Rue des Saints-Pères / Boulevard Saint-Germain, 13 septembre 2020. Foto JPQ.
Tormenta de agua sucia en Saint-Germain-des-Prés, el barrio de los cafés, librerías, editoriales y “santuarios” (laicos) de la izquierda caviar parisina, enfrentando a un padre y un hijo famosos que compartieron una amante célebre, Carla Bruni, y se asesinan a navajazos verbales con motivo del lanzamiento de dos “novelas” que, a falta de talento y creación, venden muchas miserias íntimas.
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Abrió el fuego Jean-Paul Enthoven, editor y ensayista, con una nueva novela, “Ce qui plaisait à Blanche” (Lo que gustaba a Blanche), un relato “exquisito” sobre señoras bien, muy selectas, de un izquierdismo muy “radical chic”, de un talento tan elegante como efímero.
Días más tarde le “respondió” su hijo, Raphaël Enthoven, profesor de filosofía y comunicador emérito, con una “auto ficción novelesca” “Le temps gagné” (El tiempo ganado), la gran bomba (fétida) de la nueva temporada parisina.
Padre e hijo hablan de los mismos personajes, enfrentados de muy mala manera. Jean-Paul sigue encantado con el rosario de señoras que pasaron por su lecho y su editorial (Grasset). Raphael publica una primera novela escandalosa, “asesinando” (metafóricamente) a su propio padre y al padre (Bernard-Henri Lévy) de su primera esposa (Justine Lévy), entre otras docena de personajes y personajillos de la “fauna” muy izquierda caviar del barrio de Saint-Germain, el antiguo sanctasanctórum de la “intelligentsia” parisina, cuando se vendía “inteligencia”, mal que bien, antes de vender íntimas aguas sucias.
Leído, horrorizado, el libro de su hijo, Jean-Paul Enthoven declara: “He decidido romper toda relación con mi hijo. Ha escrito un libro abominable, contra mí, contra nuestra familia. Nunca pude pensar que mi vida cayese tan bajo, contada por mi propio hijo”. Los amigos del padre comentan el mismo libro de este modo: “Un intento de parricidio”. “Un libro abyecto”. “El libro de un Narciso misógino, presto a todo para ser célebre”.
Raphaël Enthoven se niega a toda “disculpa” y asume todas las “revelaciones” y bajas intimidades. Su padre, un “asqueroso”. Bernard-Henri Lévy, “el genio morganático de quienes pisotean a quienes los rodean, sin dudarlo”.
Los Enthoven, padre e hijo, son personajes “famosos” en el pequeño mundo parisinos de la difunta izquierda caviar. Los personajes de sus libros de la temporada que comienza son aproximadamente los mismos. Y, en el fondo, todos son historias de familia.
Carla Bruni, esposa de Nicolas Sarkozy, desde 2008, fue amante de Jean-Paul Enthoven entre 1999 y 2000, hasta que decidió cambiar el lecho del padre por el lecho del hijo, para convertirse en amante de Raphaël Enthoven, entre el 2000 y el 2007. De la historia de amor entre Enthoven y Carla Bruni nació un niño, Aurélien, el 2001. Niño que hoy vive con su madre, en el domicilio parisino de los Sarkozy.
Los Enthoven, padre e hijo, tratan con respeto y cariño a Carla Bruni, en sus “novelas”. Raphaël llega a tratarla de “alma gemela”, todavía hoy. La esposa de Nicolas Sarkozy ha preferido no comentar ninguno de los libros de sus antiguos compañeros sentimentales.
Otras mujeres salen muy mal paradas de la tormenta de agua sucia “literaria”. Justine Lévy es la hija de Bernard-Henri Lévy y fue la primera esposa de Raphaël Enthoven, hasta que el ensayista descubrió los encantos íntimos de Carla Bruni. Justine publicó hace dos años una “novela” contando la triste historia de hija de padre famoso, abandonada por un aspirante a filósofo con pocos escrúpulos sentimentales. Raphaël Enthoven la trata de “angelote gordito” …
Esa chismografía es la gran novedad “literaria” de la nueva temporada francesa, dos de las quinientas novelas que se están poniendo a la venta para intentar confirmar la recuperación vigorosa del mercado francés del libro.
Le Figaro, BHL, Enthoven: querelle de famille à Saint-Germain-des-Prés.
Economist, Sex, lies and philosophy on the Paris left bank.
El escándalo pedófilo del escritor Gabriel Matzneff y la metamorfosis de Saint-Germain-des-Prés.
