recuerdos que me vienen, muy concreto uno de ellos: Últimas tardes con Teresa convertida en película, veinte años después de haberse escrito. Su protagonista Ángel Alcázar (ya fallecido, dicen que sus últimos años fueron duros; procuraré enterarme; después de unos tiempos prometedores con el cine y luego con el teatro, acabó -creo- de portero en garitos de Malasaña, ya cincuentón), parecía una especie de álter ego de Marsé joven: achulado, petulante, sincero, un muy creíble Pijoaparte aunque, quizás, demasiado grande de estructura para lo que suponía el protagonista. A Ángel, también, era quizás a quien mejor la sentaba la camiseta proletaria, todo un galán del barrio cuando la vestía; algunas chicas llegaron a decir que «era el tío más bueno de España». Curiosa peli, El Pepón Corominas la produjo (yo creo que murió sobre los cuarenta, no más), Gonzalo Herralde la dirigió. Iba allí todo ese grupo variopinto de la «gauche divine» barcelonesa; más de la mitad han fallecido (Oriol Regás, su fundador, Jaime Gil de Biedma, Esther Tusquets… y un largo etcétera; deben quedar Rosa y la fotógrafo Colita. Mucho admiraron a Marsé, ¿le podemos llamar rey sin corona de las letras de la época? ¿Le metemos en el trío de ases con Benet y con CJC? Sigo quedándome con Benet, aunque me entretengan más los otros. El día del estreno en Madrid de aquella cinta, no estuve, no me veía con tanta multitud, y eso que aparecía por allí la Maribel Martín, aire aniñado, de hada, mujer que fue de Julián Mateos, y que el Ángel Alcázar me podía colar. Se escapó el tiempo, ya pertenece al duermevela, esta noche puede que lo incorpore, estimado, será la hora de Marsé.
JP Quiñonero says
Ricardo,
Recuerdas bien todo aquello …
…
Camilo, Juan, Delibes, GTB, Ferlosio, Martín Santos… Rosa Chacel, Mercè Rodoreda, Matute… tienen capítulos propios en la historia de las literaturas española… Marsé también tiene su propio puesto, claro…
Me resulta difícil «elegir» … todos, y otros, tienen su grandeza, por razones muy diversas…
A título personal, quizá me siento más próximo de Benet… pero me resulta imposible prescindir del resto… todos aportaron algo al arte de escribir novelas.
…
La muerte de Marsé ha vuelto a confirmar de manera muy patética el crecimiento atroz de la incultura. Sospecho que la poesía es víctima de una podredumbre parecida.
De ahí que sea más urgente que nunca seguir escribiendo, sí.
Palante…!
Q.-
Irene says
En efecto, la incultura prosigue con descaro. Nadie de los que escriben para recordar a Marsé parece haber leído sus dos últimas novelas, portentosas: ‘Caligrafía de los sueños’ (2011) y ‘Esa puta tan distinguida’ (2016), escritas tras el Cervantes, publicadas a los 78 y 82 años, dos obras entre las más modernas hoy me atrevo a decir que en muchas lenguas, y entre las mejores de las suyas.
Me ha alegrado leer que eran sus preferidas, pero ni gacetilleros ni ‘críticos’ parecen saberlo…
Por cierto que la puta de su título se refiere a la memoria.
JP Quiñonero says
Irene,
A m é n n n n n ..!
Todo eso, maquillado con basura de mafias publicitarias…
Q.-