Los muslos de Carla Bruni se convierten en arma de comunicación política.
Alcance político del bikini de Carla Bruni.
Es bueno que se retrate la flor y nata de derecha e izquierda. Mejor lo dejamos en elite casta estamentos o lo que sea los ultimos mohicanos con nombres que creen sobresalir de cintura abajo. Solo saben contar parejas sexuales y pecunia non olet. Ya me lo decia el enterrador de mi pueblo la vida es un palmo de la buxaqueta a la bragueta. Sade inicio la matematizacion de la oscuridad del ser humano antes Casanova pero era un seductor y antes el don Juan que buscaba lo que no tenia. Hoy con los medios es el ultimo entretenimiento de aquellos que se creen especiales como hombres y mujeres publicos. Ni izquierda intelectual ni derecha religiosa son incapaces de creerse sus propias miserias por eso se entretienen y divierten contandonos sus aventurillas.
Jose,
Ay… todo eso me inspira una tristeza considerable. El comercio con miserias íntimas tiene algo de abominable, para mí.
Las convicciones de unos y otros pueden parecer absurdas a quienes piensan de otra manera. No es eso: estamos ante un espectáculo desalmado de venta de suciedades íntimas, maquilladas con publicidad fluorescente, que los mercachifles españoles comprarán en nombre de la novedad parisina, ay.
Q.-
Quiño,
¡Qué cosas pasan por tu barrio…!
Probablemente el libro sea un éxito de ventas.
Parece que no sabemos apreciar las aguas limpias…
Fina,
Si, un horror de miserias humanas… sospecho que será la «novedad» de la temporada que viene, en Spain, que siempre están al quite de las miserias parisinas….
A vivirrrr…!
Q.-
Una gentuza, vaya, con plumas de pavos reales en el culo, dicho sea pidiendo disculpas, Monsieur.
Carole,
Un poco duro, ay. Temo que mi madre hubiese utilizado una terminología más o menos…
Q.-
Pues que quereis que os diga: todo muy francés , oiga. Esto no es algo extraño en entornos laborales /profesionales, socialmente comprendido e incluso es cool, no digamos en ambientes parisinos.
Peor me parece que en España , sucede de una manera parecida, pero con demasiada frecuencia acaba en puñaladas y viendo que la diferencia es, en como es digerido por los protagonistas.
Flâneur…
Hombre… «muy francés»… entre las quinientas novedades literarias y los quinientos ensayos que se están poniendo a la venta estos días, son muy mínimos los libros que comercian de ese modo con íntimas bajezas… Francia y París son otra cosa,
En España… no recuerdo casos recientes de historias de ese tipo… por el contrario, es cierto que algunos editores españoles si compran las bajezas comerciales, no solo parisinas, claro está, creyendo que algo venderán… suelen contar con el apoyo publicitario de los colegas de la kultureta, claro,
Q.-
Flâneur,
Parece ser que los franceses no son tan pasionales ni violentos como nosotros y saben controlar mejor sus emociones…
Quizás tengan otro concepto de la propiedad que les ayuda a digerir mejor.
Me alegra verte de nuevo por aquí…
Ya veremos que cuenta el nieto, Quiño, que vive con su madre y su padrastro, Nicolas. Debe haber pasado los dieciocho y está en edad de merecer, lo mismo pudo ser hijo, que ahora es nieto.
En fin, aguas sucias, fétidas, mientras en París, ya contabas, las librerías tienen un nuevo renacimiento, la cultura de verdad, como salvación, ni aniversarios de poetas americanos en castellano, ni cohorte que ríen las gracietas de un anglosajón, jajajaja!!!! Quiño, eres incorregible
Por cierto, tal día como hoy, hablando de aniversarios, nació, hace ya la friolera de 169 años, Emilia Pardo Bazán
PD
Veo que los comentarios no se publican y esperan ser aprobados. Espero sin ley alguna de Memoria
Pablo,
Doña Emilia… Qué mujeronaaaaaa…
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Sí: este invento incluso me obliga a aprobar mis propios comentarios… ¡no se fía de su autor..!
No se qué hacer…
A ver…
Palanteeee..!
Q.-
Ay, Pablo,
Me lo pensé antes de contar esta historia… luego, me dice que mejor contarla: tapando la miseria bajo la alfombra tampoco se consigue nada. Así, al menos, cada cual puede saber como las gastan algunos personajillos…
Palante…
Q.-
Pablo,
Sería interesante saber lo que piensa y cuenta el nieto… Ver si llegará a ser un hombre feliz y de provecho.
¡Quién sabe!